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Por las buenas, todo vale

En el erotismo, de la fantasía a la realidad puede haber más de un paso, y algunas personas no necesitan darlo nunca para sentirse plenamente satisfechas

Autor:

Juventud Rebelde

Pasaron tantas cosas / mientras yo me bebía la soledad a cucharadas…
Carilda Oliver Labra

En el erotismo, de la fantasía a la realidad puede haber más de un paso, y algunas personas no necesitan darlo nunca para sentirse plenamente satisfechas. Así lo demostró la entrevista online que el jueves 30 de enero concedieron al público de Juventud Rebelde la doctora Elvia de Dios Blanco, máster en Sexualidad y salud sexual comunitaria, y la sicóloga Lilian Burgos Martínez.

Ambas terapeutas del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), respondieron cerca de 40 preguntas, llegadas a través del correo electrónico o directamente al sitio (www.juventudrebelde.cu/suplementos/sexosentido). Los temas más recurrentes fueron las fantasías, las preferencias no habituales y las disfunciones sexuales.

Las primeras fueron catalogadas por la doctora De Dios como «vía idónea para exacerbar la excitación sexual», y aseveró que fantasear con alguien diferente a nuestra pareja no es infidelidad: sean conocidos o desconocidos, artistas o seres creados por nuestra imaginación, no importa sexo o edad, podemos disfrutarlo sin ningún tipo de culpa.

Solo son disfuncionales si causan malestar o si se intentan materializar con personas que no dan su consentimiento, escribió la experta, y puntualizó que los niños y niñas no están en capacidad de consentir, por lo que cualquier fantasía que los involucre es un delito.

Varios comentarios se refirieron al BDSM (Bondage, sumisión y sadomasoquismo), el intercambio y el sexo grupal, hoy más visibles en series y películas, pero con más lagunas que aciertos en su tratamiento. Las expertas aclararon que esas prácticas son válidas cuando entran en el repertorio sexual de una pareja de forma consensuada y para satisfacción de ambos integrantes. Solo se catalogan como parafilias si es la única forma de alcanzar la excitación, y requieren atención siquiátrica solo si desajustan la vida social.

¡Cuidado! —alerta, la experta—. Si tiene el impulso de esas prácticas con personas que no consienten o les dedica tanto tiempo que deja de asistir al trabajo o estudio, descuida el cuidado de sus hijos u otras tareas, es recomendable dialogar con profesionales adecuados para determinar si está pasando a un trastorno de sadismo o masoquismo sexual.

Sexo impalpable

Por su parte, la sicóloga Burgos respondió inquietudes relacionadas con procesos vitales como las rupturas de pareja, las relaciones al margen de un matrimonio o dificultad para hallar el amor. El consenso en estándares internacionales es que un ser humano puede necesitar de tres a seis meses para asimilar un duelo, y en ese tiempo «es normal sentir tristeza, irritabilidad, depresión falta de apetito, un poco de ansiedad, insomnio, falta de deseos hacia las cosas…», escribió la terapeuta.

«Pero el tiempo de elaboración es particular en cada caso», apuntó, porque las personas respondemos de manera diferente a eventos así, y algunas pueden necesitar ayuda profesional para emprender los cambios necesarios. «Siempre hay alguna lección que aprender cuando estamos vivenciando situaciones difíciles que impactan nuestra vida», animó a los foristas, y sugirió acudir al servicio asistencial del Cenesex, al que pueden solicitar consultas por el teléfono 7838 2528.

En cuanto a las disfunciones, se dialogó sobre la sequedad vaginal asociada al climaterio, la eyaculación precoz y la disfunción eréctil. En todos los casos se recomienda no tomar un episodio como algo definitivo, porque a veces la ansiedad puede jugar malas pasadas. Solo si el acto es insatisfactorio reiteradas veces a lo largo de varios meses se exploran causas sicológicas y orgánicas para indicar una terapia, y eso implica chequeos clínicos antes de medicar.

El saldo de esta extensa jornada fue muy positivo. Ambas terapeutas insistieron en el impacto significativo que puede tener un diálogo con profesionales «neutrales» para mejorar las relaciones, a partir de un control consciente de emociones perturbadoras como los celos, la inseguridad, las fobias o la baja autoestima.

«A cualquier edad se puede aprender y más de sexo», respondió la doctora De Dios a un lector de 67 años, pues ese aprendizaje lleva a «cosas que no tenía incorporadas en su repertorio sexual o no disfrutaba por falsas creencias». Eso sí: buscar ayuda es una tarea personalísima, más allá de la insistencia de la pareja, la familia o las buenas amistades, pues al decir de Burgos, «Nadie cambia si no tiene un deseo verdadero de cambiar».

El jueves 20 de febrero será la próxima entrevista online dedicada al aniversario 20 de Sexo sentido. Aprovecha para dialogar con juristas sobre rencillas en los derechos patrimoniales y familiares. También puedes sugerir otros temas y preocupaciones a sentido@juventudrebelde.cu.

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