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Al Tea Party no le gusta el té verde

Para la ultraderecha estadounidense la riqueza de la biota es un cero a la izquierda; lo que vale es el dinero de las grandes corporaciones. En el planeta vivimos 8 700 000 especies del dominio eucariota

Autor:

René Tamayo León

La morsa del Pacífico, la perca de Arkansas, el i’iwi de Hawai, el lobo gris mexicano, la mariposa azul de Miami, el conejo de cola de algodón de Nueva Inglaterra, la trucha dorada de California, el «oso» glotón, la pequeña mariposa Bay Skipper… Todos podrían desaparecer si el Gobierno federal de la Unión Americana no adopta medidas estrictas para su protección.

Los ambientalistas solicitaron a la Casa Blanca incluir a 756 especies animales y vegetales en la lista de las que están en peligro de extinción y, por ende, tomar medidas especiales para protegerlas. En julio pasado, el presidente Barack Obama dio señales de que tenía la intención de ir por ese rumbo.

Se comprometió con la organización ecologista Centro para la Biodiversidad a analizar el pedido. De proceder, a mediano plazo se beneficiarían, entre otras, 26 especies de aves, 31 de mamíferos, 67 de peces, 12 de reptiles, 42 de anfibios, 197 de plantas y 381 de invertebrados, según reseña el diario www.publico.es. Algunas llevan décadas en la lista de espera para ser incluidas en el libro rojo de los EE.UU. «Estar o no en esta lista es una cuestión de vida o extinción para muchos de estos ejemplares», decía entonces Noah Greenwald, miembro de la institución y director del capítulo de Especies en peligro.

Más adelante agregaba: «Estamos perdiendo especies a un paso acelerado; criaturas que se están extinguiendo. Y esto nos debería preocupar a todos. Nos encontramos ante lo que los científicos llaman una crisis de extinción».

Actualmente un ser vivo amenazado debe esperar 20 años como media antes de que la Casa Blanca decida incluirlo o no en la lista de la Ley de Especies Protegidas —la norma local para ampararlas—. Hoy esta abriga a 1 300 especies en EE.UU. y a 570 en el extranjero, pero al menos 24 se han extinguido estando en la lista de espera, según datos de la ONG dados a conocer por público.es

Y en eso llegó el tea party

Es cierto que la oficina oval dio como plazo límite hasta 2018 para que el ejecutivo determine si protege o no las especies que la comunidad científica está reclamando poner bajo custodia, mas el acto no dejó de ser una señal positiva.

Tras el compromiso, bastaba que un juez federal estableciera y aprobara un calendario con fechas concretas para que el Gobierno decidiera el destino, por ejemplo, de la rana preciosa de Oregón —en la lista de espera desde 1991— o el búho moteado del norte.

Días después de aquello, empero, el Congreso fue escenario de agrias disputas respecto al déficit público y la puja entre demócratas y republicanos incluyó el esfuerzo de estos —con el Tea Party a la cabeza— de imponer una ley que prohibiera la declaración en EE.UU. de nuevas especies protegidas.

Y algunos se preguntarán qué tiene que ver la protección de las especies con la reducción del déficit fiscal de la nación más rica del planeta. Pues nada; y todo.

La riqueza de la biota es, según ellos, un cero a la izquierda. El dinero de las grandes corporaciones es lo que vale, como el de las madereras o las petroleras y gasíferas que operan o quieren entrar en los hábitats de las especies vulnerables, incluidas las zonas de hielos perpetuos de Alaska, región, a propósito, de la Sarah Palin, una de las vedetes del Tea Party.

La ofensiva antiverde de las falanges y el Partido Republicano, es clásica. Sustentos ideológicos como el del Tea Party, que incluyen la negación absoluta de la teoría de la evolución de Darwin, son, sin embargo, barnices ideológicos para tapar lo que hay detrás: los intereses de las corporaciones por encima, incluso, de las urgencias de la Tierra, desde el calentamiento global y la contaminación, hasta la preservación de la biodiversidad.

Así las cosas, y si siguen como van, hasta el lobo gris, uno de los símbolos vivientes de esas latitudes, y señor en Idaho, Montana y Wyoming, pudiera perder su condición de especie protegida.

¿El número exacto?

El número exacto de especies que habitan en el planeta ha dado más de una vuelta por estas páginas y por la cabeza de todos. Y exacto, exacto, nunca se sabrá.

No obstante, al menos en el dominio de las eucariotas (organismos constituidos por células formadas por estructuras complejas en el interior de una membrana) somos hoy 8 700 000 especies, con un margen de error de «apenas» 1,3 millones.

Hasta ahora, el número de especies oscilaba entre los tres y los cien millones. Es cierto que en la nueva cuenta no entran las especies de los dominios bacteria y arqueobacteria, pero si de eucariotas se trata, la de ahora se ha catalogado como la «estimación más precisa jamás realizada».

Del total anunciado, 6,5 millones de especies serían terrestres y poco más de dos millones, marinas. No obstante, y según un artículo de la revista PLos Biology, que es la matriz de la información, el 86 por ciento de las especies terrestres y el 91 por ciento de las marinas esperan porque la ciencia las descubra, describa y catalogue.

«La cuestión de cuántas especies existen ha intrigado a los científicos durante siglos y la respuesta, fruto de muchos estudios, sobre su distribución y abundancia, es hoy particularmente importante debido a las actividades humanas y su influencia en el incremento de la tasa de extinciones. Muchas especies pueden desaparecer incluso antes de que lleguemos a conocer su existencia, su papel en los ecosistemas y su potencial contribución al bienestar del ser humano», señalaba el colombiano Camilo Mora, académico de la Universidad de Hawai y autor principal de la investigación en el reporte informativo del sitio www.abc.es.

Boris Worm, coautor del estudio, indicaba: «Si no conociéramos el número de personas de un país, ¿cómo podríamos hacer planes para el futuro? Con la biodiversidad sucede lo mismo. La humanidad se ha propuesto salvar las especies de la extinción, pero hasta ahora teníamos una idea muy pobre de cuántas podía haber».

La ecuación

El cálculo estuvo a cargo de un equipo de investigadores del Censo de Vida Marina, que utilizó una nueva técnica analítica, consistente en identificar diferentes patrones numéricos en el sistema de clasificación estándar, cuya base es un sistema piramidal en el que las especies se juntan en géneros, los géneros en familias, las familias en órdenes, los órdenes en clases, las clases en filos, los filos en reinos y los reinos en dominios.

Desde que el científico sueco Carlos Linneo publicara en 1758 el sistema (que aún se usa) para nombrar, clasificar y describir especies, cerca de 1,25 millones de estas (un millón terrestres y 250 000 marinas) han sido descritas y han pasado a formar parte de las bases de datos de los científicos. Pero a esta cifra es necesario añadir otras 700 000 que, a pesar de haber sido descubiertas, están aún pendientes de clasificación, agregaba ABC.

Según este reporte, Sina Adi, uno de los autores del estudio, señaló: «Descubrimos que utilizando números a partir de los grupos taxonómicos más altos en la pirámide, podíamos predecir el número de especies, y nuestras conclusiones se ajustaron de forma muy precisa al número de especies que existen en una serie de grupos muy bien estudiados, como los mamíferos, los peces o las aves, lo cual nos dio una gran confianza en el método».

Según el sistema perfeccionado por los expertos del Censo de Vida Marina, al aplicársele este a los cinco reinos conocidos de eucariotas (la estimación no incluye las especies de los dominios bacteria y arqueobacteria), en el planeta existen:

•7,77 millones de especies de animales (con 953 434 descritas y catalogadas).

•298 000 especies de plantas (215 644 descritas y catalogadas).

•611 000 especies de hongos (43 271 descritas y catalogadas).

•36 000 especies de protozoos (8 118 descritas y catalogadas).

•27 500 especies de chormista (incluye la gran mayoría de algas con clorofila y varias especies sin colorear) (13 033 descritas y catalogadas).

El artículo del Censo de Vida Marina en la revista PLos Biology fue acompañado de un editorial de lord Robert May, ex presidente de la Royal Society británica, en el que escribió:

«Es un homenaje al narcisismo humano que sepamos cosas como que el número de libros en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos el 1ro. de febrero de 2011 era de 22 194 656, pero que no podamos decir, ni siquiera por aproximación, cuántos tipos de plantas y animales comparten el mundo con nosotros es inaceptable».

La biodiversidad, señalaba más adelante, «es más que algo bello o maravilloso; es la base de los servicios que nos proporcionan los ecosistemas y que aunque no aparecen en el PIB son esenciales para la continuidad de la humanidad».

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