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Aparecer bello no será tan fácil

Crean nuevo software capaz de desenmascarar los retoques fotográficos realizados con el programa de edición Photoshop

Autor:

Patricia Cáceres

Si alguien preguntara en la actualidad al famoso espejo mágico de Blancanieves: «Espejito, espejito, ¿quién en la Tierra es la más bella de todas?», seguramente demoraría en recibir una respuesta precisa.

Basta con mirar las portadas de revistas de moda o los anuncios publicitarios de muchos países para percatarse de que no existe modelo, actriz, actor, deportista, ni siquiera político, que no haya sido favorecido alguna vez con la magia del Photoshop: una herramienta de edición de imágenes capaz de hacer desaparecer arrugas, eliminar manchas, verrugas, e incluso corregir los «kilitos» de más.

Sin embargo, científicos estadounidenses han diseñado un nuevo software informático que —aseguran— es capaz de desenmascarar a quienes decidieron trucar virtualmente su apariencia, para deleite o envidia del resto del universo.

El estudio, publicado en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, fue realizado por Hany Farid, profesor de Informática de la Universidad de Dartmouth, y su alumno, Eric Kee.

Los especialistas analizaron más de 450 imágenes originales, con sus correspondientes fotos retocadas, de algunas publicaciones en Internet. Luego las introdujeron en un modelo matemático, que condensó las alteraciones en ocho parámetros geométricos y fotométricos, y cuantificó el número y nivel de los retoques.

De acuerdo con el diario español El Mundo, el nuevo sistema no trata de desenmascarar cambios mínimos habituales, como el ajuste del color o el tamaño, pero sí otro tipo de modificaciones que afectan drásticamente el aspecto de las personas.

Ejemplo de ello son las alteraciones geométricas —como reducir el contorno del abdomen, ajustar la postura o corregir la simetría del rostro—, y los cambios fotométricos, que incluyen borrar arrugas, bolsas o manchas de la piel.

«Comenzamos analizando el antes y el después de las imágenes digitales para señalar los cambios geométricos y fotométricos, y poder revertir así las manipulaciones de los retocadores con la eficacia de los ingenieros», puntualizó Farid.

En aras de contrastar el software con la percepción humana, y así validar el nuevo sistema, los especialistas recurrieron a 390 voluntarios, quienes analizaron las fotos y las clasificaron en una escala del uno al cinco, de muy similares a muy diferentes.

«El valor asignado por la métrica matemática coincidió mucho con lo que juzgaban las personas, según sus percepciones sobre cuánto se alejaba de la realidad una foto modificada», aseguraron los especialistas.

La tendencia a vender cuerpos y rostros retocados digitalmente, más allá de vanidad, potencia falsos modelos de belleza, que tarde o temprano se traducen en trastornos de autoestima e incluso desórdenes alimentarios. Por ello los expertos consideraron imprescindible advertir sobre el engaño.

«Aparecen habitualmente modelos con una delgadez imposible, altas y sin ninguna mancha ni arruga. Al margen de las consideraciones estéticas, de deshonestidad de los publicistas o de los editores fotográficos, este es un asunto de salud», denunció en el artículo Hany Farid.

Según el periódico ABC, algunos Gobiernos ya han tomado cartas en el asunto. Tal es el caso de Reino Unido, que en julio de 2011 prohibió dos anuncios de la marca L’Oreal con la actriz Julia Roberts y la supermodelo Christy Turlington, luego de las quejas de un miembro del Parlamento británico que acusó a la compañía de lanzar campañas engañosas al alterar sus imágenes digitalmente.

Sin embargo, los autores consideran que hasta ahora este tipo de medidas han sido insuficientes, por lo que han querido proporcionar un método objetivo y preciso.

«Esta clasificación podría ofrecer un incentivo a los publicistas y las modelos para reducir algunas de las formas más extremas de retoques digitales», concluyeron los expertos.

Imágenes en nuevo soporte

Científicos de Estados Unidos y Finlandia desarrollaron un nuevo tipo de lentes de contacto, que funcionarán en un futuro como una minicomputadora, capaz de proyectar fotografías e incluso recibir información de Internet.

De acuerdo con información ofrecida por el diario El Mundo, hasta la fecha el prototipo solo dispone de un píxel y ha sido probado exclusivamente en animales, aunque sus creadores lo consideran un primer paso en el camino para transmitir información en tiempo real directamente a nuestro campo visual, sin necesidad de cables.

Los lentes fueron diseñados por investigadores de la Universidad de Washington, Estados Unidos, y la de Aalto, Finlandia. En un artículo publicado en la revista Journal of Micromechanics and Microengineering, estos explican que el nuevo sistema es similar al ojo del ciborg Terminator, personaje de ciencia ficción protagonizado hace unos años en el cine por el actor estadounidense Arnold Schwarzenegger.

Cuando el sistema esté desarrollado —dicen— los usuarios podrán sentir como si tuviesen una pantalla de ordenador en los ojos. Una vez que las lentillas contengan cientos de píxeles, servirán para ver imágenes y leer correos electrónicos cortos o textos breves.

En aras de evaluar los posibles efectos nocivos para el ser humano del nuevo dispositivo, los investigadores experimentaron con un conejo vivo. No obstante —subrayaron—, las pruebas se hicieron siguiendo escrupulosamente las normas que regulan el trato que los animales deben recibir durante los ensayos en laboratorio.

Luego añadieron un tinte fluorescente para comprobar si las lentillas le habían causado algún tipo de lesión o quemadura, sin que se detectara ninguna anomalía.

De acuerdo con el diario digital La Crónica de Hoy, a pesar de los resultados positivos de estas pruebas, habrá que realizar muchas otras antes de garantizar que los lentes no suponen ningún riesgo para la salud de las personas. De hecho, en la fabricación de los circuitos eléctricos se utilizan materiales y productos que podrían resultar tóxicos.

El pequeño mecanismo —refiere la publicación— está compuesto por una antena, que suministra la energía recibida de una fuente externa, y por un circuito integrado que almacena dicha energía y la transfiere a un chip transparente de zafiro que contiene un único LED (un diodo emisor de luz). Para construir los circuitos se usaron capas metálicas extremadamente finas, con un espesor de pocos nanómetros (equivale a una milmillonésima parte de un metro).

Uno de los principales obstáculos que se presentó en el desarrollo del estudio, según el diario, fue lograr que el ojo percibiese la información proyectada con la nitidez indicada. Y es que la distancia focal mínima del ojo humano es de varios centímetros, por lo que los textos proyectados en las lentes probablemente aparecerían borrosos.

Para resolver este inconveniente, los expertos incorporaron al dispositivo un juego de lentes Fresnel. Estos, bautizados con ese nombre en honor a su creador, Augustin Fresnel, se caracterizan por ser mucho más delgados que los convencionales, por su gran apertura y su corta distancia focal.

En lo adelante, los científicos se centrarán en perfeccionar la invención para hacerla más funcional y mejorar su resolución. El próximo paso consistirá en incorporar un texto a la lentilla.

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