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Inciertos teléfonos

El S.O.S. lo envía Roberto Molina, de Pedroso 237, apartamento 2, entre Pasaje B y Final, municipio capitalino de Cerro. Hace 20 años que los vecinos sufren las aguas sucias, por la tupición en los registros de Pasaje A y Pedroso y Pasaje B y Pedroso. Los destupen y al poco tiempo vuelven a hacer de las suyas las aguas albañales. Ya ni aceras tienen, y los muros de la antigua Escuela Normal se derribaron con los buldózeres que vinieron, después de tanto tiempo y tantos desechos. Hoy traigo dos historias de teléfonos otorgados por las comisiones territoriales de los Consejos de Administración, pero no instalados después de largo tiempo, como para que los beneficiarios de ese servicio se hagan muchas interrogantes, no ajenas al rumor y la especulación.

Reina Victoria Morales me escribe desde avenida Camilo Cienfuegos (Dolores) número 236, entre Armas y Lawton, en el municipio capitalino de 10 de Octubre, para contar que el 30 de marzo de 2007, le fue otorgado el teléfono. «Y hasta ahí llega la historia», enfatiza. No se le ha brindado a la población que acude a reclamar ninguna explicación aceptable, aunque a estas alturas ni nosotros ni los otros vecinos creemos que sea cuestión de explicaciones, sino sencillamente de instalarnos los teléfonos».

Algo parecido sufre Yohan Miguel Hernández, de calle Zaragoza, entre Peñón y Carmen, en el barrio Las Cañas del municipio capitalino de Cerro: el 25 de enero de 2007 se publicaron allí las listas de los teléfonos otorgados. Hubo reclamaciones, y de ahí se derivaron modificaciones. Los delegados plantearon a sus electores que para septiemnbre de 2007 ya estarían instalados. Pasó septiembre y nada; entonces se dijo que en diciembre de 2007; en diciembre que en enero de 2008, y así, hasta el 6 de junio, cuando me escribiera Yohan, seguían esperando.

Ahora es peor: los delegados no saben qué sucede. Muchos de los beneficiarios se han dirigido a las entidades pertinentes, sin una respuesta. A algunos les dijeron que la demora era porque se habían robado los equipos. Otros, como Yohan, llamaron al Consejo de la Administración Municipal del Cerro, y les anunciaron que muy pronto se resolvería todo, pues ya habían entregado las listas de asignaciones a ETECSA. Pero cuando contactaron con ETECSA, les refirieron que el Consejo de la Administración no había enviado las listas. ¿A quién creerle? ¿Quién miente?

La última vez que Yohan llamó, dijeron: «Eso lo mismo puede ser hoy, mañana, pasado mañana, la próxima semana o el mes que viene. Eso no se sabe». ¿Es esta una respuesta de una entidad que se debe a los ciudadanos?

Ante tal incertidumbre, Yohan de-semboca en conjeturas: «A veces me pregunto si esto es un test para comprobar cuánto es capaz de soportar un ser humano. Creo que nos estamos acostumbrando a que las cosas funcionen mal, aceptando como algo normal que se nos mantenga desinformados».

Algunas especies «indeseables» en el Zoo

Ahora que el verano trae el esparcimiento, que nadie vea como el mensaje de un aguafiestas —y sí como un alerta— la denuncia de Zulema Raymat, de calle 22 número 74, entre 11 y Línea, en el Vedado, municipio capitalino de Plaza de la Revolución.

Cuenta Zulema que llevó a su nieta al Parque Zoológico Nacional, y pasó trabajo, porque el P-13 las dejó a tres kilómetros de la entrada del Zoo, y de ahí hasta allá tuvieron que caminar bajo el sol. No está previsto transporte en ese tramo.

En la entrada pagó por el recorrido y el almuerzo. Donde se espera el ómnibus que hace el viaje interior por el parque, preguntó por un baño, y está en tales condiciones que «no quiera usted saber dónde se hacen las necesidades fisiológicas», enfatiza.

No obstante, el recorrido en el ómnibus y la observación de los animales fueron muy placenteros. Pero las cafeterías «dejan mucho que desear», señala. En Las Pérgolas, ella y su nieta se la pasaron espantando moscas. Allí hay un estanque en condiciones deplorables, lleno de basura. «Sin exagerar, parece Cayo Cruz».

Zulema supo de boca de un trabajador de allí, que la turbina de agua estaba rota. Y más: en 24 años de creado, nunca ha recibido una reparación general. Cuando usted ve las promociones que se hacen por la TV, se pregunta por qué se difunde un mensaje tan alejado de la realidad, refiere la lectora, quien también agrega que a la entrada no existe ninguna decoración que lo identifique estéticamente. «Hay que atenderlo con urgencia», alerta la señora.

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