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Responden con reparación

Las funerarias, y todo lo relacionado con la partida final de los mortales, son servicios de extrema sensibilidad, que requieren toda la dignificación y decoro posibles, incluidos recursos para adecentarlos y mantenerlos.

Hoy, de parte de Reynaldo Vázquez, director de Servicios Comunales en la provincia de Matanzas, nos llega la positiva noticia de que la funeraria del municipio de Jovellanos está sometida a un remozamiento.

Las pésimas condiciones de esa unidad necrológica fueron denunciadas en esta sección el pasado 24 de enero por Marlene Hernández, lectora del municipio habanero de Güines, quien asistió a los funerales de un familiar en esa localidad matancera.

Precisa el funcionario que el cronograma de los trabajos se ha atrasado, pues es la única funeraria de la cabecera municipal; y solo pueden adelantar las labores los días en que no hay fallecidos en la localidad. No obstante, espera que «al ser publicada nuestra respuesta ya la funeraria esté totalmente reparada».

Marlene también había criticado que en el cementerio de Jovellanos vio osarios tirados por doquier. Y al respecto Vázquez afirma que «es real que los osarios están agrupados al final del mismo y a la intemperie, pero no regados por todo el cementerio, como se expresa. Se encuentran ahí precisamente por no existir otro espacio donde puedan ser ubicados».

¿Con qué cocinan?

Gladys Rodríguez y su esposo son dos ancianos enfermos (él padece Parkinson). Y al menos debieran tener resuelto algo tan elemental como es el combustible para cocinar.

Todo comenzó el 23 de julio de 2007, a raíz del derrumbe del edificio sito en Belascoaín 73, en Centro Habana, donde vivían. A consecuencia de ello, el 20 de septiembre de 2007 los ancianos fueron beneficiados con una vivienda adaptada en un local, en Vía Blanca 64, entre Concha y Capricho, en el barrio capitalino de Luyanó.

Los ancianos están muy agradecidos, solo que el local no tiene servicio de gas para cocinar. Entonces, les dijeron que les iban a vender un módulo de ollas eléctricas hasta que les instalaran el gas.

La delegada de la circunscripción se preocupó por su problema, hasta que en diciembre de 2007 la Empresa del Gas envió representantes por allí, pero no volvieron.

Desde la Dirección de Albergue municipal de Centro Habana enviaron una carta a la dirección de la Empresa del Gas en 10 de Octubre. Allí aclararon que ya conocían la situación de los ancianos, y solicitaron una semana más para reunirse con los superiores. Y la respuesta, después de la consulta, fue tajante: «No hay asignación».

Gladys tiene todos los papeles que atestiguan su historia. No le han dejado alternativa para cocinar. Quedó fuera de toda variante: «Ya quemé la hornilla de mi hija para cocinar. Ahora estamos con una artesanal».

Ya hay rollos

El pasado 13 de enero, esta columna publicó la queja de Magalys de Feria, residente en la localidad capitalina de Cojímar, acerca de lo que ella consideraba una contradicción: compró en la tienda Inclán una cámara fotográfica tradicional; y cuando intentó adquirir el rollo, en todos los sitios donde buscó le dijeron que ya en Cuba no entran rollos de película fotográfica.

Al respecto responde Romelia Lameira, jefa del Departamento de Atención a la Minorista de la Empresa Provincial Mercado Industrial Artesanal, que contactó con la clienta, y se le dio seguimiento a su queja: comprobaron que en el mercado en divisas sí existen rollos fotográficos, a un precio aproximado de 3,10 CUC.

También volvió a escribir la clienta Magalys, quien agradece la preocupación de la entidad y de la administradora de la tienda Inclán. Y aclara que su queja estaba basada en que en los establecimientos PhotoService, especializados en esos artículos, hacía seis meses que no abastecían de rollos.

Al fin Magalys adquirió un rollo de fabricación brasileña en la Villa Panamericana, de la capital, pero aún quienes deben aclararle el porqué de ese desabastecimiento no lo han hecho.

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