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Se hizo la luz y la alcantarilla

Desde el 13 de octubre de 2008 estaba esperando sus espejuelos un veterano profesor de primaria de Placetas, Villa Clara. La queja —enviada por su esposa Juana Hilda Arias García— fue publicada aquí el 28 de marzo último; y daba cuenta de injustificadas dilaciones por más de cinco meses.

Primero: que tardarían 90 días, después, que ya estaban los cristales, pero que había que aguardar a que los montaran; más tarde, que habían llegado los cristales, sin embargo, con defectos, por lo que debían regresarse y comenzar todo el proceso nuevamente.

Ante tal negligente indolencia, nos contesta el doctor Isidro Padilla Magdalena, director provincial de Salud en Villa Clara.

«Funcionarios de nuestra Dirección Provincial de Farmacias y Ópticas —explica el doctor Padilla— visitaron la localidad de Placetas y se entrevistaron con el paciente, la Administradora de la Óptica y con el Vicedirector que atiende la actividad de Óptica de la Provincia.

«Comprobamos que el tiempo de dilación para la solución del problema fue real, verificándose en la Óptica que los espejuelos hacía siete días que estaban terminados, por lo que la solución al problema quedó dada en el momento de la visita», precisa.

Aunque confluyeron en este caso problemas reales de infraestructura como «la rotura de la biseladora automática de la Óptica» —apunta el Director Provincial de Salud— «consideramos que existieron deficiencias administrativas tanto por la Administradora de la Unidad, como por la Dirección de Óptica a nivel provincial, al fallar el sistema de control que nos permita identificar cuándo una orden de tallado de espejuelos se corre fuera del ciclo normal (...) para tomar decisiones a tiempo».

Y a continuación relaciona el doctor Padilla las medidas disciplinarias aplicadas a los responsables.

A la Administradora de la Óptica: «una amonestación ante el Consejo de Dirección de la entidad y afectación del ciento por ciento de la estimulación correspondiente al mes». Al Vicedirector Provincial de Óptica, «una amonestación ante el Consejo de Dirección de la Unidad Presupuestada Provincial de Farmacias y Ópticas; y afectación del ciento por ciento de la estimulación correspondiente al mes».

Y al Director de la Unidad Presupuestada Provincial de Farmacias y Ópticas, «una amonestación en el Consejo de Dirección Provincial».

Agradecemos la rápida respuesta de la Dirección Provincial de Salud en Villa Clara y esperamos que la buena vista del control y la eficiencia acompañen las solicitudes de espejuelos en la provincia.

Solución tras 15 años de mal trabajo

Es admirable la postura de quien, tras años de mortificación, obtiene finalmente soluciones y guarda aún energías y voluntad, para agradecer.

A Pedro Rodríguez Palacios, vecino de San Miguel del Padrón, en Ciudad de La Habana, ya no le quedaban alternativas cuando nos escribió. Después de 15 años de sufrimiento suyo y de sus vecinos por reiteradas tupiciones en el sistema de alcantarillado de la cuadra, el último episodio de terror a que se enfrentaba era tener el patio convertido en «una ciénaga» de aguas albañales.

Y en la calle, trabajadores de Acueducto Municipal habían abierto un hueco —con el que dañaron incluso una tubería de agua potable— para después marcharse indolentemente, sin dar siquiera una explicación.

Ahora nos escribe nuevamente este capitalino, para contarnos que cinco días después de publicada la queja, o sea, el 26 de marzo, «comenzaron los compañeros de Acueducto y Alcantarillado del Municipio a reparar la conductora de albañales en la cuadra; y el martes 31 concluyeron. Aún quedan aspectos pendientes como es la recogida de escombros, tapar con asfalto u hormigón para que las redes de agua potable no se afecten al ceder la tierra vertida en la zanja hecha; pero todos los vecinos creemos que es meritorio el trabajo realizado.

«Debo decirle —continúa Pedro— que los trabajos han tenido mucha seriedad y calidad. Han estado laborando hasta las 7:30 p.m., todos estos días. (...) Y significativa es la presencia permanente de los jefes de brigadas y del Director de la entidad, lo cual refuerza la disciplina y la organización de obra, a pesar de que esta Dirección no cuenta con equipos especializados propios para su trabajo: llámense cargadores, camión de volteo, carro de alta presión...».

Dos sensaciones me quedan después de leer la elogiosa misiva de Pedro. Una: la alta justeza de su gesto. La otra, amarga y rotunda: el descontento de comprobar que hubo vecinos padeciendo durante años un problema que podía resolverse en una semana.

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