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Desatenciones evitables

El pasado 18 de agosto reflejé aquí la desazón de Eliaquin Rodríguez, una persona que, aun cuando se acogió a la sustitución de las turbinas de agua, como parte de la revolución energética, todo le salió mucho más complicado que si hubiera continuado con su vieja motobomba.

Eliaquin, quien reside en Cueto, provincia de Holguín, contaba entonces que en enero de 2006, cuando cambió su vieja turbina, le alertaron que no la pusiera a funcionar hasta que los técnicos la revisaran, pues perdía la garantía. Así lo hizo, y tuvo que esperar varios meses. A insistencia suya fue que la revisaron finalmente, y la bomba tenía problemas. Pero el técnico le dijo que la usara así. Lo intentó, pero no resultó.

Fue entonces a Acueducto, y allí le dijeron que había 14 o 15 casos similares al suyo: debían esperar a que situaran equipos para cambiarlos. Eliaquin dejó pasar el tiempo y volvió. Y entonces le orientaron que debía ver el asunto con Cuba Hidráulica, en la provincia.

Llamó varias veces al funcionario, de Cueto a Holguín, y nunca pudo comunicar con él. Esperó un tiempo y volvió a llamar a Acueducto de Cueto. Al verse sin solución, escribió a la sección de cartas del periódico provincial Ahora. Su queja salió publicada, y días después, una funcionaria de Acueducto lo visitó para plantearle que habían gestionado con Cuba Hidráulica, y comunicaron que no había ya turbinas en el país. Se iba a hacer una compra en el exterior, y cuando llegaran, se haría el cambio.

Pero transcurrieron más de tres años y Eliaquin seguía sin bomba de agua cuando me escribió.

Al respecto, responde Manuel Paneque, director general de Acueducto y Alcantarillado en la provincia de Holguín, que en el programa de sustitución de electrobombas para viviendas de una y dos plantas, las entidades de la Empresa de Acueducto en los municipios participaron de conjunto con Microservi y los Trabajadores Sociales; en el caso de Acueducto, específicamente para asesorar y participar en el montaje e instalación de los equipos.

Paneque corrobora que el equipo sustituido a Eliaquin presentó dificultades técnicas, y que la instalación del mismo se realizó varios meses después «a causa de insuficiencias organizativas del proceso».

Significa que «este programa concebía que el servicio de garantía y reparaciones posventa se realizara por Microservi, pero a esta entidad nunca le llegaron electrobombas para reposición por garantía, ni piezas para las reparaciones».

Y reconoce que «el retraso en la instalación ocasionó que, al detectarse las dificultades del equipo no se pudo sustituir por otro, ya que se había concluido el montaje de las electrobombas asignadas a la provincia. Nuestra mayor responsabilidad es haber comprometido soluciones que no dependían de nuestros esfuerzos, y que en la práctica solo agravaron la situación e incrementaron la irritación de Eliaquin».

Precisa que hoy, gracias a la devolución a Logística Hidráulica de algunas de esas electrobombas de un programa similar de sustitución en el sector de Educación, y que no fueron instaladas, es posible sustituir el equipo.

Al fin Eliaquin resolvió su problema, pero tuvo que esperar tres años. Él confió en la sustitución de equipos, pero irregularidades, tardanzas y desconexiones entre las entidades implicadas en el propósito, complicaron su situación. No es justo que un programa de tanta trascendencia para la eficiencia energética del país, al final haya creado crisis en su caso.

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