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Respondió Acueducto; falta el hospital

El pasado 18 de noviembre reseñé la denuncia del lector Bienvenido Garcés, acerca del desbordamiento constante de la inmensa cisterna del hospital Luis Díaz Soto (Naval), frente a la Ciudad Camilo Cienfuegos, en el municipio capitalino de La Habana del Este.

Garcés, quien no se habitúa a que le «resbalen» las indolencias, mucho menos con el agua que escasea en tantos sitios, señalaba que lo peor era que pasaban los meses y nada se hacía por contener aquel despilfarro.

Al respecto, responde Antonio R. Lago, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado del Este, que esa entidad ha tenido varias reuniones con las diferentes administraciones que han transitado por el hospital Naval, las cuales han solicitado aumento del abastecimiento de agua para sus servicios.

Refiere que se les ha demostrado, con inspecciones a las áreas interiores del hospital, que los índices calculados son suficientes; y que las pérdidas por fuga, tanto en el interior como en el exterior de la instalación, son la causa del déficit.

Precisa que a principios de 2011, a solicitud de la administración del hospital, se instaló una válvula a la entrada de la cisterna, para regular la presión de agua que, según ellos, causaba la rotura de las válvulas de los flotantes de la cisterna.

Aclara Lago que la responsabilidad de Acueducto es entregar agua al cliente en el límite de su propiedad. Y en tal sentido, informa que al hospital Naval se le abastece agua por redes en días alternos y entre las 12 de la noche y las tres de la mañana; y su índice de consumo es de 2 000 metros cúbicos diarios.

«Queda bajo la responsabilidad del hospital Luis Díaz Soto la instalación de una válvula con flotante, para evitar el vertimiento de la cisterna; y por nuestra parte, continuar con la exigencia y la aplicación del Decreto-Ley 272, artículo 18, inciso g».

¿Por qué no antes?

Bastante tuvo que sufrir Lázaro O. Perdomo la cochiquera construida por un vecino, contigua a la vivienda de aquel, en calle 78 No. 2302, entre 23 y 25, en San Antonio de los Baños, provincia de Artemisa.

La denuncia se reflejó aquí el pasado 7 de julio: no solo por el mal olor y el peligro de un foco de vectores para la salud humana, sino también por las molestias de los constantes gruñidos de los cerditos a toda hora, incluso en horas del sueño restaurador.

Lázaro contaba que había formulado su queja en el área de Salud, en Higiene y Epidemiología, en Vivienda, Planificación Física y Atención a la Población del Gobierno municipal. Y no tuvo respuesta.

Ahora, responde el doctor Mateo R. Cabrera —de la Dirección Nacional de Salud Ambiental del Ministerio de Salud Pública—, que funcionarios del MINSAP visitaron el sitio y comprobaron que la cochiquera se encontraba a menos de cinco metros de la vivienda.

Precisa que, al momento de la visita, se evidenció que «el lugar mantiene buena higiene y las condiciones estructurales son adecuadas; pero además de la cercanía a la vivienda colindante y de las molestias que se ocasionan con el manejo y alimentación de los animales, también constituye un posible foco generador de vectores dañinos a la salud humana».

Informa que se le dictó a los propietarios de la cochiquera la medida sanitaria de retirar la misma a una distancia mayor de 50 metros de la vivienda colindante, y la obligación de mantener la higiene adecuada; para lo cual se les otorgó un plazo de 30 días de ejecución.

Los funcionarios del MINSAP dieron seguimiento a lo dictado, y posteriormente se comunicaron con las autoridades sanitarias del territorio, «quienes pudieron comprobar que el problema fue solucionado definitivamente, ya que los propietarios de la cochiquera decidieron permutar su vivienda hacia la zona rural, donde tienen mejores condiciones para dedicarse a la crianza de animales, sin afectar las condiciones ambientales del entorno».

Agradezco la respuesta, no sin antes cuestionar por qué tantas autoridades sanitarias y gubernamentales en el territorio no dieron respuesta ni se interesaron cuando Lázaro lo necesitó. Y para resolver lo que era un asunto local, tuvo que ser accionada su solución desde las altas esferas del MINSAP. Es sencillamente penoso. Así no avanzamos.

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