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¿Cuándo costará el tiempo ajeno?

El tiempo es la angustia eterna de los humanos. La poesía, la historia, el periodismo… todo gira en torno al tiempo: ese ser en movimiento de los seres y las cosas, en el que se nos va la vida. Frases hechas como «time is money» (tiempo es dinero) o «darle tiempo al tiempo» o «todo lo cura el tiempo», solo refuerzan esa certeza. Por eso duele tanto cuando personas que representan instituciones sociales, malgastan las horas ajenas con total impunidad.

La idea, tantas veces esgrimida desde Acuse, vuelve a raíz de la carta de Reinaldo Martínez (Pasaje de 6ta B, No. 304, e/ Jiqué y F, Rpto. Rivas F. Ciego de Ávila). Cuenta Reinaldo que a partir de las modificaciones a la Ley de la Vivienda, pagó al banco la suma correspondiente y solicitó el título de propiedad de su hogar el 30 de noviembre de 2011.

En enero de 2012 fue con ese propósito a la Dirección Municipal de Vivienda (DMV) con el contrato de compraventa para obtener el documento que lo acredita como propietario. El calvario comenzó cuando lo remitieron al arquitecto de la comunidad, narra el avileño.

El arquitecto nunca vino, alegando que por problemas personales. El remitente contactó a otro, que finalmente hizo el trabajo y volvió entonces a la DMV. De ahí lo enviaron a la Dirección de Planificación Física para que esta emitiera una constancia de que la casa en cuestión no tenía alteraciones.

«De nuevo en Vivienda me dicen que tengo que traer además un certifico de numeración. Vuelta a Planificación Física. Entrego la solicitud el 17 de mayo de 2012 para recogerlo en 60 días. Este término no se cumple y por fin me lo entregan el 29 de agosto», evoca el lector.

Y añade: «Corro a Vivienda para iniciar el trámite. Encuentro en la puerta de la oficina un cartel que dice: “No se harán más trámites desde el 15 de julio hasta el 3 de septiembre”. Esto, no obstante haberse comprometido los directivos y funcionarios en el programa de radio A debate transmitido en los primeros días de junio, a solucionar las demoras».

El 3 de noviembre pasado debía Reinaldo recoger el título terminado en el Archivo. Pero después de mostrarle a la recepcionista el comprobante de recogida (No. 1435-12 de 3-9-12), ella le informa que no tenía que ir allí a buscarlo, porque Vivienda enviaría una resolución a su casa con un trabajador de la institución, y solo entonces podría ir por su documento.

«Pero, además, me dice que eso demorará hasta no se sabe cuándo porque el atraso es inmenso (…) más de 700 expedientes fuera de término. Al quejarme con la compañera que atiende la oficina me ha dicho que espere al año que viene (o sea, este 2013) con buen tiempo…

«Al preguntar qué respuesta tenía lo de la radio, me respondió que eso era un problema de la radio, no de ellos, ya que “no contaron con nosotros”», detalla el remitente.

¿Adónde voy? ¿Con quién hablo?, se duele este cubano.

Y sí, hasta que las onzas de tiempo y bienestar del prójimo no les cuesten muy caras a los indolentes; hasta que se establezcan mecanismos de indemnización a las personas cada vez que sean víctimas de un maltrato institucional, seguiremos viendo casos como este.

Pero no desesperar, «nada hay como un día tras otro» y «tanto va el cántaro a la fuente…».

Claridad: Lo esencial

No es ocioso recordar que cada misiva para esta columna debe cumplir el santo precepto de la claridad. Partir de los nombres y apellidos de los remitentes y su dirección particular completos y explicar a continuación cuáles son los hechos, en qué fechas, con qué instituciones. Decir todo lo necesario, con honestidad, lo más ordenado posible, para que podamos tramitar o publicar el asunto. Cartas claras conservan el Acuse. Gracias.

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