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Accidentada respuesta

Noche terrible y sus secuelas. Tal vez así podría resumirse el reclamo publicado en estas líneas el 23 de febrero último. Dimos espacio ese día al relato de la capitalina Yanay Iznaga Flores (Máximo Gómez No. 62 e/ Versalles y División, Guanabacoa), quien evocaba el impacto de un ómnibus Scania (Chapa HWD-546) contra su vivienda, el 16 de diciembre de 2012.

Un joven que pasaba por el lugar fue golpeado y hubo que amputarle un brazo, narraba la remitente. En tanto, la cerca perimetral, los peldaños de la escalera, el poste telefónico y parte de la sala de la casa donde ella y su familia permanecían fue sacudida por el choque.

Desde el instante aciago, la niña de Yanay, de ocho años, permanece con tratamiento psicológico y psiquiátrico, y para sus padres se desató un tortuoso camino de trámites en aras de que les repararan los daños materiales.

La misma noche del accidente se presentaron en el lugar el Director, el Subdirector y un técnico de la Empresa de Ómnibus Urbanos con base en el Reparto Antonio Guiteras, a la que pertenecía la guagua. «Nos dijeron que ellos se harían cargo de resarcir los daños, pues el chofer en todo momento dijo que lo ocurrido no era su culpa y que él no tenía que responder por nada», evocaba la lectora.

Tras varios días, Yanay y su esposo se presentaron en la empresa, donde el Director les solicitó un dictamen técnico de las afectaciones al inmueble. En esa misma jornada, la pareja regresó a la institución y entregó el documento donde se certificaba por la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV) el estado técnico en que había quedado el hogar así como la orden de apuntalamiento del techo y de demolición de la pared frontal por peligro de derrumbe. Pasó el tiempo y nada.

A propósito responde Ángel Luis Fonseca Zamora, director general de la Empresa de Ómnibus Urbanos de Ciudad de La Habana (EOUCH). Comenta Ángel Luis que en la publicación de la misiva se hace referencia a aspectos que para su entidad eran desconocidos, pues no se mencionaban en ninguno de los informes oficiales del siniestro. «Ejemplos de ellos son las cuestiones relacionadas con una infante de ocho años, la magnitud de los daños y las posteriores reuniones con el Director de la Empresa de Ómnibus Urbanos (radicada en el reparto Antonio Guiteras)».

«La noche del accidente se presentaron en el lugar varios funcionarios de la Dirección Provincial de Transporte, entre ellos el Administrador de la UB (unidad básica) Bahía (…). Este último plantea que en ningún momento realizó compromiso alguno, aunque tenía claridad de algún daño leve causado a la vivienda, como señala el informe oficial del accidente», refiere el directivo.

Se pudo verificar —añade el Director Provincial— que Yanay y su esposo entregaron los mencionados documentos de la UMIV a la UB Bahía, incluidas órdenes de apuntalamiento y demolición. Pero el Director de la entidad afirma no haberse comprometido a encargarse del asunto, pues no contaba con los recursos para ello. Tampoco comunicó a la Dirección de la Empresa la situación existente.

Luego de publicado el caso, la EOUCH se dispuso a investigarlo. El 26 de febrero el compañero Cirilo Ramos, jefe del Departamento de Atención a la Población de la empresa, se entrevistó con los damnificados y obtuvo copia del dictamen de la UMIV, «en el que se reflejan daños que evidentemente no coincidían con el informe oficial del accidente».

Los afectados solicitaron a la UMIV un nuevo dictamen, pero este no pudo realizarse. Las autoridades de Vivienda manifiestan que la EOUCH deberá resarcir solo lo relacionado con el choque.

«La solución de los daños está prevista con la UCONS (Grupo Constructor de la Dirección Provincial de Transporte) y queda pendiente la entrada de los recursos necesarios. Deberá ejecutarse en el mes de marzo de 2013» (La respuesta llegó a JR el 2 de abril). «En lo referente al incorrecto proceder del Administrador de la Terminal Bahía, (…), ya fue sustituido del cargo».

Termina su misiva el directivo provincial declarando «con razón» la queja de la capitalina, quien también firma la respuesta como de acuerdo con ella.

Agradezco la contestación. Quedan algunos vacíos informativos que no se entienden: ¿cuál fue la implicación y responsabilidad del chofer? Se menciona la estrategia para dar solución a los daños materiales, pero ¿y el apoyo ante los daños a las personas (los pormenores no se conocieron desde el primer momento, pero sí posteriormente)? ¿Alguna entidad puede explicar por qué había incongruencias entre el informe del siniestro y el elaborado por la UMIV? En este y otros casos la vida confirma la importancia de distinguir las complejidades humanas, que trascienden a los reportes técnicos —como la suerte que corrió el joven que perdió un brazo en el hecho, del que nada se explica en la respuesta—, y atenderlas en consecuencia.

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