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Pesos y sobrepesos de un viaje

Ya con una carga terrible de la vida, la santiaguera Ilien Rua Miranda contaba en este espacio, el 9 de julio último, sobre otra sobrecarga a la que tuviera que hacer frente en el aeropuerto de Santiago de Cuba.

La remitente, que reside en calle 1ra. No. 5-A altos, Rpto. El Chelín, Palma Soriano, debe viajar con frecuencia a La Habana para darle rehabilitación a su hijo Runaldis, de seis años, que sufre una hemiparesia derecha, secuela de un trauma craneoencefálico severo.

En el viaje del 13 de marzo de este año, cuando chequeó su pasaje en el aeropuerto oriental, una empleada de allí le comunicó que debía abonar cien pesos por la sobrecarga, refería la lectora.

Ilien no entendió, pues portaba más o menos lo mismo que desde hace cinco años lleva a estos viajes con su hijo, y apuntaba que entre ese sobrepeso iba un voluminoso sillón de ruedas.

Tras entregarse el comprobante de los cien pesos que debía abonar, la trabajadora orientó a la mamá que fuera a la segunda planta del aeropuerto a pagar el dinero. En la segunda planta, narraba la santiaguera, ella argumentó que era la quinta vez que viajaba en esas condiciones y nunca antes debió abonar tanto.

¿Se ha dictado alguna nueva regulación del costo de los equipajes que desconozca casos excepcionales como el de Runaldis?, se preguntaba la madre. E inquiría más: ¿cuánto cuesta explicar mejor dichos procedimientos?

Al respecto llega la misiva de Raúl Martínez Rizo, director de la UEB Aeropuerto SCU, de la Empresa Cubana Aeropuertos y Servicios Aeronáuticos ECASA S.A. Explica Raúl que la remitente fue visitada por la especialista de Atención a la Población del Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, junto a un directivo de la Empresa Cubana de Aviación de Santiago de Cuba.

En entrevista realizada a Ilien, ella refiere que dicha trabajadora la trató con amabilidad y solo cumplió con el procedimiento establecido por la aerolínea de chequeo de su boleto y pesaje de los equipajes, que consistían en un maletín y una caja con alimentos, los cuales pesaron 56 kg. «La silla de ruedas se pesa solo por razones de peso y balance del avión y como cortesía de Cubana de Aviación no se le cobra a ningún pasajero», apunta Raúl.

En este caso, señala, la agente de Venta y Servicio a pasajeros indicó a la mamá contactar en el segundo piso al representante de la Aerolínea y que «le informara del sobrepeso del equipaje, para lo cual ella envió a su esposo».

«En la entrevista realizada, el directivo de Cubana fue informado por la pasajera sobre la atención y el trato de este funcionario, del cual debe dar respuesta al órgano de prensa.

«Por nuestra parte, tomaremos todas las acciones necesarias para facilitar e informar a los pasajeros que en estos casos soliciten la presencia de nuestros directivos inmediatamente, ya que solo con el esclarecimiento oportuno se hubiese evitado el disgusto de la pasajera y de su esposo».

Agradezco la respuesta del director de la UEB Aeropuerto SCU, y paso a comentar algunos puntos. No queda claro si el motivo por el cual debía subir la familia a la segunda planta de la instalación era abonar el pago del sobrepeso ya chequeado o contactar al representante de la aerolínea e informarle del sobrepeso.

Hubiese sido oportuno, además, que la respuesta esclareciera las disposiciones en virtud de las cuales implementos médicos como el sillón de ruedas no se cobran.

En cualquier caso, esperamos también la respuesta de la aerolínea que especifique el trato de su representante con la familia.

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