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Fechas van, fechas vienen...

Ya en 2014, lamentablemente siguen carenando en esta columna episodios que debían ser agua pasada, como el de un compromiso institucional que no se ha cumplido y que tal vez no debió esbozarse si no estaban creadas todas las condiciones para ello.

Maribel Escalona escribe desde Gilberto González No. 16, entre Rubén Bravo y Frank País, en la localidad holguinera de Cacocum. Cuenta que su familia vivía en una cuartería frente al parque del pueblo. La misma, aunque tenía más de 80 años de construida, estaba habitable, y ellos hacían cualquier arreglo necesario con sus propios esfuerzos.

El 27 de mayo de 2013 se le otorgó a Cacocum la sede del acto provincial por el 26 de Julio, hecho que alegró a los pobladores y además, desencadenó una ola de arreglos y transformaciones para beneficiar al municipio. Así, a la cuartería llegaron los aires de mejoras y un día se personaron allí Manuel Díaz Perasmo, director municipal de la Vivienda; Iván Pérez Pérez, director de la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda (UMIV); y Rafael Hernández Aguilera, vicepresidente para la Construcción del Consejo de la Administración Municipal (CAM). Les comunicaron a los vecinos que a sus locales se les haría una rehabilitación, la cual incluía arreglos de fachada, cerca, pisos, mesetas y baños de las viviendas.

Los vecinos acogieron la noticia positivamente, y comenzaron las reuniones semanales con los directivos municipales y provinciales para chequear la marcha del proyecto. Un día visitaron la ciudadela arquitectos e ingenieros de Umbrales —la Empresa Provincial de Conservación, Rehabilitación y Servicio a la Vivienda—, y comunicaron que la rehabilitación no procedía, pues las viviendas estaban en mal estado y no aguantarían ese tipo de reparación.

Dijeron que traían el proyecto de hacer las casas nuevas, si el Gobierno municipal lo aprobaba. Así fue: el 12 de junio de 2013, en reunión con los vecinos, el Director de la UMIV informó que se había aprobado el proyecto y estaban todos los recursos y materiales para ejecutarlo. Comunicó que se demolería la cuartería cuanto antes. Al menos para la fecha del 26 de julio estaría la zapata hecha y una buena parte de las paredes levantadas. Al final de la reunión, se personó el Vicepresidente del CAM para las Construcciones, quien confirmó todo lo expuesto.

El 16 de junio la cuartería estaba demolida, pero debido a los muchos frentes de ejecución que se abrieron en el territorio —señala Maribel—, es aún una asignatura pendiente. Desde entonces, dichas familias andan rodando con sus pertenencias, hacinados en casas de familiares o alquilados, con peripecias y sacrificios económicos.

Al ver que todo se dilataba, los vecinos comenzaron a visitar a directivos. «Era como una papa caliente —recuerda Maribel—; no había nada claro, y si no, la respuesta era “el lunes comenzamos”, con la incertidumbre de no saber de qué semana, de qué mes». Esa misma respuesta se las daba Cruz Mario Cabrera Graupier, directivo de Umbrales a nivel provincial.

Los vecinos escribieron al periódico territorial Ahora y su queja se publicó el 7 de septiembre de 2013. Entonces, Maritza Díaz, de Atención a la Población en la Dirección Municipal de la Vivienda, les entregó la respuesta por escrito el 24 de septiembre, la cual precisaba que Umbrales de Cacocum se comprometía a concluir el trabajo al nivel de cerramento al cierre de diciembre de 2013, y a terminar la ciudadela en el primer trimestre de 2014. El documento lo firmaban los directores de la Vivienda y de la UMIV a nivel municipal.

La Presidenta del CAM y su Vicepresidente para las Construcciones, junto a los firmantes de la respuesta, visitaron a los reclamantes el 28 de septiembre, y «de igual forma se comprometieron a ejecutar la obra hasta nivel de cerramento para el cierre de diciembre de 2013. La UMIV informó que se incluiría en el plan de 2014 para la erradicación de cuarterías, con el propósito de concluirla en el primer trimestre de este año. Además, se responsabilizó al Vicepresidente para las Construcciones con el chequeo de la misma, y al Director de la UMIV con la gestión de los recursos y el control de la calidad.

Sostiene Maribel que estas instituciones han hecho compromisos y empeñado su palabra, pero hasta ahora no han cumplido; y que al paso que va la obra, no se va a cumplir siquiera con el último plazo fijado, pues hasta el 27 de diciembre —fecha en que la holguinera nos escribió— lo único que habían hecho los constructores eran los dados. «Y la brigada no cumplía con las ocho horas de trabajo, ni contaba con los utensilios necesarios. Por allí no aparecía ningún directivo a supervisar, ni a orientarlos en lo que deben hacer», recalca.

«Para colmo, retiraron la brigada de la obra, y “ojos que te vieron ir…”. No nos han dado una explicación. Y si se está incumpliendo con este compromiso, por supuesto que para marzo no nos podrán entregar nuestras viviendas».

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