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Hubo oídos para su reclamo

Bajo el título Oídos para su reclamo, reflejé el pasado 14 de enero la desesperanza de Ester María de la Gala González, una profesora jubilada que reside en Ciego de Ávila sola y sin hijos, y sufre serios problemas de audición hace años, sin que últimamente pudiera acceder a una prótesis para seguir escuchando los sonidos de la vida. La prótesis adquirida en el Centro Auditivo de Ciego de Ávila le duró hasta 2012, cuando dejó de funcionar.

Y ahí empezó su calvario: varios meses después pudo atenderse con el audiólogo de entonces, el cual la remitió a una audiometría. Al fin pudo ver al doctor Ramón (no recuerda su apellido), el cual la anotó en una larga lista y le dio turno para el Centro Auditivo. El día del turno, el doctor la atendió amablemente, pero le alertó que las prótesis en existencia eran de mayor amplificación, y no servían para ella, quien necesitaba una de menor graduación. Y quedó en avisarle cuando entraran.

Ester María aguardaba por la suya desde 2012. Y su vida fue ensombreciéndose. Tuvo que cambiar el teléfono por otro que sonara más alto. Desestimó el timbre de la calle, pues percibe mejor cuando tocan a la puerta, y fuertemente. Cuando ve la televisión tiene que usar un audífono común conectado a un radio que capte por FM la señal auditiva de Cubavisión y Tele-Rebelde al menos, porque los demás canales no se escuchan por esa vía. Y ya ha tenido que comprar cuatro audífonos, debido a su baja calidad.

«Tuve que dejar Educación y la Sede Universitaria —afirmaba—, donde trabajé toda mi vida, y donde se me presentaron varios contratos. Tengo necesidad de salir a la calle y resolver los problemas que se me presentan en la casa, desde comprar el pan y la comida, visitar talleres para las roturas de los equipos eléctricos, el Banco o el médico.

«En todo este tiempo desde 2012, el doctor Ramón (audiólogo) fue a cumplir una misión y esta especialidad se quedó sin facultativo, hasta que pusieron a la doctora Yoalkis, a la cual logré ver en el Centro Auditivo y me repitió lo mismo: tenía que esperar a que entraran equipos de menor amplificación.

«Hace más de cuatro años que estoy sin ese equipo y en el Centro Auditivo, donde voy todos los meses a preguntar, me responden lo mismo: que han entrado algunos que son de muy alta audición, y tengo que esperar. Me pregunto si en el país hay cristales para espejuelos de distintas graduaciones, ya que todas las personas no tienen las mismas necesidades en la visión, por qué razón el Ministerio de Salud Pública (Minsap) no acaba de resolver este problema para los discapacitados que presentan esta situación», concluía.

Al respecto responde la doctora Tania Guerrero Pupo, jefa de Atención a la Población del Ministerio de Salud Pública, que, según el doctor Fernando Trujillo, director provincial de Salud de Ciego de Ávila, una comisión profundizó en las causas y condiciones que motivaron la insatisfacción de la paciente; al tiempo que con celeridad se le realizó la evaluación audiológica integral, además de venderle la prótesis auditiva, y coordinarle su atención en la provincia de Camagüey para el ajuste y programación, lo cual se efectuó el 12 de febrero.

Precisa que la investigación arrojó problemas organizativos con los recursos humanos adiestrados para la atención a esos pacientes, al encontrarse de licencia de maternidad la doctora que atiende dicho programa. Ello motivó un análisis con el Consejo de Dirección Provincial, y se le aplicó al Jefe de la Sección de Adulto Mayor en la provincia una amonestación, por no prever esta afectación. E igual medida disciplinaria se le aplicó a la coordinadora de los programas de Discapacidad, y a la administradora del Centro auditivo del territorio, respectivamente.

«Como parte de las medidas organizativas para el fortalecimiento de esa actividad —precisa— están entrenándose en la capital dos licenciados en Logofonoaudiología y un médico especialista en Otorrinolaringología, lo que permitirá garantizar la continuidad de la atención, así como se restaura un local más amplio con todas las condiciones, que incluye el equipamiento necesario para realizar el estudio auditivo completo. De esta manera, la población afectada con estas patologías no tendrá que trasladarse a otras instituciones».

Según le informó a la doctora Tania Guerrero el doctor Alberto Fernández Seco, jefe del departamento de Adulto Mayor y Asistencia Social del Minsap, hoy están dispensarizadas en Cuba 49 796 personas con discapacidad auditiva, para una tasa de 4,5 por cada mil habitantes. En el caso de los adultos mayores, esa tasa es de 12,2 por cada mil.

Tal discapacidad se incrementa con el envejecimiento de la población, al punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la califica como «una  epidemia oculta», para lo cual se compran prótesis de audición moderada, alta y ultrapotente, además de los implantes cocleares, lo que permite cubrir la gama de pérdidas auditivas en pacientes diagnosticados con estas afecciones, afirma.

Agradezco la respuesta, y con más razón, si ya se conocen las dimensiones de la discapacidad auditiva y el envejecimiento en la población cubana, es imperdonable que en Ciego de Ávila se haya descuidado la atención a esos pacientes.

A propósito, siempre me pregunto: ¿Estarán dando resultados las amonestaciones como medidas disciplinarias? ¡Qué trabajo cuesta prever y controlar!

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