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Aún sin respuesta

Es impedido físico, parapléjico, y anda en silla de ruedas; pero Julio Jaime Ávila tiene aguzado el sentido de la observación y la sensatez. Y revela que al fondo de su casa, calle 65, No. 1415, entre 14 y 16, Vista Alegre, municipio capitalino del Cotorro, se erige un peligro.

Refiere que se construye una segunda planta que, además de afectar a las casas colindantes en cuanto a pared y cercas medianeras, representa un peligro potencial para la vida de sus futuros moradores y de los colindantes. La edificación sobre la que se levanta tiene una placa deficiente y no cuenta con los cimientos requeridos para ello.

El 3 de agosto de 2015, Julio Jaime envió con su esposa una carta a manera de planteamiento, al Gobierno Municipal. Y la representante de Atención a la Población se negó a recibirla, porque «tiene que venir a través del delegado de la circunscripción». Dijo que solo recibía quejas, que si le borraba la palabra planteamiento y le ponía en su lugar queja, entonces sí. Molesta con la meticulosidad de las palabras, la esposa de Julio Jaime no entregó el documento y se retiró.

Disgustado por la exquisitez formal, Julio Jaime envió el 14 de agosto de 2015 una carta a la Asamblea Nacional del Poder Popular, con el alerta y lo que le había sucedido en el Gobierno Municipal. Y se recibió con el número 2327 en Atención a la Población de esa entidad.

El 28 de agosto, llamó por teléfono y quien le atendió le dijo que era muy pronto, pues «aún no estaba en el sistema». El 17 de septiembre llamó de nuevo y le dijeron que tenían 60 días para responder. Que se tramitaría, por lo cual debía esperar acuse de recibo.

El 18 de noviembre, él recibió acuse de recibo de Atención a la Población de la Asamblea Nacional. Le informaban que su queja la habían enviado a la Asamblea Provincial del Poder Popular para su verificación y respuesta.

En carta a esta columna, fechada el 11 de abril, Julio Jaime señala:

«Hoy, a 246 días de que fuera rechazado mi planteamiento por el Gobierno del Cotorro, a 239 días de haberse recibido mi escrito en la Asamblea Nacional, a 170 días de que el área de Atención a la Población de la Asamblea Nacional enviara mi escrito a la Asamblea Provincial “para que se verifique y me ofrezcan la respuesta que corresponda”, no he recibido ninguna respuesta».

Más allá de la formalidad y el mecanicismo con las palabras, en el lugar de su esposa, no me hubiera retirado. Y donde decía «planteamiento» hubiera puesto «queja». Al final la carta subió y subió, y aún no cae la respuesta profunda y esclarecedora que Julio Jaime merece.

Polvo y ruido

Esperanza Liranza Montero (Industria 270, entre Neptuno y Virtudes, Apto. 504, Centro Habana) denuncia la contaminación que genera la tienda de materiales de la construcción sita en Amistad, entre Neptuno y Virtudes, en el propio Consejo Popular de Colón.

Lo preocupante, según ella, es que en un sitio muy sensible y necesario, importante por su función social para la población, «los áridos y materiales de la construcción: arena, polvo de piedras, gravilla y otros, están a la intemperie sin ningún tipo de protección contra el viento y el agua. ¿Y qué decir de la tolva de cemento a granel?».

Esperanza deja bien claro que los trabajadores de ese establecimiento no son responsables del daño. Y agrega: «Polvo y ruido; el nivel de decibeles supera varias veces el autorizado. Es insoportable y casi imposible vivir en mi casa: dos cuartos tienen las ventanas hacia el patio del establecimiento.

«¿Alguien se ha preocupado por saber hasta dónde este alto nivel de contaminación es perjudicial para la salud de los vecinos? Estoy convencida de que la solución no es que tenga que emigrar con mi familia o trasladarse el punto de venta.

«Les sugiero al Citma, el Minsap, Mincin y a mi Gobierno Municipal que investiguen. Si nos demuestran que todo está en norma y que no hay perjuicio para la salud de los niños, adultos y adultos mayores, quienes aspiramos y tragamos ese polvo las 24 horas, soportamos ese ruido y polvo de la tolva de cemento que no nos permite conversar, hablar por teléfono ni oír el televisor, entonces me disculparé en esta misma página».

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