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Sin atención ni respuesta

El pasado 28 de diciembre, Doralis León contó que a su mamá, en La Habana Vieja, hacía meses le llegaba alto el recibo de la electricidad: 48, 56 y 72 pesos, para quien tradicionalmente paga entre ocho y 12 pesos. Argüía que en su casa hay un refrigerador, dos ventiladores, un televisor, una olla arrocera, y la mitad de la iluminación de cualquier casa.

Precisó que el viernes 6 de octubre se reclamó en las oficinas de la Empresa Eléctrica, en la calle Habana 305, y el inspector prometió visitarlos al siguiente jueves. Pero no fue. Pasaron semanas. Llamaban y llamaban, y no podían hablar con ese u otro inspector; hasta que fueron allí: el jefe de los inspectores les dijo que había ido uno a la casa y no detectó problemas en el reloj. Aparte, no había constancia de la visita, subrayó Doralis. Y el jefe le respondió que no era obligatorio avisar la inspección.

«Lo más absurdo es que haya que pagar altas sumas de dinero por el mal trabajo de otros», afirmaba Doralis.

Responde Jesús Samón Leyva, director general de la Empresa Eléctrica de La Habana, que en la investigación del director de la UEB Centro Habana-La Habana Vieja realizada al contador de la vivienda de la cliente se comprobó que este se encontraba «en troque» con otro metrocontador.

Se hicieron las pruebas pertinentes al referido equipo, señala, y comprobaron que estaba en perfectas condiciones técnicas y registrando al ciento por ciento.

«Debido a que dicha reclamación fue dada a conocer por el cliente en la Oficina Comercial de la calle Paula, refiere, y ante las infracciones cometidas, que empañaron el prestigio de la entidad, se procedió a solicitar las medidas disciplinarias al jefe de inspectores por el maltrato hacia el cliente, y al inspector actuante por no ofrecer respuesta o solución a la queja; así como un señalamiento al administrador de la sucursal, por no dar seguimiento a las reclamaciones realizadas».

Y ofrece disculpas a Doralis por las molestias causadas.

Agradezco la respuesta, aunque le falten elementos que esclarezcan lo denunciado. ¿Qué significa que estaba «en troque» con otro metrocontador? ¿Si el metrocontador funcionaba bien, resulta que los importes eran correctos? ¿Cuáles fueron las medidas disciplinarias y señalamientos aplicados a quienes ignoraron la paciencia y la molestia de la cliente?

GRAVE EL TRANSPORTE OBRERO

Pavel Águedo Marrero, secretario del buró sindical de la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, en Felton, Mayarí, afirma que la grave situación del transporte obrero concentra el 80 por ciento de los planteamientos de los trabajadores en asambleas de afiliados y de representantes.

Añade que el servicio de transportación se contrata con la Empresa de Servicios a la Unión del Níquel (Esuni), la que posee un parque de ómnibus de segunda mano con más de diez años de explotación en malas condiciones, sin piezas de repuesto. «El servicio que recibimos es muy malo, afirma. Los trabajadores se afectan por ese concepto una o dos veces a la semana, tanto a la hora de llegada como de salida».

Plantea que desde fines de 2014 hay problemas, sin que se vea la solución. Los trabajadores esperan más de dos horas en las paradas y al final el ómnibus no pasa. El tratamiento salarial que reciben es el orientado por la dirección de la Unión Eléctrica: se declara interrupción laboral al obrero y le descuentan los importes devengados por los sistemas de pago de ese día, aunque la solución al asunto sobrepasa a la dirección de la termoeléctrica.

La termoeléctrica, apunta, está lejos de las localidades donde viven los trabajadores. El recorrido desde y hacia los puntos de recogida dura alrededor de una hora, trayecto que la mayoría hace hacinada y de pie.

En el transporte de la termoeléctrica viajan no solo los trabajadores de la termoeléctrica y de Fuel Felton, sino también los de otras empresas como Esuni y EMCE, las que contratan personal sin calcular los recorridos ni la capacidad de los ómnibus.

«Las afectaciones por el transporte obrero inciden en la disciplina laboral, la eficiencia y calidad de la producción, el aprovechamiento de la jornada laboral y el salario en los sistemas de pago en CUC y CUP. ¿Qué podemos hacer los trabajadores si la solución no depende de nosotros?», concluye Pavel, quien no precisa qué gestiones ha hecho como líder sindical.

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