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Situación embarazosa

La de Gendry Ramírez Alejo y su esposa (edif C-43, apto.13, zona 6, Alamar, La Habana del Este) es, literalmente, una situación embarazosa. El pasado 24 de febrero, cuenta el remitente, les nació su primer hijo, acontecimiento por el cual aún su señora se encuentra disfrutando y cobrando la licencia postnatal.

Sin embargo, a la pareja, aún cambiando los primeros pañales como quien dice, se le presenta un segundo embarazo y, dada la edad de ambos —ella, 29 y él, 35 años—, el deseo de tener dos hijos, y otras variables familiares que consideraron, han decidido tenerlo, narra el recién estrenado papá.

«Resulta que su fecha de parto es para un mes después que se vence su licencia de maternidad. (…) En el embarazo anterior mi esposa estuvo toda la barriga con amenaza de aborto y parto pretérmino, luego, (…) con una diabetes gestacional ingresada un mes antes de parir en el materno González Coro. Los médicos dicen que el 90 por ciento de las mujeres que hacen diabetes gestacional (…) la repiten luego en otros embarazos. Ahora está haciendo la misma barriga de hasta 15 vómitos por día, los mismos signos y síntomas de una amenaza de aborto.

«Pero la cuestión es que para que a mi esposa le paguen la siguiente licencia tiene que trabajar al menos 70 días en su centro de trabajo. (…) Me pregunto: ¿tendrá que parir en su oficina? (…). ¿La pongo a ella y al futuro bebé en riesgo para sus vidas a fin de cumplir con la ley y que así (…) pueda disfrutar y cobrar su licencia de maternidad»? (…) ¿Debemos renunciar a cobrar su licencia de maternidad?, se cuestiona alarmado Gendry.

Y a continuación recuerda cuán caros son en nuestras tiendas ciertas indumentarias para bebés como culeros desechables, toallas húmedas, cremas, ropas; esto sin contar algo más básico incluso, que es garantizar la balanceada alimentación a la mamá y, por su medio, al niño. Ivania Ramón Silvetiz, la joven madre gestante, trabaja en el IDICT, una dependencia del CITMA, apunta finalmente su compañero.

¿Qué pueden argumentar al respecto las autoridades facultadas? ¿No existe —pregunta este periodista— un resquicio, ventana o estrategia legal solidaria para resolver un caso excepcional como este sin afectar la salud, ni el tan requerido apoyo económico?

Peligra agricultura urbana en Caibarién

El S.O.S. lo lanza Saúl Martín Moreno (calle 12, No.3515, entre 35 y 37, Caibarién, Villa Clara), quien brinda en su breve misiva datos que, de ser exactos, darían bastante que pensar sobre el tema en cuestión. 

Señala el villaclareño: «Hace seis años que se extinguió la empresa agropecuaria de Caibarién y cuatros años que dejamos de ser granja y pasamos a ser zona de la granja urbana de Remedios. Desde entonces han desaparecidos más de cinco organopónicos, incluyendo los patios y parcelas, por falta de atención. Solo nos quedan diez organopónicos que están en muy malas condiciones. (…) En estos momentos deciden eliminar uno (…) en plena producción y le orientan al productor —dicho textualmente por el Vicepresidente del gobierno—: “cosecha lo que tienes y no siembres más nada”. Este productor (…) se encuentra afectado hace tres meses por su salario; además, estamos afectados en la producción de hortalizas y vegetales por la falta total de sistema de riego, medios de trabajo y materia orgánica. Estos problemas y muchos más (…) los hemos visto con todas las instituciones y discutido con las mismas sin respuesta alguna. De no tomar medidas inmediatas nos quedaremos sin la agricultura urbana en Caibarién».

¿Quién ha seguido la curva productiva descendente que describe el lugareño en su carta? ¿Acaso no es un contrasentido que mientras la dirección del país, por diversas formas, vías y métodos, llama a estimular la generación de alimentos, se cierren espacios que pueden contribuir a ese fin en las ciudades? ¿Cuánto se ha discutido sobre esto, con transparencia y espíritu participativo, con los implicados y beneficiados en las distintas zonas y consejos populares del municipio? Y quienes deben controlar desde los espacios del Minag y otras instancias, ¿han cumplido su función? Bien vale que nos preguntemos todo esto.

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