Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Joaquín Borges-Triana

Los que soñamos por la oreja

Cuerda joven

Afortunadamente, como en Cuba las oleadas de trovadores se producen una tras otra —porque no es cuestión de moda la aparición de personas interesadas en defender una poética desde la guitarra y actuar como cronistas de su tiempo—, desde hace rato se dejan escuchar voces y cuerdas de creadores nacidos en la segunda mitad de la década de los 80 (y hasta a inicios de los 90) del pasado siglo. Estos muchachos y muchachas encuentran la inspiración para componer en los mismos temas a los que siempre la trova le ha cantado en nuestro país: el amor a la pareja, los problemas sociales y el mundo en su conjunto.

La peculiaridad de su discurso ideoestético viene dada porque al abordar tales asuntos lo hacen desde la perspectiva de quienes vinieron al mundo en el decenio de los 80 y ahora constituyen una generación que pide la palabra para decirnos sus puntos de vista. Por suerte para quienes amamos esta forma de hacer música, son varios los espacios que se han abierto para que los recién llegados con la fuerza de los nuevos nos transmitan sus ideas e inquietudes.

En el circuito trovadoresco diseñado para las noveles voces, puede mencionarse el espacio denominado Cuerda joven, organizado por el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. En cierto sentido, esta iniciativa resulta algo así como la continuidad de lo que en un momento fuese el proyecto Puntal alto. Tanto uno como el otro han surgido a fin de ofrecer un sitio concebido desde el respeto y la fraternidad hacia quienes empiezan a darse a conocer entre nosotros.

Otro espacio que, desde características diferentes, tiene también entre sus objetivos promover el quehacer de cantautores que apenas andan entre 20 y 25 años de edad es el denominado Trovando, cita cultural organizada por la revista El Caimán Barbudo y conducida por el poeta y periodista Bladimir Zamora Céspedes. Esta tertulia ideada por la familia caimanera parte del principio de que no hay nada que supere el inmenso placer de compartir con y entre amigos, y si es con buena música como respaldo mucho mejor.

Así, desde marzo de 2009, cada miércoles entre cuatro y siete de la tarde, trovadores y trovadictos, que si se viene a ver es una misma cosa, se reúnen al llamado de El Caimán Barbudo en el patio-bar de los clásicos estudios Areíto de la Egrem, localizado en calle San Miguel 410 entre Campanario y Lealtad, otrora barrio de San Leopoldo, Centro Habana.

Uno de los méritos que Trovando ha registrado en el período transcurrido a partir de su aparición hace ya tres años, es que ha posibilitado el dar a conocer a trovadores muy jóvenes, que han compartido de igual a igual con creadores de todas las generaciones. Entre los nombres que he descubierto gracias a mis idas y venidas por el patio de la EGREM cada miércoles, está el de Lisandro Vienes, alguien que procede del centro del país, pero que ha desarrollado su naciente carrera artística en los predios habaneros. En su quehacer, se perciben influencias de gente como Omar Hernández, eminente músico nativo del terruño de Lisandro. Vienes tiene la peculiaridad de que no solo escribe sus canciones sino que en ocasiones, musicaliza versos de poetas.

Otra novel figura que ha captado en especial mi atención es Ana María. De formación académica, inicialmente ella fue parte de agrupaciones de música tradicional, hasta que se decidió a comenzar como cantautora. En los temas que le he podido escuchar, percibo que Ana María abreva en disímiles fuentes, en sintonía con esa corriente que se ha ido definiendo bajo el rubro de canción cubana contemporánea.

Un tercer nombre al que recomiendo prestar especial atención es Manuel Joaquín Bas o sencillamente Manolito, como se le va conociendo en el medio trovadoresco. Él es alguien que tiene estrecha relación con la zona de los cantautores locales marcados por el pop y posee la virtud de diseñar líneas melódicas que de inmediato atrapan al oyente. Hubiese podido hablar también de otras figuras como, por ejemplo, Ernesto Mederos, Manuel Leandro Sánchez, Alieski Pérez y Mario Duque, pero los dejo para otra ocasión. Por ahora, he aquí un breve listado de trovadores que vienen llegando.

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