La tecla del duende
Agudeza y sabor cubano. Tal vez no haya mejor síntesis para este dúo que los piropos criollos. Aquí van algunos condensados en espinelas. Llegan desde Villa Clara, enviados por Pedro L. González Domínguez, su autor...
Me gusta mucho el bistec/ de una carne bien blandita/ un bistec con papas fritas/ y una carne en fricasé. /También me gusta el café/ temprano al amanecer/ y aunque hay que reconocer/ que es rico el dulce con queso/ nada es más dulce que un beso/ de labios de una mujer.
(...) Me gusta un pernil mechado/ un chivito en chilindrón, /también me gusta el jamón/ el vino y el puerco asado. /Cuando se trata de helado/ del sabor del que se trate/ yo soy todo un cuarto bate/ a la hora de comer/ pero por una mujer/ desprecio hasta el chocolate.
El atún es exquisito/ exquisita es la langosta,/ el faisán y hasta una posta/ bien rica de pollo frito./ Una rueda de bonito/ con hojitas de laurel/ también con mucho placer/ me como un mango jugoso/ pero nada es más sabroso/ para mí que una mujer.
(...) Bien sabrosa es la manzana,/ la uva, el melocotón/ pero no hay mejor opción/ para mí que una cubana./ Ni el dátil ni la avellana/ la nuez, el higo, la fresa/ la pera ni la cereza/ como una linda mujer. no puede en el mundo haber fruta más rica que esa.
Me gusta mucho el tasajo/ y me gusta el bacalao,/ también un buen pargo asao/ y un fricasé de guanajo/ bien subidita de ajo/ me gusta la mayonesa/ me gusta el ron, la cerveza/ pero como una mujer/ yo dudo que pueda haber/ comida mejor que esa.
De comer preferiría/ que me dieran como postre/ un buen dulce de calostre/ de vaca recién paría/ a gusto me llenaría/ con un turrón alicante/ ¿de casquito?: en un instante/ pero yo para poder/ llenarme de una mujer/ tengo que comer bastante.
«El mejor cetro», este fue el precepto martiano que guió las ocurrencias en la lluviosa noche del pasado 24, cuando tecleros de San Juan y Martínez rindieron tributo a la prensa. El periodista Raúl Alonso contó anécdotas de su maestro Guillermo Cabrera; mientras que los versos y flores de los presentes homenajeaban a Esther Montes de Oca, madre de los hermanos Saíz, con sus 99 años de honda cubanía.
Los premios del concurso de décimas 21 de Febrero fueron entregados a José Oriol y Leyicel; y Talía, una pequeñita de 9 años, regaló a los presentes el candor de sus poemas. La trova, los recuerdos y el vino completaron la noche... (Reporte de Sonia)
Y este sábado, a las 2:00 de la tarde, los bayameses se encontrarán en el Museo Carlos Manuel de Céspedes. Honrarán a la mujer cubana.
Chichito: Las flores no siempre florecen en primavera. Tu Clavel
Mi nené travieso: Después que crucé tus brazos, descubrí de qué están hechos el amor y la ternura; están hechos de carne y huesos: ¡Eres Tú! Tu muñeca negra.
Debe uno ser pobre para conocer el lujo de dar. George Elliot
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