Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El Duende

La tecla del duende

Charro

Coloco en los buscadores de internet la palabra «charro», para encontrar una definición precisa. Me responden de un jinete de México que practica el deporte de la charrería, y voy entonces a buscar «charrería». Y esta última se define como «el conjunto de destrezas, habilidades ecuestres y vaqueras propias del charro mexicano». Pero no es esa la definición que ando solicitando.

Me hablan de un sombrero, del equipo de béisbol de Jalisco. Pero tampoco es eso lo que ando buscando... 

Y es que preciso ese amigo todo sonrisa, que se nos ha marchado con una melodía tan triste. En medio de las lluvias, la salud le jugó una mala pasada. Y se marchó, solo físicamente, porque no habrá una tertulia cubana que no le llore, hasta recordar que él nos enseñó a reír. Y eso no se olvida.

Tú no puedes irte, Charro. Que digan que estás dormido, y que se acuerden de ti.  

Lluvia de amor, Yayabo

Cuentan que el sol no salía, pero Arminda puso la luz en las almas tecleras de Sancti Spíritus. Llovió amor en la nueva sede del Museo de Arte Colonial, donde rindieron homenaje a los Mártires de Barbados, a Camilo y al Che. Una concurrencia que desafió el regalo de las nubes salió a compartir mensajes, música, poesía... Cerraron con brindis, planes para el aniversario 15 de la Tertulia habanera y mucho entusiasmo hacia el próximo encuentro. 

La Habana, este sábado

La Tertulia capitalina propone un encuentro muy especial. Será en la Sociedad Cultural José Martí (17 esquina a D, Vedado), a las dos de la tarde. El tema: La poesía de Cuba en La Habana, con una actriz invitada, de la mano de Nicolás Guillén. ¿Alguien se lo perderá?

Sobre las olas…

Mientras «navego» a través de internet, me escribe Carmen, profesora de Historia, en Batabanó. Y cuenta: «Con Yumila y otros profes, hace mucho tiempo recopilamos la tecla y los artículos históricos muy buenos del periódico. En estos momentos somos un grupo donde están representados distintos sectores; invítenos a un encuentro con otros tecleros».

Ya están invitados. ¿Y si fundamos una nueva Tertulia en Batabanó, la primera que tendría Mayabeque en su joven historia? Con personas como ustedes, no morirán ni el Charro ni Walkiria ni Nena ni el Moro… Ni Guillermo. 

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