La tecla del duende
La modernidad ha venido acompañada de cámaras audiovisuales. Hace unos años, para ofrecer la idea de que se estaba filmando en broma, era preciso dibujar gestos exagerados. Ahora, con los dispositivos móviles, solo se necesita el encuadre y un soporte mínimo. Y además está uno en riesgo de ser filmado; quién sabe para qué, desde dónde, desde cuándo.
Si de cámaras fotográficas hablamos, la transformación es radical. Los rollos de 12, 24 y 36 imágenes obligaban a seleccionar entre momentos para evocar los que consideráramos imprescindibles. Ahora son miles, a veces decenas de miles las fotos de una fiesta, una excursión, un encuentro entre amigos… o una tertulia de nuestros lectores.
Que lo digan los buenos amigos Camarero y Calixtín, con archivos que se desplazan de un portador a otro, para recordar las historias compartidas por toda Cuba.
La amiga Yanisel Clemente ha divulgado una reflexión sobre el tema, que les propongo para cerrar mi comentario de hoy:
La vida es una cámara; enfócate en lo importante, captura los buenos momentos, saca de lo negativo un aprendizaje revelado. Si las cosas no salen como lo deseabas, intenta una nueva toma.
Solo agrego: regálate imágenes nuevas que transformen tu rutina. No quiebres ninguna foto; todo es tu historia. Aprieta el obturador ante cada sonrisa, tuya o de los otros, que las alegrías siempre deben ser compartidas.
A partir de la situación epidemiológica que afrontamos, los tecleros nos cuidamos, aguardamos, posponemos. Todas nuestras actividades del primer semestre, salvo las que sean virtuales, quedarán aplazadas.
Así, proponemos vernos más adelante en Batabanó y en Manatí. Para el tradicional encuentro habanero de febrero, esta vez festejando los 20 años de historia en nuestro Proyecto, se buscarán variantes virtuales que no lo hagan pasar por alto. Y la constitución de nuevas tertulias espera; es lo más sano para todos. ¡Que viva la ocurrencia de que, aun así, seguimos unidos!
Alain: Envía una paloma con el mensaje, que la respuesta la llevaré yo misma. Yai.
19
