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Voy para donde me manden

El presidente de la Federación Estudiantil Universitaria en la Universidad de Ciego de Avila reafirma su disposición con la Revolución

Autor:

Juventud Rebelde

CIEGO DE ÁVILA.— Por esos días, en la ciudad andaba el Carnaval de las Flores y una de las comparsas era la de los estudiantes, así que nos advirtieron: «Si quieres verlo, tienes que buscarlo en el paseo».

Sin embargo, ni el grupo desfilaba a la misma hora ni permanecía en un mismo lugar, pese a que te juraban «sí, sí, ¡cómo no!: ahí mismo, en la esquina de la calle Bembeta con Abraham Delgado, allí están…».

Sobre las diez de la noche del último día de Carnaval apareció Daumier, dando saltos y haciendo giros como un reguilete en medio de la comparsa, la misma que al terminar el desfile alcanzaría el Gran Premio del Carnaval y el Premio de la Popularidad.

Pero unos minutos antes de recibir los trofeos, el hoy Presidente en funciones de la FEU de la UNICA (Universidad de Ciego de Ávila), su delegado directo al Séptimo Congreso y estudiante de cuarto año de Contabilidad, se sometía al interrogatorio. A medida que respondía, el rostro jadeante y bañado en sudor se iba tranquilizando.

Foto: Nohema Díaz Muñoz —¿Por qué cambiaste de ingeniería mecanizada a la licenciatura en Contabilidad?

—Al terminar el doce grado me quedé sin carrera. En la segunda vuelta me llegó Mecanización, pero mi sueño siempre fue ingeniería industrial, aunque tenía que esperar dos años antes de irme a Villa Clara, que es donde se estudia. Yo soy de Guáimaro, en Camagüey. Medité, valoré otras dificultades, situaciones personales, y al final me decidí por Contabilidad. A mí me va bien con los cálculos.

—¿Y en la FEU? ¿Cómo llegaste a ocupar cargos?

—Durante dos años pedí un stop. Quería tomarme un tiempo y entrar en confianza con la carrera. Luego salgo vicepresidente de la Facultad de Economía, y cuando vengo a ver me eligen vice de la Universidad.

—El estudiante universitario es un poco radical al otorgar su preferencia. En tu caso, ¿de dónde salió el respaldo para los votos de vicepresidente?

—Aun sin cargo, si tenía que tocar una lata, lo hacía. Además, en Mecanización me conocía mucha gente.

—¿Y no tenías liderazgo entre los estudiantes?

—No, creo que no. A lo mejor era un tipo popular, pero líder no. Les dije a Hailor Parra, el presidente, y a Daniel Burgos, el vice: «Por favor, ayúdenme, que yo no tengo experiencia». Ellos dos sí son líderes.

—¿Y para ti, qué es un líder?

—Una persona que arrastra, convence, alguien que le sabe llegar a la gente cuando otros no pueden.

—¿Qué te falta para serlo?

—¿A mí? ¿Para ser líder…? Me falta descubrirme en algunas cosas. Tengo que desarrollar la habilidad para comprometer. En los discursos no soy tan bueno, he mejorado pero no tanto… Al principio empezaba y me quedaba ahí, ahí, dando vueltas y más vueltas. Los muchachos se reían, hacían con el brazo como si le dieran a una manigueta y decían: «Acaba, mi’jo, acaba». Cuando Hailor y Burgos tuvieron que irse para La Habana, a cumplir una misión del país, sudé frío.

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