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Con el objetivo de evaluar las actitudes, prácticas y conocimiento de la población en la prevención de los focos del mosquito Aedes aegypti, se aplicarán encuestas en varias provincias del país durante los meses de mayo y junio, informó la máster en Salud ambiental Ana María Ibarra, jefa de Investigaciones del Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (INHEM).
El estudio comprende 26 preguntas, es totalmente anónimo y sus datos serán usados solo con fines investigativos. Está liderado por el Centro Nacional de Promoción y Educación para la Salud, el INHEM y el Instituto Pedro Kourí (IPK).
Ciudad de La Habana, Santiago de Cuba, Ciego de Ávila, Cienfuegos y Sancti Spíritus, son algunos de los territorios donde se harán las encuestas para monitorear el cambio de conducta de las personas y renovar las estrategias de trabajo comunitario.
Esta investigación se realizará de forma periódica por estos tres centros, para también diagnosticar la situación de los focos del mosquito y la actitud que asume la población en la batalla contra la proliferación del vector en esta etapa de sostenibilidad.
En noviembre del pasado año hicieron un pesquisaje de este tipo en ocho municipios de la capital. Entre ellos eligieron zonas con alta y baja infestación del Aedes en Boyeros, Plaza, Marianao, la Habana Vieja, Cotorro, Guanabacoa y Regla.
«El estudio arrojó que de forma general las personas conocen y tienen prácticas adecuadas, pero cuando segmentamos el análisis apreciamos que en las manzanas donde había mayor cantidad de focos existía gran desconocimiento, o las personas no tenían una actitud favorable a la protección, ni las prácticas higiénico-sanitarias adecuadas», explicó Ana María Ibarra.
En las zonas de mayor infestación solo el 40 por ciento de los entrevistados conocían los lugares donde se reproduce el patirrayado, menos del 50 revisaba los alrededores de su casa y únicamente el 33 por ciento mantenía los tanques tapados.
En esta primera aproximación solo un 11 por ciento alegó que realizaban el autofocal con la frecuencia establecida y el 55 dijo correctamente en qué consistía esta inspección del hogar y sus alrededores, mientras que el 42,6 por ciento creía que era que el campañista le revisara su casa.
Otro de los problemas que detectó la investigación fue la insuficiente periodicidad con que las personas realizan actividades de prevención. Fregar los depósitos de animales afectivos y el vaso espiritual, abrirle huecos a las latas de metal antes de botarlas, enterrar o reciclar las gomas y tapar los pomos plásticos antes de desecharlos, fueron algunas de las acciones que con menos frecuencia comentaron realizar los entrevistados.
Para los encuestados también resultó escasa la información que les brinda el personal de salud de su área de atención sobre los criaderos de mosquitos. La mayoría reconoció a la radio, la televisión y la prensa escrita como sus principales fuentes de información sobre el Aedes.
