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Julio Martínez, primer secretario del Comité Nacional de la UJC. Foto: Franklin Reyes «El legado de Vilma no se puede encerrar en una foto, una firma, una cifra, un gesto, una entrevista o un discurso. Vilma es y será siempre mucho más que eso para las presentes y futuras generaciones», expresó Julio Martínez Ramírez, primer secretario del Comité Nacional de la UJC, en el Memorial José Martí, minutos antes de hacer, junto a otros compañeros, la primera guardia de honor.
«Fidel dijo una vez que “la vida física es efímera y pasa inexorablemente”, pero queda su ejemplo multiplicado en tanto pueblo que no cabe en ninguna fila para despedirla en este Memorial, ni en esta Plaza que llevan el nombre del Martí que ella tanto amó, siguió y defendió.
«Las generaciones venideras podrán estudiar y conocer quién fue Vilma. Nos dejó lo más importante de todo: el camino de la Revolución que anduvo junto a Fidel, junto a Raúl, junto a la FMC, que fue su vida misma.
Foto: Roberto Suárez «En todos sus años de lucha, desde que empezó a soñar con la libertad, junto a Frank País en su Santiago de Cuba natal, o junto a Raúl en la Sierra Maestra, hasta el último momento de su vida, pensó en la Revolución. Y luego del triunfo, se ocupó de la principal encomienda de Fidel: la atención a la mujer cubana, la defensa de sus derechos, de sus necesidades, de sus estímulos, de sus sentimientos, de sus hijos.
«Nuestro compromiso mayor como jóvenes es ser fieles a su legado, en particular a todo lo que hizo por defender la obra de la Revolución y del Socialismo. Ese es nuestro compromiso con Vilma y con su generación.
«Su nombre estará siempre presente —y es nuestra responsabilidad— en el sentimiento, en el espíritu y en la dedicación de los jóvenes que tienen que proponerse ser personas y revolucionarios como ella».
