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Cultivador de almas

Un joven  instructor de arte de Camagüey recibe reconocimiento  y proyecta un espacio donde estos profesionales muestren su creación

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Un joven apasionado con su labor: divulgador de la Brigada José Martí en el municipio, colabora en el programa sabatino de Radio Camagüey, Frecuencia JM, y ha compuesto canciones para festivales como Cantándole al Sol y Coralillo, del municipio de Florida.

CAMAGÜEY.— El pequeño Ángel David corea en el escenario. El arte salvó al niño, que con solo cinco años asombra en la interpretación de canciones. Antes, por una dificultad en el habla, con la que nació, el canto era apenas un sueño.

Muchos son los aplausos. Su rítmica voz y la gracia con que se desenvuelve en escena permiten que Ángel David atrape a quien lo escuche.

Sin embargo, en la historia de David, a diferencia de otras semejantes, se contó con apoyo profesional del personal de salud y también con uno muy singular: la labor del instructor de arte Frank Hernández Ferrer.

En reconocimiento por enseñarles a los niños la magia de crecer corazón adentro, este joven artista fue merecedor de la Distinción 493 Aniversario de la Fundación de la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe, durante la Semana de la Cultura.

«Mientras me entregaban el diploma sentía que mi labor dejaba de ser personal para convertirse en la obra de muchos. Saber que esta Distinción es entregada a personalidades con una trayectoria relevante me compromete más.

«Haberla obtenido con solamente dos años de trabajo significa, sobre todo, mantener la responsabilidad de merecerla. Pero la labor no está acabada, apenas comienza. La reflexión tiene que estar en la escuela con los niños y desde allí cambiar el entorno donde estos se desarrollan.

«Para eso somos maestros sin dejar de ser artistas. Hay que enseñar lo que nos corresponde como artistas, pero sin olvidar que a la vez estamos educando. La ética, la profesionalidad, el estilo y el amor por lo que haces tienen también que formarse desde edades tempranas».

—¿Cómo logras diferenciar en los alumnos sus gustos, preferencias y dones?

—Con perseverancia. A quienes piensan que los instructores, por tener poca experiencia, no somos capaces de lograr una correcta selección les decimos que están equivocados. Identificar cuál pionero resulta idóneo para una determinada manifestación requiere de tiempo y hasta del convencimiento con la propia familia, pues no son pocos los padres equivocados que aspiran a tener un hijo pintor cuando en realidad su aptitud es para el teatro.

«Aquí comienza la contradicción y valen mucho los conocimientos. Hay que convencer sobre esta base. Es como único ganas la pelea y un lugar de prestigio entre la experiencia».

—Convencer es tarea difícil...

—¿Quién dijo que era fácil? Educar y enseñar arte son brazos de un mismo torso, van juntos y lograrlo es realmente complicado, pues exige sensibilidad y superación profesional sin descanso.

—Además de las de maestro, asumes otras responsabilidades. ¿Cómo compartes el tiempo?

—Todo está en el esfuerzo y el énfasis que uno les ponga a sus tareas, en administrar bien el tiempo y, por supuesto, en el gusto que se tenga por la profesión.

—Das los primeros pasos en la composición, ¿figura esto en proyectos?

—Sí, siempre que las musas me visiten para un regalo tan especial como lo es crear música para los niños estaré dispuesto a entregar todos los temas posibles.

«Entre los planes tengo un proyecto que quiero organizar en la Casa de El Mayor en conjunto con la Brigada José Martí, para que Camagüey tenga también un espacio nocturno donde los instructores muestren su arte. Esta es una idea que apenas nace, pero cuando me propongo algo no desisto hasta lograrlo».

—¿Los primeros pasos dentro de una escuela?

—Cuando llegué a la primaria Pepito Mendoza García no había una estructura que permitiera el desarrollo artístico de los pioneros. Hoy la realidad es muy diferente, nuestro quehacer ha estado vinculado con otras escuelas. Gracias al intercambio de ideas con otros instructores de la Brigada hemos crecido profesionalmente; incluso satisface saber que la canción nacida en la escuela para el IV Congreso Pioneril se convirtió en el tema preferido de muchos niños en la provincia.

«Los frutos son importantes, van desde la filmación de dos videoclips, uno por el cumpleaños 80 del Comandante y otro por el Congreso de los pioneros, hasta presentaciones en la comunidad. La segunda semana de todos los meses actuamos en la casa de abuelos Amalia Simoni.

«Es increíble lo que el arte consigue. Los abuelos esperan con ansias el día en que los niños vienen a visitarlos, y muchos de ellos se han incorporado a las actividades con voces y guitarras. Reconforta saber que todas estas ideas nacieron en la Brigada».

—¿Conforme con lo hecho?

—Conforme jamás. Aún no logro transformar a la escuela en el centro de promoción cultural de la comunidad, tal y como pidió el Comandante. Todos mis esfuerzos están puestos en ello, pero todavía me queda un largo trecho por recorrer.

«Tengo el convencimiento de que si hay un mérito superior al de hacer arte, es la utilidad de enseñarlo; y para enseñar hay que sacrificarse, pero tampoco temo al sacrificio, pues si tuviera que simplificar en una frase lo que para mí encierra ser un instructor de arte, sería esta: Cultivador del alma».

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