Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Para conocer Belarrús, hay que hablar con la gente

Leonid Kovalev, líder de la Unión Bielorrusa Republicana de la Juventud, conversa con JR

Autor:

Luis Luque Álvarez

Leonid Kovalev. Foto: Albert Perera Castro De Belarrús, que hasta 1991 fue una república soviética, no se escuchan regularmente noticias elogiosas en la prensa del poder mundial. A pesar de que existen 17 partidos políticos y 2 000 organizaciones sociales, el país de 10 millones de habitantes no cae bien. Quizá porque el diente del gran capital transnacional no pudo hincar allí como se le antojaba.

En conversación con JR durante esta, su primera visita a Cuba, Leonid Kovalev, primer secretario de la Unión Bielorrusa Republicana de la Juventud y quien encabeza una comitiva de su organización, lo explica: «Somos una isla en Europa, pues mantenemos las conquistas sociales, al tiempo que desarrollamos la gestión privada. Pero las principales empresas son estatales. El presidente Alexander Lukashenko no permitió que se destruyera nuestra economía mediante la venta de las empresas nacionales por unos centavos. De modo planificado se llevó adelante la consolidación de aquellas que aportan fuertemente al crecimiento económico».

«Hoy exportamos al mercado internacional el 30 por ciento de nuestra maquinaria pesada y el 28 por ciento de los fertilizantes. Se incluyen muchos productos de uso doméstico, como televisores y computadoras, además de confecciones textiles y alimentos. En realidad nos autoabastecemos en este último rubro. Solo importamos menos del 24 por ciento de los alimentos que consumimos, y entre ellos, algunos que no podemos cultivar por razones climáticas, como los cítricos, por ejemplo».

—Hay una enorme diferencia entonces con lo que aparece en los diarios occidentales...

—Somos una democracia, a pesar de toda la propaganda contraria. Para conocer qué es Belarrús, hay que hablar con la gente, que es el mejor reflejo de lo que ocurre en nuestra sociedad. Los ciudadanos ejercen plenamente el derecho al trabajo, a la educación, a la salud; los jubilados acceden a sus pensiones. Se ha eliminado incluso el término «familias de bajos ingresos», pues el salario medio permite adquirir los bienes necesarios para la vida.

«Belarrús optó por su propia vía para el desarrollo, y aunque quienes la comparan económicamente lo hacen con EE.UU., Alemania, Francia, es con las ex repúblicas soviéticas que se debe trazar ese paralelo».

—Hablemos de su organización: la Unión Bielorrusa Republicana de la Juventud.

—La nuestra es una de las 150 organizaciones con que cuentan los jóvenes de nuestro país. Aglutina a 430 000 miembros, y se puede decir que es la más fuerte de todas. Aunque guarda semejanzas con el antiguo KOMSOMOL (la juventud comunista soviética), hay que apuntar que la membresía en la nuestra es absolutamente voluntaria. El 6 de octubre cumplimos cinco años, y estamos listos para mostrar nuestro crecimiento y nuestro trabajo en relación con el progreso y la estabilidad de la juventud bielorrusa, así como su cooperación en la esfera internacional.

«Nos interesa mucho, en tal sentido, el intercambio con organizaciones juveniles de otros países. Hemos suscrito acuerdos con colectivos de Hungría, Grecia, Siria, Kazajstán, Vietnam, Ucrania, y un protocolo de colaboración con la UJC de Cuba. También pensamos establecer uno con el Instituto de la Juventud, de Venezuela».

—¿Cómo se estableció el vínculo con la UJC?

—Le debemos mucho al embajador cubano en nuestro país, Omar Medina, quien trabaja en el fortalecimiento de la amistad entre ambos países. Él nos informó sobre la UJC y las actividades que desarrolla, y entonces efectuamos los primeros contactos. Tenemos un mismo camino y muchas cosas en común. ¿Por qué habríamos de andar separados, si juntos somos más fuertes? Cuando creamos un bloque, no estamos solos y hacemos frente a las agresiones mejor preparados.

—Tengo entendido que, en los próximos días, ustedes presentarán en Venezuela la propuesta de su país como sede del XVII Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que se celebrará en 2009. ¿En qué bases sustentan esta iniciativa?

—En que Belarrús posee gran experiencia en la organización de grandes festivales y actividades masivas. Tenemos además una situación muy estable, de manera que cualquier visitante puede sentirse muy seguro.

«Contamos asimismo con la infraestructura de alojamiento para recibir a nuestros huéspedes con el nivel adecuado, además de estadios e instituciones culturales varias. Podemos acoger a 50 000 visitantes, y alistar un programa especial para cada delegación, con servicio de traductores incluido.

«Para todo ello, es justo decir que tenemos un gran apoyo por parte del presidente Alexander Lukashenko».

—¿Algo que añadir?

—Dos cosas: primeramente desearle mucha salud al Comandante en Jefe Fidel Castro, un hombre grandioso, héroe de su tiempo y líder de su pueblo. Y mis mejores deseos de éxito a la juventud cubana. ¡Los esperamos en Belarrús!

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