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Los dilemas de la estomatología en Cuba

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El amplio y bien estructurado servicio estomatológico levantado por la Revolución se resiente ahora ante la escasez material , los problemas organizativos y manifestaciones que atentan contra la ética que debe primar en el sector

No aguanta más. Salta de la cama y comienza a caminar desesperado de un lado a otro de la habitación, mientras oprime fuerte con un puño el lado derecho de su cara. Toma un trago de alcohol puro. Hace buchadas con él mientras se viste. Son las doce y media de la noche y el dolor de muela no le permite pegar los ojos.

Decide buscar ayuda. Llega caminando a su policlínico que está aproximadamente a un kilómetro y medio. La oscuridad del lugar le da mala espina. Alguien le dice que allí no hay estomatólogos de guardia y que tiene que ir a una clínica ubicada a casi diez kilómetros.

El dolor se incrementa. Siente unos fuertes latidos que le nacen en el cerebro y parecen no morir nunca. Lleva más de una hora esperando un ómnibus que no pasa. Regresa quejumbroso para su casa. Cargado de malestar sustituye las buchadas de alcohol por las de agua salada, y estas por cuantas pastillas encuentra. Por fin se queda dormido.

Temprano en la mañana vuelve a su policlínico con la intención de solucionar el problema. Sorpresa: «Hoy no atenderemos porque no hay agua en el salón», dice una suave voz femenina.

Se dirige hacia otra clínica donde espera hasta el mediodía para que le pongan una curita. «Es lo único que podemos hacer. No tenemos anestesia para extraer, ni material para empastes».

La historia anterior la contó a este diario Gustavo Pedroso, un joven del capitalino municipio de San Miguel del Padrón, quien en su peregrinaje para eliminar el dolor de muela sufrió las deficiencias en la atención estomatológica.

Entre clínicas

Las preocupaciones de este joven y otras llegadas a la redacción fueron punto de partida para que este diario realizara una investigación sobre el tema. Se visitaron 22 clínicas estomatológicas en las provincias de Pinar del Río, Ciudad de La Habana, Cienfuegos, Villa Clara, Ciego de Ávila y Granma, y entrevistamos a decenas de pacientes y estomatólogos.

Muchos estomatólogos entrevistados reclamaron más atención e instrumental para servir a más pacientes. La indagación periodística arrojó deficiencias con los aseguramientos materiales y humanos que, unidos a otros de tipo organizativo, conducen a incipientes manifestaciones que afectan la ética que debe primar en el sector.

De las 22 clínicas visitadas la mayoría presenta déficit de personal técnico y profesional, más de la mitad ha vivido duros períodos de crisis por el deficiente abasto de agua, escasez de sillones, falta de resinas para la reparación de los dientes, atrasos significativos en la elaboración de prótesis dentales y en la atención a los turnos de los pacientes, ausencia de vestuario adecuado, difíciles condiciones de trabajo, problemas con el almuerzo y déficit de baños.

Un sondeo entre pacientes en las clínicas visitadas en Ciudad de La Habana confirmó además que una parte de la población percibe la expansión del sociolismo y del favoritismo para poder alcanzar determinados servicios de manera rápida y eficiente. Varias personas manifestaron haber acudido a esos métodos o conocer a otros que los habían utilizado.

En la clínica del Vedado capitalino a veces tienen disponibles hasta siete sillones y un solo especialista, lo cual provoca que se concentre mucho personal en las consultas y el consiguiente disgusto por las extensas demoras.

«En estos momentos me faltan al menos tres estomatólogos y tengo otros aquí que están a punto de retirarse, lo que empeoraría la situación», afirmaba por su parte Odrey Landa Bencomo, jefe del departamento de estomatología en la clínica de California, en San Miguel del Padrón, donde no hay técnicos para hacer los aparatos que necesita la especialidad de ortodoncia.

Esta carencia de profesionales se apreció también en la oriental provincia de Granma, donde cuentan con 241 estomatólogos para más de 800 000 habitantes. Es decir, uno cada 3 460. «Uno de nuestros especialistas atiende por lo menos ocho consultorios», reconoció Rolando Morales Soto, jefe del Departamento Provincial de Estomatología.

En determinados lugares el déficit se antoja asombroso. En zonas como la de Mabay y sus barrios adyacentes, con unos 36 000 ciudadanos, según el directivo, labora ¡un estomatólogo! Y en todo el municipio de Cauto Cristo (21 320 habitantes) trabajan cuatro profesionales de esta rama.

Sin embargo, en muchas zonas del Plan Turquino, que cuenta con 18 puestos para las consultas dentales, «se mantiene un especialista permanentemente». Por eso en algunas regiones de la montaña las quejas son menores que en el llano.

En Villa Clara el déficit de especialistas impide que se elabore el número de prótesis necesarias. Según Cedalys Pérez, jefa del Departamento de Estomatología en la Dirección Municipal de Salud en Santa Clara, debe existir uno por cada unidad y en todo el municipio trabajan nada más que cuatro para atender a una población de más de 250 000 habitantes.

La ruta del agua

La escasez de agua afecta sobremanera el servicio estomatológico a juzgar por las instituciones que visitó este diario. Por ejemplo, en la provincia de Granma, en el policlínico René Vallejo, uno de los más grandes de Bayamo, a menudo se pierden horas de atención por la carencia del líquido. En febrero hubo inconvenientes 24 días del mes; en junio 11; en agosto 21 y en septiembre 19.

«El personal de Higiene y Epidemiología siempre nos advierte que para prestar el servicio debe haber agua corriente; que no se puede cargar en cubo, como a veces se hace, para atender a un paciente. Por lo general se gestionan pipas. Pero ese policlínico requiere 17 pipas de agua para poder trabajar más o menos», aduce.

Según estadísticas del Departamento Provincial de Estomatología, en el primer semestre de 2007 se dejaron de atender 2 161 personas, casi todos por dificultades con el abasto de agua a las instituciones.

En la capital, de las 12 clínicas a las que acudió el equipo periodístico la mayoría ha tenido afectaciones con el servicio de agua en algún momento, como es el caso de las clínicas, California, San Francisco de Paula y Abel Santamaría.

Sillón de espera

A la clínica estomatológica del policlínico Pedro Borrás en Pinar del Río —remodelada hace poco tiempo— se le ubicaron sillones nuevos, sin embargo, hoy solo tiene dos en servicio. A los otros no les funciona la lámpara.

En la mayoría de los policlínicos reinaugurados en Granma están esperando, por una razón o por otra, los sillones nuevos desde hace meses. Esto explica por qué en el Jimmy Hirzel, de la capital provincial, solamente funciona uno y en el 13 de Marzo, de la propia Ciudad Monumento, apenas prestan servicios tres.

En la central provincia de Villa Clara también está afectando la falta de equipos. Allí hace más de dos años se remodelan tres policlínicos y una clínica a la vez, lo que determinó reducir y reubicar las prestaciones en otros sitios, sin las mejores condiciones, explica Cedalys Pérez.

«En el policlínico Celia Sánchez antes funcionaban 15 sillones, ahora solo contamos con cinco; en el Chiqui Gómez, que debe tener 11, hay cuatro; el Marta Abreu hace un año trabaja con cuatro, de 11, destinados a las diferentes especialidades y las urgencias», manifiesta la especialista.

Voluntad contra escasez

La doctora Ada Machín Martínez ama su trabajo. Se graduó hace 37 años y en todo ese tiempo se ha desempañado como directora de la clínica estomatológica Enrique Sáenz Casado, más conocida como San José y ubicada en el capitalino municipio de Centro Habana.

Esta doctora considera que los directivos de clínicas estomatológicas que no tengan materiales para trabajar hoy es por falta de gestión de ellos. «Materiales hay, lo que hace falta es buscarlos en los almacenes centrales que se encuentran en el municipio de Guanabacoa. A veces ellos tienen transporte y lo distribuyen, pero la mayoría de las veces uno tiene que conseguir un carro y garantizarle a los estomatólogos lo que les hace falta para trabajar», dice la doctora.

«En mi caso busco apoyo de los mismos pacientes que tienen transporte y casi nunca me falta material de trabajo. La semana pasada trajimos 36 sacos de yeso para la confección de prótesis y lo repartí en varias unidades del municipio; si me hubiese sentado a esperar a lo mejor todavía no los tuviera. Lo que hace falta es mucha disposición para contrarrestar las necesidades», manifiesta Ada Machín.

Según esta doctora su clínica no deja de brindar servicios por ningún motivo. Tienen 13 sillones disponibles para la población y no solo atienden a cuantos pacientes llegan allí, sino que también realizan labor preventiva con los niños de varias escuelas ubicadas en el territorio.

El trabajo preventivo y la aplicación de medicamentos adecuados a los niños posibilita que estos crezcan con una dentadura sana y evita la aparición de enfermedades en la cavidad bucal. Foto: Calixto N. Llanes «Atendemos a 12 escuelas primarias, cinco secundarias y ocho círculos infantiles. A todos esos niños les aplicamos varios productos estomatológicos destinados a conservar un buen estado bucal, y además les inculcamos la importancia de mantener una adecuada higiene dental para que en el futuro tengan una dentadura sana y linda», explica la doctora Ada Machín.

Solución emergente

Para tratar de paliar los déficit actuales se ha puesto en práctica en casi todo el país una iniciativa que tiene como objetivo la prestación de servicios en aquellas comunidades más alejadas de los centros de las ciudades en casi todo el territorio nacional.

El proyecto se lleva adelante bajo el emblema Todo por la Salud, y consiste en la creación de brigadas de estudiantes de estomatología, quienes acompañados de sillones móviles y de sus instructores dedican los fines de semana a atender a sus pacientes.

Este diario comprobó en el terreno la eficacia de la propuesta. Solamente en un fin de semana casi un centenar de estos jóvenes atendieron a cientos de personas de los barrios más alejados de la capital.

Los futuros estomatólogos extrajeron piezas, empastaron, hicieron diagnóstico, llenaron historias clínicas y realizaron labor preventiva, lo que evidencia su buena preparación docente.

«Este movimiento es muy efectivo porque además de resolver el problema estomatológico de muchos pacientes, sirve como una práctica sin igual para los estudiantes. Ellos han acogido la idea con mucho entusiasmo porque todos pueden demostrar lo aprendido en las aulas, en correspondencia con el grado que cursan», dijo el doctor Jeydel Abull, funcionario de la Dirección Provincial de Estomatología de la capital.

A pesar de todo, se mueve

La Dirección de Estomatología en el Ministerio de Salud Pública está al tanto de estos dilemas en el país. «Conocemos esos problemas. Es verdad que en ocasiones nuestras unidades no cuentan con todo lo necesario para ofrecer un mejor servicio, pero también lo es que la mayoría de nuestros profesionales realizan un gran esfuerzo para solucionar el problema de cada paciente», sostiene el doctor Armando Mojaiber de la Peña, director nacional de la especialidad, quien tuvo la gentileza de responder durante varias horas las inquietudes de este diario.

Para el funcionario, pese a las deficiencias que aún persisten, el país exhibe mejores índices en la prestación de servicios estomatológicos que años atrás.

«Antes del período especial esta especialidad recibía hasta 12 millones de pesos anuales para su desarrollo, y en los años duros de la crisis económica esa cifra se redujo hasta 300 000 pesos, en igual período.

«Sin embargo, el año pasado realizamos más de 6 millones de empastes, una cifra que no se lograba desde la década del 80. Además, hoy mostramos índices comparados con países desarrollados. El 68 por ciento de los niños cubanos entre cero y cinco años no tiene caries y el 90 por ciento de la población con menos de 18 años conserva su dentadura completa.

«Otro dato que demuestra las mejoras en los servicios estomatológicos es que nuestra población comprendida entre los 35 y 44 años solo pierde hoy 5,4 dientes, y en la década del 80 ese mismo grupo de pacientes perdía 12».

Estos datos no le impiden reconocer las fallas presentes en la prestación de este vital servicio. «El problema con los guantes es complejo porque varias entidades deben cumplir con su parte para que no fallen. Hay veces que los proveedores se demoran; otras, no tenemos transporte para distribuirlos a tiempo, entre otras deficiencias.

«Con respecto al agua, hemos orientado que cada clínica cree su reserva para que, aunque en la zona no haya, el servicio no se detenga. En los centros donde ocurre esto es por responsabilidad de sus directivos».

—La escasez de personal médico en algunas clínicas es otro de los principales problemas que afectan el servicio. ¿A qué se debe esto?

—Existe una inadecuada distribución de los estomatólogos en algunos territorios, si ubicamos mejor nuestros profesionales en todos los municipios esta situación cambiaría considerablemente.

«En estos momentos estamos formando miles de profesionales que cubrirán todas las plazas del país y permitirá mantener la cooperación con otras naciones.

«Este curso comenzaron a estudiar estomatología 2 439 jóvenes. Sumando los estudiantes de todos los años la cifra llega a 6 100, algo muy significativo si tenemos en cuenta que en 1986 solo ingresaron 410 a nuestras facultades».

—Varios entrevistados dijeron que en algún momento han pagado por sus servicios...

—Sabemos que hay unos pocos de nuestros trabajadores que se dedican a cobrar por un servicio que la Revolución dispuso que se realice gratuitamente. En los últimos dos años hemos separado a ocho de estas personas del sistema nacional de Salud por incurrir en este tipo de he-

chos.

—Últimamente se habla con frecuencia de clínicas particulares...

—Hace poco realizamos una inspección a los servicios estomatológicos del país y detectamos varias clínicas particulares donde se realizan trabajos sin la autorización y condiciones sanitarias necesarias. Ya estamos aplicando las disposiciones pertinentes para erradicar esas infracciones.

«En la medida en que seamos más eficientes en nuestros servicios, la población no tendrá que acudir a ninguna de estas consultas clandestinas. Eso es un reto que tenemos que alcanzar lo más pronto posible y para eso trabajamos».

—¿Todas estas consultas particulares son ilegales?

—No. Hay algunas —muy pocas— que tienen licencia para funcionar. Esas pertenecen a especialistas que se graduaron antes de 1965. Las otras funcionan de manera ilícita, y hemos comprobado que en muchas prestan servicios violando las principales normas higiénico-sanitarias que tiene que cumplir el personal de esta profesión.

«Recientemente tuvimos que cerrar cinco consultas particulares en la capital que, a pesar de estar autorizadas a funcionar, no reunían las condiciones higiénico-sanitarias».

—¿Dónde obtienen los materiales los dentistas particulares?

—A los que tienen licencias se les venden recursos para que laboren. Los que ejercen la disciplina de manera encubierta por lo general los obtienen a través de personas que los sustraen de nuestras clínicas, de los almacenes, en la transportación. Hay otros que reciben esos materiales de familiares y amigos residentes en el exterior.

—Los atrasos en la reparación de algunas clínicas provocan largas demoras para atenderse en las que están en funcionamiento.

—En estos momentos estamos inmersos en la reparación de decenas de servicios estomatológicos en el país para devolverle el esplendor de años atrás, pero reconocemos que existen demoras en estas acciones, lo cual provoca que todavía tengamos muchos pacientes adicionados a otras clínicas que no les corresponden, y eso conlleva a la demora del servicio en esos sitios.

«Hasta ahora hemos terminado de reparar y habilitar con equipamientos nuevos, un total de 108 servicios y esperamos que en lo que resta de año y el próximo concluyamos casi 200, lo que redundará en una mejor atención a la población en todos los sentidos».

Las demoras en la confección de prótesis fue una de las principales deficiencias encontradas en la investigación periodística. Foto: Heriberto González Brito —La población se queja por las demoras en la elaboración de prótesis...

—Ese es uno de los principales problemas que tiene la especialidad. Este año debemos confeccionar alrededor de 180 000, pero esa cifra no es suficiente. Tenemos una demanda mucho mayor. Esa situación cambiará cuando terminemos de reparar todos los policlínicos.

«Cuando eso ocurra dispondremos de más laboratorios para la elaboración de las prótesis y podremos llegar a realizar las 300 000 unidades que se necesitan.

«Es importante recordar que lo mejor para evitar la necesidad de prótesis, es cuidar los dientes, para lo cual tenemos un programa de promoción y prevención que incluye la fluoración de la sal de consumo, lo que disminuye en un 60 por ciento la aparición de la caries dental en un período de cinco años».

—Algunos estomatólogos consideran que es una violación de las normas técnicas laborar sin aire acondicionado...

—Eso no es así. Lo ideal es que todas cuenten con aire acondicionado, pero que no lo tengan no impide que puedan funcionar. Nosotros tenemos la aprobación para ir resolviendo ese conflicto por lo menos en los policlínicos reparados y los que aún se encuentran en esa fase.

«Ahora hemos priorizado los salones quirúrgicos, las clínicas de impedidos físicos, los departamentos de rayos X y otro grupo de instalaciones».

—¿Cree que exista una adecuada labor preventiva?

—Es preciso insistir en el adecuado cepillado de dientes y encías, por lo menos cuatro veces al día. Cambiar el cepillo dental cada tres meses preferentemente. En el caso de los niños, limpiarle los dientes desde que comiencen a salirle. A las madres es bueno recomendarles que eviten que sus hijos se chupen los dedos, y tomen leche en biberón. Además se les aconseja que sus pequeños consuman los alimentos sin batirse y duerman sin almohada.

«La mejor manera de enfrentar los problemas estomatológicos es evitándolos. Para eso se necesita sobre todo una adecuada higiene bucal y visitar los especialistas frecuentemente, no solo cuando aparece el dolor».

Nacer de la nada

Los servicios estomatológicos antes del triunfo de la Revolución eran casi inexistentes. Así lo demuestran las cifras y los documentos consultados para esta investigación. Solo había una facultad de estomatología en la Universidad de La Habana. Allí se formaban unos pocos profesionales. En cuanto al número de clínicas, la situación era similar.

Después del triunfo revolucionario el país comenzó de inmediato a cambiar esa cruda realidad. Los logros fueron cosechándose uno a uno y la población disfrutó de las bondades de un sistema de salud que hoy es referente para muchos países.

En estos momentos Cuba forma estomatólogos en todas sus provincias, y hasta en muchos municipios, algo que posibilita que cada territorio prepare a los profesionales necesarios. Ahora la Isla cuenta con casi 500 policlínicos y la mayoría presta servicios estomatológicos. Además tiene 156 clínicas estomatológicas y otros casi mil servicios en escuelas, hospitales, unidades militares y otros centros. En total Cuba dispone de casi 1 700 departamentos estomatológicos.

El país no solo ha creado una gran red estomatológica a lo largo de casi 50 años, sino también colabora con otras naciones y asiste gratuitamente a miles de personas en el mundo.

Cifras del 2006

Consultas estomatológicas 17 623 000

Consultas por habitantes: 1,6

Habitantes por estomatólogo: 1 049

Fuente: Anuario Estadístico de Cuba 2006

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