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Ocultos y dispersos por lugares agrestes de la geografía cubana los combatientes de Tropas Especiales se preparan con rigor durante el ejercicio Moncada 2007.
En presencia del general de división Antonio Enrique Lussón Battlle, jefe de Tropas Especiales, este miércoles se puntualizó en una de estas unidades la misión de ejecutar acciones contra unidades blindadas y de paracaidistas de un supuesto enemigo.
Expertos en acciones especiales se prepararon para la guerra de todo el pueblo, y dirigieron sus esfuerzos a causarle la mayor cantidad de bajas al enemigo por diferentes vías, formas y métodos.
El joven soldado Yurisandy González reconoce que integrar esa unidad precisa de «una voluntad de acero», y jerarquiza el amor a la patria y a la paz entre los móviles que los obligan a prepararse para aniquilar cualquier invasión.
Orgulloso de pertenecer a esa tropa alega que cuando se decreta la señal para el combate ya ellos se encuentran cumpliendo misiones muy específicas. «Es por eso que tenemos como divisa la entrega y la disciplina, y este ejercicio es una muestra de eso».
Conscientes de que todo combatiente, por difíciles que sean las condiciones que enfrente en la guerra, es su propio Comandante en Jefe, es su propia unidad, estos hombres y mujeres se afianzan para cumplir misiones por largos períodos de tiempo, dada su preparación física, política, ideológica y psicológica.
«En el Moncada ponemos a prueba todo nuestro potencial para aniquilar al enemigo, porque lo que sí sabe nuestra tropa es que podrán invadirnos, pero jamás dominarnos. A cualquier hora, en las ciénagas, en las regiones montañosas, dondequiera les haremos la vida imposible», sentencia Yurisandy, quien se prepara para recibir en el mismo terreno la noticia del nacimiento de su hijo.
