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Debates en comisiones

Las preocupaciones y conflictos que enfrentan los jóvenes cubanos pertenecientes a la organización, centraron las reflexiones del primer día

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Foto: Roberto Suárez Garantizar las condiciones de estudio estuvo en el centro de los debates. Foto: Franklin Reyes De luces, pero también de sombras, de dificultades, de incomprensiones y elementos que obstaculizan hoy el desempeño de los jóvenes, se discutió en la tarde de ayer en las diferentes comisiones del XI Congreso de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, que desde hoy reunirá a todos los delegados en el Palacio de las Convenciones.

Agudos fueron los debates sobre los programas priorizados de la Revolución, que involucran a adolescentes, pero también a jóvenes que hace rato dejaron atrás esa etapa, y que ahora estudian como enfermeros emergentes, como instructores de arte, o como parte del Curso de Superación para Jóvenes e integran esa organización estudiantil, que acoge hoy en su seno una variedad y diversidad que nunca antes tuvo.

Por eso son disímiles las preocupaciones, que van desde el reciente proceso de incorporación a las actividades productivas y de los servicios de los que están en los cursos de superación, hasta la incomprensión de algunos directivos de instituciones de Salud que todavía no han entendido que la FEEM juega también un papel determinante en la atención hospitalaria.

Ganar espacio propio

Es verdad que tenemos problemas de organización y funcionamiento entre nosotros mismos, admitía la instructora de arte Aliuska Castenau, pero alertaba desde su posición como presidenta municipal de la FEEM en el capitalino municipio de Boyeros sobre aquellos profesores que faltan en las aulas, o los que «tiran a menos» la responsabilidad de las organizaciones juveniles, e incluso hasta llegan a entorpecer sus actividades.

Ante eso tenemos que luchar primero nosotros mismos, pero hay problemas que se resuelven más arriba, decía, para reconocer a su vez que en ocasiones la organización se desgasta en papeleo o vincula a las actividades solo a los alumnos «buenos», mientras que los «malos» se dejan a un lado y nadie los atiende.

Precisamente sobre esa necesaria labor cotidiana entre los jóvenes del Curso de Superación centraron su intervención varios muchachos, quienes alertaron que la idea de que las personas insertadas en este programa se vinculen a la producción y los servicios no ha sido recibida o ejecutada con igual efectividad en todas partes.

Provincias hay a las que, como Sancti Spíritus, con 17 771 jóvenes desvinculados —el 83,1 por ciento de ellos mujeres—, no se les hace fácil vincular a todos a los cursos de habilitación como obreros calificados, para que puedan, previa preparación, simultanear el trabajo de día y sus estudios en la tarde-noche. Allí las Brigadas Estudiantiles de Trabajo Panchito Gómez Toro se han ido articulando con el apoyo de las autoridades locales, pero en otros lugares o no hay empleos para todos, o los que hay los jóvenes no los quieren.

La situación es compleja, por ejemplo, en muchas provincias orientales, como Guantánamo, afirmaba el estudiante Yoendri Mayán, quien de todas maneras destacó la búsqueda de alternativas, como tratar de que los muchachos se vinculen a tareas productivas priorizadas, ante la carencia de puestos de trabajo.

Incluso algunas empresas, dispuestas a colaborar, no quieren admitir la media jornada que plantea el programa, con un horario laboral de cinco horas, ante lo cual muchos no se han amilanado y trabajan sus ocho horas, con el solo reclamo de que los dejen seguir estudiando.

El programa, reflexionaban autoridades del Ministerio de Educación y del de Trabajo y Seguridad Social, debe irse concretando poco a poco, en dependencia de la recuperación económica, buscando alternativas locales, y sobre todo explicando bien su sentido, que no implica abandonar los estudios sino, a través de cursos de habilitación en diversos oficios, aumentar la preparación de quienes ya están en la Superación Integral, y a la vez vincularlos a trabajos que en el futuro podrían escoger como carrera a estudiar.

Complicado es también el tema de la formación emergente de enfermeros, que según Magdalena Zubizarreta, metodóloga nacional del MINSAP, ya tiene unos 9 000 alumnos graduados y otros 5 600 en las aulas. Aún así, a muchos les faltan libros, no ya porque no existan, pues se han llegado a imprimir de un solo título básico, por ejemplo, hasta 40 000 ejemplares. Sin embargo, parte de ellos acumulan polillas en los almacenes, por ineficiencias y falta de organización, mientras hay municipios donde ocho alumnos deben compartir un mismo texto.

Algo similar sucede con los uniformes reglamentarios, donde ha golpeado la escasez económica pero también la falta de previsión; o la ausencia de profesores para múltiples materias, que deben salir de los propios policlínicos, hospitales y consultorios del territorio, pero que aún son insuficientes o tienen carencias en su preparación.

Este tema de los docentes fue otro de los puntos cardinales de un debate con altas y bajas, donde muchos de los jóvenes demostraron su disposición a formarse como profesores, aunque a su vez alertaron sobre la necesidad de estudiar más a fondo el asunto y buscar alternativas para estimular espiritual y materialmente la presencia de los profesores o profesionales en los cursos municipales de superación y en las aulas de enfermería.

En estos temas debemos trabajar a todos los niveles, reconocía la miembro del Buró Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, Miriam Yanet Martín, quien ratificaba que lo más importante es que cada uno ponga su ladrillo en la obra de la Revolución, pero lo ponga bien.

En muchos politécnicos internos y escuelas vocacionales, como las de deporte, se trabaja pormejorar las condiciones materiales que golpean a los estudiantes. Foto: Juan Moreno

Politécnicos ¿La última carta?

Falta de atención de los organismos empleadores a los politécnicos y sus estudiantes, programas de estudios que no responden al desarrollo tecnológico actual, insuficiente bibliografía y deterioro de las instalaciones, son algunos de los problemas planteados por los delegados al XI Congreso de la FEEM.

La enseñanza técnico-profesional tiene 314 centros, con 211 117 estudiantes. En ellos se forma el relevo de la clase obrera calificada del país y sobre sus hombros descansa, en buena medida, el desarrollo económico que logremos alcanzar.

Sin embargo, los muchachos están inconformes con la preparación que reciben. Amaury Pita, estudiante de Contabilidad de Ciudad de La Habana, asegura que cuando llegan a la práctica pre-profesional el desarrollo tecnológico de los centros laborales está por encima de los conocimientos que tienen.

Igual criterio aportó Luis Montes de Oca, también de Ciudad de La Habana, solo que él precisa que no existe un seguimiento por la entidad empleadora, la cual no solo debe preocuparse por la preparación del estudiante, sino de acompañarlo en la práctica pre-profesional.

Algunos muchachos argumentaron que la falta de interés, de motivación por la especialidad y de estudio consciente, influyen en la mala preparación que tienen hoy los estudiantes de la enseñanza politécnica.

«Muchos llegan a la especialidad sin conocerla bien, y luego se dan cuenta que no les gusta; otros usan el politécnico como trampolín para la universidad. También hay quien toma la opción para no becarse en el pre», aseguró Delia Rosa Fernández, delegada de Pinar del Río.

Para Daína Rodríguez, presidenta de la FEEM en la capital, el desinterés por los estudios redunda en la mala formación académica y otras indisciplinas, como inasistencia y mala utilización de los recursos. «Es cierto que también nos faltan maestros, pero nos llenamos de justificaciones para no enfrentar esa tarea».

Quizá la situación más crítica la tienen los Institutos Politécnicos Agrícolas (IPA) donde se forman los futuros técnicos medios vinculados a la producción de alimentos.

Un muchacho matancero asegura que en los IPA hay poca motivación para los estudios, porque no son centros atractivos. «No es lo mismo que un estudiante de veterinaria tenga un conejo o un cerdo para estudiar, que verlo en una lámina. No es lo mismo ver en un libro cómo se siembra una planta, que hacerlo con tus manos; o cómo se arregla un tractor, que arreglarlo. Si tuviéramos esos medios, la escuela sería más atractiva, los estudiantes estarían más motivados, y se formarían mejor».

Rubén Díaz asevera que la unidad Revolución, del IPA Villena-Revolución, lleva más de tres años en reparación, y que los recursos para esos trabajos se han «perdido». «No tenemos comedor, la comida la traen desde Villena, en un viaje de siete kilómetros en el cual, por supuesto, se enfría. No tenemos laboratorios de Química, de Física, y de 21 computadoras, ocho están rotas.

«Ahora se inauguró un puesto médico, con tres enfermeras, pero sin médico, ni transporte. Si alguien se enferma de noche, y el carro de Villena está para la calle, no tenemos cómo sacar a un muchacho de allí. Y los fines de semana ambas unidades docentes dan el pase “por sus medios”».

El ministro de Educación, Luis Ignacio Gómez, precisó que paralelo a la recuperación económica, se toman medidas para mejorar el desempeño de los politécnicos. «El país tiene implementaciones muy actuales que establecen el vínculo de cada ministerio —según la rama— con las escuelas politécnicas. La actualización de los programas de estudios, la formación vocacional, la mejor preparación de los maestros, la práctica pre-profesional, los textos, en todo está implicado el futuro empleador.

«Del cumplimiento de estas legislaciones, con entusiasmo y exigencia, depende que los egresados de este nivel de enseñanza puedan ser útiles».

«Plan jaba» deportivo

El músculo se transformó en idea en la capitalina Escuela de Iniciación Deportiva Mártires de Barbados, al sesionar este viernes la comisión de estudiantes de la enseñanza deportiva, quienes discutieron los principales problemas de la FEEM en sus centros de estudio.

Los delegados debatieron sobre el funcionamiento de la Asamblea Educativa y su similar de Formación Integral, dirigidas a medir el rendimiento deportivo y docente de los estudiantes, en aras de lograr la educación plena de nuestros atletas.

«Tiene que haber una correlación entre ambas reuniones porque se conducen de maneras distintas y no es posible ver la integración del proceso docente-deportivo», afirmó Eusebio Hernández, capitán del equipo de polo acuático en la EIDE villaclareña.

Su intervención fue corroborada asimismo por el capitán de capitanes de la EIDE Mártires de Barbados, Ángel Adunay Gómez: «unificar las asambleas es lo ideal. Así daríamos un mayor protagonismo a los capitanes de equipo y a los presidentes de grupo, además de que pudieran coexistir en un mismo espacio las opiniones de entrenadores y profesores guías», explicó.

El problema más acuciante en este tema fue, sin embargo, la ligereza con que a veces se llevan a cabo las reuniones. Así lo planteó la camagüeyana Irina García Pérez: «las asambleas presentan problemas por la poca preparación de sus dirigentes, ya sea el capitán o el presidente. En un día no se puede efectuar con calidad un encuentro como ese. Son los dirigentes los encargados de dar el ejemplo, en especial los capitanes. Si ellos no lo hacen, entonces la representatividad se pierde».

Asimismo fue abordada la idoneidad de los estudiantes que hoy forman parte de las escuelas deportivas. Ante el reclamo de los delegados por la entrada de escolares que no reúnen las condiciones para practicar ningún deporte, los llamados «plan jaba», el vicepresidente del INDER, Ángel Iglesias, explicó que la institución en estos momentos ha determinado crear comisiones para garantizar que los nuevos ingresos sean verdaderamente deportistas.

«Esto es por el bien de nuestro movimiento deportivo, ya que en cada plaza que se otorga en una escuela nuestra, está un campeón en potencia, y no podemos darnos el lujo de malgastarlas. Hay muchos estudiantes en otras enseñanzas que tienen aptitudes para el deporte y se han visto privados de entrar en nuestras instituciones por esta situación».

La necesidad de aumentar el vínculo entre la FEEM y el INDER fue otro de los puntos analizados. En opinión de Claudia Ojeda, presidenta de la EIDE José Martí en la capital, «es vital para nuestro buen funcionamiento que desde la base se conozcan las dificultades y los estudiantes se sientan más identificados con la organización. El principal problema es que en muchas ocasiones los alumnos no conocen ni tan siquiera a sus dirigentes, y dicen “ahí está la visita”, porque no se sienten parte ni del INDER, ni de la FEEM».

Ciencias y carreras huérfanas

Corresponder el sueño de estudiar una carrera acorde con las necesidades económicas del país, es un reto que requiere de mucha comprensión de los estudiantes de la enseñanza preuniversitaria y una adecuada educación vocacional, aseguraron los delegados de ese nivel reunidos en la comisión que sesionó en el IPVCE Vladimir Ilich Lenin.

La incondicionalidad con los reclamos económicos del país es tarea pendiente en el sector estudiantil, pero principalmente en los

IPVCE, donde la mayoría de los alumnos optan por perfiles de Humanidades y declinan las opciones vinculadas a las carreras técnicas. Las causas del desinterés apuntan a la falta de laboratorios y de vínculos sólidos con los organismos que precisan de profesionales en los frentes productivos y científicos.

¿Nos hemos preguntado por qué los muchachos luchan por entrar a los IPVCE, aun cuando no está entre sus intereses pertenecer a la vanguardia científica?, inquirió Manuel Reina Aguilera, estudiante de la Lenin, quien insistió en que al igual que en las vocacionales se deben mejorar las condiciones de los preuniversitarios en el campo, a los cuales por razones objetivas y subjetivas hacen rechazo padres y alumnos.

Gabriela Ramos, una colega suya a quien le apasionaba la Química y la rutina de las clases teóricas le apagó la pasión tirándola en brazos de la carrera Historia del Arte, dijo que para que eso no se repita entre sus compañeros hace falta que la FEEM organice recorridos por los centros vinculados con la ciencia y la producción, con el fin de atizar el amor y el compromiso por esas actividades.

El delegado de la Ciudad Heroína, Santiago Ramos, estudiante del IPVCE Antonio Maceo, lamentó el modo en que se otorgan carreras como Relaciones Internacionales, a la cual aspiró y no pudo alcanzar, porque esta solo se le otorga a residentes en la capital. Sugirió revisar el modo de otorgamiento de esa y otras carreras en aras de ser más justos con quienes en otras provincias tienen talento y se sacrifican.

René Sánchez, director nacional de ingreso a la Educación Superior, aclaró que solamente las carreras de Relaciones Internacionales e Idioma Chino son privativas para los capitalinos, por razones de garantía en la oferta de empleo una vez graduados.

Manifestó que los acuerdos procedentes del anterior congreso de la organización estudiantil, y los diversos intercambios con los estudiantes de la FEEM, han facilitado flexibilizar los procedimientos para ingresar a la universidad.

Destacó que antes el ciento por ciento de las carreras se decidían por pruebas de ingreso y ahora es solo la mitad. También recordó cómo en otros tiempos la proporción de carreras era de una para dos estudiantes; en cambio ahora hay una plaza garantizada para cada egresado.

«Nos han sobrado más de 4 000 plazas en los últimos cursos. Ellas se corresponden a ciencias agropecuarias, pedagógicas y enfermería, principalmente», y convocó a desarrollar la vocación revolucionaria para satisfacer las necesidades del país.

Cultura con momento fijo

Un artista verdadero no es solo aquel que se centra en el estudio de su instrumento o de su especialidad, sino que tiene que estar informado de la actualidad nacional e internacional y poseer una sólida preparación política e ideológica, algo de lo que a veces no estamos conscientes y no aprovechamos nuestros espacios para ello, porque las asambleas del grupo se vuelven demasiado formales y tediosas, aseguró Ariadna Cuza de la Escuela de Instructores de Arte (EIA) del municipio especial Isla de la Juventud.

Ella fue una de las representantes de los delegados al XI Congreso de la FEEM, que representan a los miles de estudiantes cubanos de las 63 escuelas de enseñanza artística que hay en el país.

Yasmany Beltrán, de la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, de Camagüey, considera que es complejo para los dirigentes de la organización llevar adelante el trabajo político ideológico, pues se requiere de una preparación superior, de buscar argumentos y mecanismos que permitan explicar y comprender los diferentes procesos que vive la Revolución.

A veces nos quedamos en la consigna, asegura Roberlandy Verdecia, presidente de la FEEM del municipio de Playa, en la capital. «Se dice: “tiene que ser la asamblea de grupo el espacio donde los jóvenes se encuentren”, pero ¿se encuentran en verdad allí? ¿Se sienten esos jóvenes identificados y representados por sus dirigentes? ¿Los escuchamos? Nuestra autopreparación no puede esperar porque llegue la indicación, tenemos que armarnos de argumentos, no cansarnos de explicar».

Mientras, Yanitza Rojas, su homóloga en el municipio de Las Tunas, considera que debe ser más activa la participación de los dirigentes de la FEEM en los consejos de dirección, quienes, más que informar cuál será la próxima actividad, deben dar valoraciones, analizar los problemas y exigir que se les mantenga al día.

Joel Queipo, al frente de la esfera Ideológica del Buró Nacional de la UJC, coincide con que el trabajo político-ideológico es mucho más complejo en estos tiempos, «eso quiere decir que hay que pensar, ser más atractivos, hacer diseños inteligentes, poner pasión y sentimiento, emplearse a fondo para que el muchacho los siga y no les “apague la planta”».

En cuanto a los resultados académicos de los estudiantes, Daniela Ponjuán, de la Escuela Nacional de Ballet, considera que son varios los factores que influyen negativamente: «la falta de bibliografía, sobre todo de libros de textos de otras materias fuera de la especialidad y el desinterés por las asignaturas de la escolaridad, cuando son tan importantes para la deseada cultura general integral».

Daniela aprovechó para señalar que los estudiantes que se forman en otras provincias están carentes de referentes, pues no siempre tienen la suerte de ser testigos de eventos de carácter nacional o de las presentaciones de artistas de primer nivel.

Roxana Hernández Sánchez, presidenta de la Escuela Nacional de Música, confiesa, por su parte, que no fue fácil para ella comprender que no podía acceder al Instituto Superior de Arte (ISA). «Mientras que otros niños jugaban, nosotros estábamos estudiando nuestros instrumentos, y no obstante, sé que no por ello dejaré de ser artista ni de servir a la Revolución, pero creo que es imprescindible que se expliquen las razones por las cuales no se abren algunas carreras».

María Esther Caballero, de Camagüey, se refirió a que aunque los instrumentos y los materiales no siempre son suficientes, tampoco se cuida lo que se tiene para que tengan un tiempo de vida mayor. Asimismo, afirmó que el estado constructivo de las escuelas, la inadecuada alimentación y la falta de aseo personal son algunos de los mayores problemas que enfrentan los estudiantes que permanecen internos o seminternos.

El estado constructivo de algunas escuelas que conlleva a que de un año académico solo se reciban cuatro meses de clases es algo que alarma tanto a María Esther como a Ielis Pérez, presidente de la EIA de Cienfuegos, «porque si queremos formar un artista revolucionario es imposible lograrlo en tan poco tiempo, y menos si se violan los turnos de clases para realizar asambleas y otras actividades que se debían programar para horario extraescolar».

Para Laura Ríos Curbelo, estudiante de danza en la ENA, el tema del transporte también es muy preocupante: «En nuestros centros hay muchos becados que, sin contar con un salario, tienen que pagar precios muy altos por un pasaje para viajar hasta sus provincias, además de hacer grandes colas y por varios días. Por eso creo que se debe estudiar la posibilidad de que se haga alguna bonificación».

La inquietud mayor de Raymed Cruz Ortega, presidente de la Escuela Nacional de Circo, es la falta de un puesto médico en su plantel. «Nuestras prácticas tienen un 99,9 por ciento de peligro y, sin embargo, no contamos con un especialista que pueda ofrecer primeros auxilios».

Yilian Fernández, de la Escuela Profesional de Arte de Granma, llevó a la comisión la solicitud de los estudiantes que representa de que sean distinguidos con otro uniforme. Sin embargo, Laura Hernández Estrada, presidenta de la Escuela Nacional de Artes Escénicas, cree que «en las condiciones que vive el país lo menos importante es gastar recursos en ropas, cuando al fin y al cabo todos somos estudiantes de una misma enseñanza».

Su máxima preocupación es la ejemplaridad de la dirigencia. «No es suficiente con hablar bonito, con crearse una imagen, lo que tenemos que hacer es trabajar más, el triple en comparación con los demás».

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