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Recuerdos de Fefel

Testimonio del coronel Ángel Fernández Vila, médico que atendió al dirigente puertorriqueño José Rafael Varona luego de un bombardeo en Vietnam. Muerto un 24 de marzo, este joven es hoy el mártir de la OCLAE

Autor:

Juventud Rebelde

Pintura de José Rafael Varona. En el mes de abril de 1967 me encontraba en Vietnam al frente de un grupo de médicos militares que cumplíamos misión en ese país. Fui localizado por el Comandante Julio García Oliveras, embajador de Cuba allí, para entrevistarme con unos estudiantes dirigentes de la Organización Continental Latinoamericana de Estudiantes (OCLAE) que estaban de visita en Hanoi. Ellos sabían que yo había sido dirigente cuando estudiaba Medicina y conocían sobre mi participación en la lucha contra la tiranía de Batista.

Esta delegación de la OCLAE había concurrido a Vietnam con la finalidad de transmitir la solidaridad de los estudiantes latinoamericanos a sus homólogos vietnamitas, que se encontraban empeñados, junto a su pueblo, en la lucha contra el invasor imperialista en el sur y contra la guerra destructiva de Estados Unidos en el norte del país.

Acudí al hotel Thöng nhát (Reunificación) y me encontré con los estudiantes. El grupo estaba compuesto por José Rafael Varona (Fefel), puertorriqueño que estaba por esos días al frente de la OCLAE; Enrique Velazco, presidente de la FEU de Cuba, y Danilo Fernández, dominicano dirigente de los universitarios de su país.

En la conversación con los integrantes de la OCLAE, me llamó la atención sobremanera la avidez de Varona por conocer con detalles la participación del movimiento estudiantil cubano en la lucha contra la tiranía batistiana. También querían saber cómo nuestro pueblo manifestaba su apoyo al pueblo vietnamita en su lucha contra el agresor imperialista.

José Varona se me presentaba como un joven estudiante con grandes inquietudes políticas, muy bien informado, inquieto, vivaz y muy apasionado. Tenía mucha admiración hacia Cuba, su Revolución y manifestaba su solidaridad con la lucha de otros pueblos latinoamericanos, con el resto del Tercer Mundo y muy especialmente en esos momentos con el heroico pueblo de Vietnam.

Realmente me sorprendió, en aquella primera conversación, la madurez ideológica y la pasión revolucionaria que mostraba aquel joven estudiante puertorriqueño y así se lo hice saber al embajador y a mis jefes en la misión.

Los estudiantes marcharon al interior del país, provincia de Thanh Hoa, a participar en mítines estudiantiles de repudio a la agresión que sufría el pueblo vietnamita.

En el traslado en jeep hacia un tecnológico de esta provincia, fueron localizados y atacados por un avión Phantom norteamericano, el que los impactó con un rocket, destruyendo el vehículo e hiriendo gravemente a Varona y a Danilo Fernández.

Una brigada médico-quirúrgica acudió desde Hanoi con toda urgencia hacia el lugar del ataque. Ese grupo estaba compuesto por un neurocirujano, un cirujano auxiliar, una instrumentista, dos enfermeros, un anestesista, una auxiliar de anestesia y una enfermera. Además, estaba yo junto a un dirigente de la Juventud Comunista de Vietnam que atendía a la delegación estudiantil.

Contactamos con los estudiantes en Thanh Hoa y decidimos evacuar inmediatamente hacia Hanoi al dominicano herido en el brazo, y atender en el lugar al puertorriqueño Varona, que estaba en estado crítico, intransportable y que debía ser sometido a intervención quirúrgica para salvarle la vida.

Comenzó, aquel 18 de abril, la terrible odisea que se extendería hasta finales del mes de mayo, durante la cual sufriría Fefel cuatro delicadas intervenciones quirúrgicas, sobre su cráneo herido, realizadas en campaña, en improvisados quirófanos en casas de adobe y techos de paja, con rudimentario equipamiento e insuficientes medios y medicamentos. Sus postoperatorios fueron en trincheras y en refugios y su constante traslado nocturno era por terraplenes y cruzando ríos a través de pontones —los puentes habían sido destruidos—, con el propósito de irlo acercando a la posibilidad de una asistencia más calificada y segura.

Finalmente en Hanoi, fue atendido en el Hospital Militar Central 108 (en campaña) y posteriormente evacuado a Moscú, donde fue solícitamente atendido en el hospital de las Fuerzas Armadas Soviéticas hasta su fallecimiento el 24 de marzo de 1968.

La última carta

La última noticia que tuve de Fefel, antes de conocer de su muerte, fue en carta que me envió su padre a Hanoi, el día 25 de junio de 1967, y que transcribo a continuación:

25 de junio.

Querido Horacio*

Aprovecho la oportunidad de que esta carta sea llevada a París, pues desde Puerto Rico tardaría mucho. No te había escrito antes porque el estado de Fefel es estacionario y no ha habido nada nuevo desde que regresaste.

Hoy está saliendo desde Puerto Rico la mamá y el hermano del nene. Regresé el domingo día 18 pues, si él mejora algo, espero estar de nuevo en Moscú, después del 23 de julio que es el día del plebiscito. El día 16 celebraremos una manifestación en contra del plebiscito, que esperamos sea monstruosa. Veremos.

Horacio: todos los relacionados con Fefel, familiares, amigos, etc., tenemos una enorme deuda contraída contigo. Yo, personalmente, creo que gané un hermano, sin merecerlo. Tengo grandes esperanzas de verte pronto. Por favor saluda en mi nombre a Mirta y a Pascual**.

Fraternalmente,

Varona.

*Horacio. Seudónimo utilizado por el 1er. teniente doctor Ángel Fernández Vila durante su estancia en Vietnam (1966-1967) a fin de desinformar a la inteligencia enemiga.

**Mirta y Pascual. Funcionarios de la Embajada de Cuba en Vietnam.

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