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La producción de alimentos es estratégica para la Revolución

Anuncia el General de Ejército Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, que se entregarán tierras en usufructo a todo aquel que sea capaz de ponerlas a producir de inmediato. Cada inversión que se haga tendrá que estar respaldada por un resultado. Se incrementará la edad de jubilación y las prestaciones sociales. Cuba nunca adoptará ninguna medida por presiones o chantaje Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en las conclusiones de la primera sesión ordinaria de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular Videos del discurso de Raúl Castro Ruz: 1  2  3  4  5  6  7 8 9 Información ofrecida por Alfredo Morales Cartaya, Ministro de Trabajo y Seguridad Social Asamblea Nacional aprueba declaración contra condenas a antiterroristas cubanos Rechaza el Parlamento cubano Directiva de Retorno de Inmigrantes de la Unión Europea Crece industria sideromecánica cubana Texto íntegro de la Declaración del Parlamento cubano Galería de imágenes de la sesión ordinaria del Parlamento cubano Videos: 1  2

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Producir alimentos y a su vez preservar las principales conquistas de la Revolución y seguir avanzando sin descuidar un minuto la defensa, son los principales retos que enfrenta la Revolución Cubana en lo adelante, como expresó en su discurso de clausura de la sesión del parlamento cubano el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz.

Al analizar la actual situación mundial y la realidad de la economía cubana, Raúl llamó “al cumplimiento diario y estricto del deber”, cada cual desde el puesto que le corresponde, con modestia y sin fanfarria.

A su vez explicó que en el futuro se adoptarán una serie de medidas fruto del análisis de la coyuntura por la cual atraviesa Cuba, y no “de presiones externas”.

Entre las medidas anunciadas explicó que comenzará de inmediato a entregarse tierras en usufructo a todo aquel que esté en condiciones de ponerlas a producir de inmediato.

“No puede quedar una hectárea apta sin sembrar, en primer lugar en la periferia inmediata de cada poblado y ciudad”, exhortó Raúl, quien a su vez aseguró que “es mucho más económico aprovechar óptimamente esas tierras que el incosteable traslado de trabajadores o estudiantes a grandes distancias, a veces para laborar media jornada. Así evitamos pérdidas y baja productividad”.

El presidente cubano explicó que estas y otras medidas que se irán adoptando paulatinamente “son propuestas realistas para un país cuyos recursos no siempre permiten acudir a las modernas tecnologías, muy productivas, pero caras y que además consumen combustible”.

No obstante, no descartó el uso de la tecnología en las producciones, pero aclaró que estas se emplearán “cuando se justifique económicamente, como se viene haciendo con la maquinaria e implementos agrícolas, los productos químicos, los sistemas de riego y los cultivos protegidos, con resultados alentadores aunque todavía incipientes”.

También aseguró que “la tierra, los recursos y todo el apoyo necesario estarán cada vez más a disposición de quienes produzcan con eficiencia, independientemente de que sea una gran empresa, una cooperativa o un campesino individual”.

En su discurso ante los diputados de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros llamó a invertir con racionalidad los limitados recursos con que cuenta Cuba y que esto se haga “esencialmente en la obtención de utilidades que permitan costear los ya elevados gastos sociales del país”.

Al respecto reflexionó que “la producción de alimentos, la sustitución de importaciones y el incremento de las exportaciones, continúan siendo líneas fundamentales”. “Además el ahorro, que como ha orientado el compañero Fidel, es hoy nuestra fuente de recursos más inmediata y factible”, dijo.

También llamó a postergar las inversiones que no sea imprescindible acometer de inmediato y cuando estas se planifiquen tener en cuenta siempre la posibilidad de aprovechar las instalaciones existentes, como viejas edificaciones subutilizadas, “como ya se está haciendo con el equipamiento de las nuevas industrias que se construyen como parte de los programas de la Alternativa Bolivariana para las Américas, el ALBA, especialmente en colaboración con Venezuela”, ratificó.

Raúl también habló sobre el anteproyecto de modificación de la Ley de Asistencia y Seguridad Social, que prevé entre otras medidas extender la edad de jubilación hasta los 60 años las mujeres y los 65 los hombres.

De esta medida explicó que actualmente es factible ejecutarla, pues “la generalidad de los cubanos, como todos aquellos que en el mundo cuentan con adecuados servicios de salud y una alimentación satisfactoria, llegan en buenas condiciones físicas y mentales a los 60, los 65 e incluso a edades más avanzadas”.

Igualmente señaló que “en su inmensa mayoría son profesionales, técnicos o personas que dominan un oficio valioso, a veces deficitario y sumamente necesario al país, por tanto se sienten en posibilidades de seguir aportando y de recibir la retribución correspondiente”.

Raúl calificó esta medida como una vía realista de incrementar los ingresos de un importante sector de la población, pues quienes se jubilen de acuerdo con las normas de la nueva ley podrán volver a trabajar y percibir un salario por ello, sin por esto tener que renunciar a su pensión.

En este sentido, y al destacar a la educación como un sector clave en el país, donde se siente la necesidad de maestros, hizo un llamado a volver a incorporarse al sector a “los jubilados aún con posibilidades de aportar su profesionalidad y experiencia frente a un aula”.

Sobre esto aseguró que se propondrá al Consejo de Estado, antes de que comience el nuevo curso escolar, que hasta tanto se apruebe la nueva Ley de Seguridad Social, se autorice provisionalmente y de forma excepcional, que reciban desde su reincorporación el salario íntegro previsto para la plaza, sin perjuicio del derecho a la pensión como jubilados.

Raúl expresó ante el Parlamento cubano, reunido en sesión plenaria, que lo más importante ahora no es ejecutar nuevos aumentos de salario, sino lograr aumentar el valor del que actualmente devengan los trabajadores.

“Mientras más aportemos todos, más rápido se logrará, pues hay que estar consciente de que cada aumento de salario que se apruebe o precio que se establezca debe corresponder con las posibilidades de la economía”, dijo.

“De lo contrario, simplemente aumenta el dinero circulante, suben los precios de manera automática y no hay aumento real del poder adquisitivo”, reflexionó.

Con respecto a los ingresos personales, además de llamar a eliminar la indisciplina y manifestaciones de corrupción, explicó que se deben adoptar medidas para que los ingresos de los trabajadores “se correspondan con el aporte personal y el cumplimiento por el centro de trabajo del objeto social para el que se constituyó”.

Para eso, dijo, deben cumplirse premisas insoslayables como que el trabajo realmente aporte lo que todos después demandan recibir; mantener un orden, control y rigurosa exigencia que aseguren eficiencia, ahorro y eviten robos o desvíos de recursos; eliminar las gratuidades indebidas y el exceso de subsidios; establecer un adecuado sistema de impuestos y contribuciones, de forma que todos aporten al sostenimiento de servicios que se brindan gratuitamente o a precios fuertemente subsidiados, y a financiar actividades como la defensa, la seguridad y el orden interior, la administración pública y otras muchas imprescindibles para el funcionamiento de cualquier país.

“Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo. Este, en última instancia, es también una forma de explotación: la del buen trabajador por el que no lo es, o peor aún por el vago”, enfatizó Raúl en su discurso.

El presidente cubano aseguró que el gobierno tratará de que la actual situación mundial, caracterizada por una fuerte subida de los precios del petróleo y de los alimentos, afecte lo menos posible al pueblo cubano.

 “Pero es inevitable que sufriremos cierto impacto en determinados productos y servicios, pues además el enemigo está haciendo hasta lo imposible para multiplicarnos las dificultades, con la absurda aspiración a ponernos de rodillas”, reflexionó.

Sobre ese intento por doblegar a la Revolución Cubana, y el hecho de que algunos exijan desde afuera medidas de todo tipo en Cuba, puntualizó que “es iluso soñar que un pueblo que ha resistido actos terroristas, guerra económica y agresiones de todo tipo durante medio siglo, va a renunciar a conquistas fruto de enormes sacrificios, sólo para satisfacer a determinados círculos de poder de los Estados Unidos o a quienes los secundan en otras partes”.

“Jamás adoptaremos una decisión, ¡ni la más mínima!, como resultado de la presión o el chantaje, venga de donde venga, de un poderoso país o de un continente entero”, sentenció el presidente cubano.

Asuntos como el excesivo consumo de alimentos y demás productos destinados a comedores obreros, escuelas, hospitales y otros, el derroche, la falta de planificación o el descontrol, también estuvieron presentes en el discurso del segundo secretario del Partido Comunista de Cuba.

Sobre esto, además de llamar a aumentar el control y la planificación, volvió a insistir en que la verdadera solución a los problemas alimentarios está en la producción que sean capaces de crear los propios cubanos.

 “Dicho en pocas palabras: ¡hay que virarse para la tierra! ¡Hay que hacerla producir!”, dijo. Raúl, quien aseguró que el espíritu de “¡Sí se puede!” permitió al pueblo cubano vencer “obstáculos al parecer insalvables en la etapa más crítica del período especial”, expresó su convicción de que volvería a primar para volver a vencer “como siempre, con el esfuerzo unido y consciente de todos los patriotas”.

 “Produciremos alimentos, preservaremos las principales conquistas de la Revolución y seguiremos avanzando sin descuidar un minuto la defensa –llamó Raúl. Dediquémonos, con modestia y sin fanfarria, cada cual en el puesto que le corresponde, al cumplimiento diario y estricto del deber. “¡Pienso que esta es la clave para vencer!”, concluyó.

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