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CAMAGÜEY.— La Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) se proyectó en su asamblea provincial aquí por una organización que afiance el liderazgo entre sus miembros.
Un enfoque certero fue el expresado por la instructora de arte, Dariena Vázquez: «Muchas veces quienes dirigimos conocemos de antemano las dificultades que aquejan a nuestros estudiantes en los centros de enseñanza, pero no promovemos soluciones».
Y es que los problemas, como afirmó la muchacha, han sido en oportunidades planteados reiteradamente por los estudiantes, y nada ocurre al respecto. «No puede ser que volvamos siempre a lo mismo. Hay que preguntarse, ¿qué nos falta por hacer?», insistió Dariena.
Sus palabras narraron una arista también muy cuestionada por los 150 participantes en esta cita estudiantil, en el sentido de que no se pueden seguir describiendo los problemas sin resolverlos en el grupo, espacio principal que tiene la FEEM para el debate y para encontrar las respuestas que exigen sus compañeros.
¿Es efectiva una asamblea de grupo cuando a la vuelta de un mes regresan los mismos planteamientos...? ¿Qué fórmula aplicar para que la Organización funcione en aquellos lugares donde la pasividad se ha asociado al trabajo juvenil?
Estas observaciones tuvieron repercusión en Yordan Bango Porro: «Las asambleas de grupos hay que transformarlas. Debemos evitar la improvisación, pues en la desorganización nace la pérdida de liderazgo».
El joven Yordan se cuestionó ¿cómo lograr resultados positivos en la labor diaria, para convencer al estudiantado acerca de incorporarse, por ejemplo, a carreras pedagógicas, si el primer paso no lo dan los dirigentes?
Carmen Rosa, alumna del Pre pedagógico Enrique José Varona, instó a tomar de la mano los problemas y resolverlos, sin diluirse, a veces hasta en situaciones administrativas que los convierten en un gran banco de problemas.
Para concluir su intervención puso en el tapete aristas que ensombrecen el funcionamiento orgánico de esta organización: «Hay que ser de los de alante, y ejemplo ante el trabajo, y cuando algo no esté cumplido, ese dirigente, junto a sus estudiantes, tendrá que preguntarse si irradia ejemplaridad».
Jorge Enrique Sutil Sarabia, primer secretario de la UJC en Camagüey, sostuvo que tiene que existir una correlación entre lo que hablamos y lo que hacemos como organización, y hay que ganarse el respeto a través del ejemplo personal.
Como recordó Dariena, el momento exige más de los líderes estudiantiles y de los militantes.
La tarea más inmediata de la FEEM, después de este encuentro, quedó bien definida por Julio César García, primer secretario del PCC en este territorio: «Hay que pasar de la teoría a la práctica y lograr que lo discutido aquí llegue al grupo de jóvenes, escenario donde tienen que resolverse los problemas y donde, además, hay que convencer con argumentos y con el ejemplo personal a los estudiantes».
