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VENEZUELA.—El doctor Armando Hart Dávalos, director de la Oficina Nacional del Programa Martiano, adscrita al Consejo de Estado de la República de Cuba, recibió la noche de este miércoles la medalla y el diploma que lo acreditan como Profesor Honorario de las Universidades Bolivarianas Venezolanas.
Por primera vez, en los ámbitos académicos y del proceso revolucionario que tiene lugar en Venezuela, 15 altos centros de estudios confieren tan importante galardón a una personalidad, hecho con el cual expresan «su sentido reconocimiento a la inconmensurable trayectoria política, cultural y educativa del doctor Hart, una referencia viviente obligada para toda la región latinoamericana, en especial para los pueblos que luchan por su plena emancipación y, en particular, para los jóvenes».
Así lo hizo saber la doctora Tibisay Hunt, viceministra de Desarrollo Académico del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior, quien aprovechó la ocasión para transmitir un mensaje de admiración, respeto y saludo a Hart, en nombre de Luis Acuña, titular del ramo.
Minutos antes de que Yadira Córdova, rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela, y otros de sus compatriotas, le impusieran a Hart la medalla-distinción, se habló aquí de las cualidades humanas, revolucionarias, éticas y políticas del hoy Director de la Oficina Nacional del Programa Martiano, y de su lealtad inquebrantable a Fidel, a la Revolución cubana y a su pueblo.
Hart es un hombre de la Educación y la Cultura, un humanista de la Revolución, un luchador a tiempo completo, un incansable estudioso de la vida y la obra de uno de los más grandes pensadores del continente, el apóstol José Martí, y de otros, como Félix Varela y José de la Luz y Caballero. Sus conocimientos han estado siempre al servicio exclusivo de la justicia y no ha dejado de creer nunca en la utopía posible de la emancipación humana de nuestros pueblos.
Fue esta una de las hermosas reflexiones que hizo el doctor Freddy Castillo, rector de la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy, para argumentar el porqué, por vez primera, las universidades bolivarianas, representadas por medio de la Asociación de Rectores Bolivarianos (ARBOL), y con el apoyo del Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior de Venezuela, distinguían a Hart.
Este agasajo, expresó Hart, es como una señal de lo que quiere América, de lo que ha soñado América desde hace mucho tiempo, y que ya está entre nosotros. Se trata de un indicio que apunta a nuestra necesaria integración y unidad continental, en el alba del ALBA.
Confesó además que recibía la Distinción Profesor Honorario en nombre de «aquellos que en mi Patria hicieron posible aquel triunfo victorioso del Primero de Enero de 1959, y de los que hoy trabajan para que el milagro de la Revolución siga indetenible».
