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Oslay Bravo: primer delegado directo de Sancti Spíritus

Su ajetreo entre los amaneceres espirituanos, lo mismo en moto que en camiones lecheros, distingue el trabajo de Oslay Bravo Bernal en una provincia que aspira a cerrar el 2009 con más de 40 millones de litros vendidos al Estado

 

Autor:

Juventud Rebelde

SANCTI SPÍRITUS.— Nadie le quita el planazo del lomo, pensaron algunos cuando Oslay Bravo Bernal intentó persuadir al guajiro que le vociferaba para que no le inspeccionaran la leche, en la intrincada zona de Macaguabo.

«Aquel tipo me amenazó; se puso malcriado», rememora este joven, quien asume la responsabilidad de evaluar la calidad de la leche acopiada para la venta a la población o destinada al procesamiento en la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza, todo un símbolo de la industria alimentaria espirituana.

«He tenido varios “rollitos” como ese, pero por suerte siempre se han resuelto. El diálogo no se puede olvidar», afirma el muchacho, quien interactúa desde hace diez años con las madrugadas, la exigencia hacia los indolentes, la organización de numerosas cifras en los contratos para el pago a los productores y, más recientemente, con los deberes al frente del comité de base de la UJC.

Su ajetreo entre los amaneceres espirituanos, lo mismo en moto que en camiones lecheros, inscribe bríos juveniles al perfeccionamiento de los sistemas de acopio y lo convierten en el primer delegado directo al IX Congreso, en una provincia que aspira a cerrar el 2009 con más de 40 millones de litros vendidos al Estado, lo cual permite la diversificación de las producciones en la industria y la sustitución de importaciones.

«Me planifico, porque si no el mes no alcanza. Además, he tenido que estudiar mucho para concluir este curso la especialidad de Ingeniería Industrial; pero nunca me perdonaré perder el Título de Oro».

Oslay Bravo plantea sentirse a veces como un malabarista del tiempo, para no desatender la vida personal. «No me preguntes cuánto llevo casado, porque no recuerdo con exactitud y me buscarás un problema con mi mujer», bromea, y asegura que siempre ha encontrado el apoyo necesario en su familia.

«Me identifico con las personas de mi generación; no quiero canas prematuras. Me gusta vestir bien, pasear, divertirme con mi pareja…».

Oslay se refiere a sus retos como dirigente de la UJC: «En el sector alimentario algunos entran con inclinaciones nada sanas. Uno tiene que desarrollar una fuerte labor educativa, para que no terminen en la calle por cometer ilegalidades».

Sobre sus expectativas como delegado directo comenta: «Debe prevalecer la honestidad, la sinceridad para resolver los problemas de la juventud cubana. La crítica debe ser certera y no debemos caer en la consigna hueca por cometer ilegalidades».

Dicen que al lechero del refrán no lo mataron por echarle agua a la leche, sino por... Sin embargo, en la Empresa Río Zaza, aunque aquel personaje permaneciera en silencio, seguramente lo hubiera detectado Oslay, quien libera una carcajada cuando se le habla sobre su fama de exigente entre productores y choferes. «Me gusta actuar legal, pero no tengo tan mala leche».

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