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Nuevas revelaciones sobre el Martí del Turquino

Estas aparecen en libro inédito de Carlos Manuel Marchante, De cara al sol y en lo alto del Turquino, y en la exposición que se inaugurará este martes en la Fragua Martiana

Autor:

Luis Hernández Serrano

Nuevas revelaciones sobre la historia de la colocación del busto de José Martí en la cima del pico Turquino, en la Sierra Maestra, en 1953, se harán públicas próximamente.

Estas aparecen en la investigación de Carlos Manuel Marchante Castellanos, contenida en su libro inédito De cara al sol y en lo alto del Turquino, y en la exposición que se inaugurará a las 2 de la tarde de este martes en la Fragua Martiana, en Ciudad de La Habana.

Lázaro Díaz Fariñas, actual director de la Fragua, y Marchante Castellanos informaron que el libro contiene 13 cartas absolutamente inéditas del doctor Manuel Sánchez Silveira, padre de la heroína Celia Sánchez Manduley, al doctor Gonzalo de Quesada y Miranda, hijo del secretario personal de Martí, en torno a esa iniciativa patriótica.

Tales cartas, facilitadas por la Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, junto a los documentos de la Fragua, pertenecientes a la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario de la Universidad de La Habana, revelan cómo fue concebida la idea, los trabajos para materializarla, quiénes participaron, cómo se pudo hacer, la importancia que tuvo el suceso y otras cuestiones de sumo interés.

Se conoce que el busto fue hecho por la escultora habanera Jilma Madera Valiente, fallecida el 21 febrero de 2000, pero se desconoce que el padre de Celia pidió permiso a Gonzalo de Quesada y a Jilma para que su hija Celia integrara el grupo que se organizaba. Además, el explicó a los dos (a Gonzalo y a Jilma) que Celia filmaría la película del acontecimiento.

La expedición la integraron personas de la citada Asociación y del Instituto Cubano de Arqueología, del que el doctor Silveira era su representante en Oriente. La película de ocho milímetros que tomó Celia entonces se exhibió días después por la pequeña pantalla y en la Fragua, aunque aún no se ha localizado.

El 6 de mayo del 53 el doctor Manuel Sánchez le dijo en carta a su hija Flavia que «de hacerse la excursión llevo a Celia de cameraman para las películas. Nos verás en televisión».

El libro de Marchante pone de relieve que la idea de la colocación del busto fue de la maestra pinareña Emérita Segredo Carreño.

Y el busto en sí es una copia a escala menor del que se inauguró el 28 de enero de 1952 en la Fragua, actualmente en su salón de actos, y que María Matilla, la niña querida de Martí, dijo que era el más parecido de todos al rostro del Martí que ella recordaba, al visitar La Habana, con 73 años, el 29 de enero de 1953, con motivo de los festejos por el centenario del maestro.

En carta de aquella época a Waldo Medina, reportero del periódico El mundo, el padre de Celia esclarece que a él le correspondió ser el director técnico de esa expedición, pero la dirección general fue de Gonzalo de Quesada.

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