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CIEGO DE ÁVILA.— Un récord de 203 toneladas de fruta bomba por hectárea logró el campesino Ariel González Molerio en su más reciente cosecha, al combinar el empleo de la ciencia con la agroecología.
Lo recolectado significa una marca productiva sin precedentes en Cuba para un espacio similar, según especialistas del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana y Suburbana, que dirige el Doctor en Ciencias Adolfo Rodríguez Nodals.
El agricultor González Molerio expresó que la combinación oportuna de fertilizantes químicos, el humus de lombriz, el tipo de suelo de arcilla roja y el riego de agua sistemático fueron determinantes en esos resultados.
Graduado de ingeniero en Agronomía en el curso anterior, considera que la utilización de posturas con tierra en sus bolsos libre de nemátodos, también contribuyó al desarrollo frondoso de la plantación.
Este joven pertenece a la cooperativa de crédito y servicios José Martí, del municipio de Ciego de Ávila, cuya finca de 10,80 hectáreas es de de referencia por el Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales de la Agricultura Tropical.
Su área fue escogida igualmente como modelo de un proyecto de mejoramiento de la capa vegetal que aplica en Ciego de Ávila el Instituto Nacional de Suelo, del Ministerio de la Agricultura, informó Sonia Sánchez Carvajal, especialista del sector aquí.
González Molerio realizó con éxito otro de sus ensayos al producir, en la tercera parte de una hectárea, más de una tonelada de frijol negro de la especie Milagro Villareño, casi el doble de lo previsto.
Además de viandas, arroz y frutales, cultiva el frijol llamado Caupy, que puede cosecharse a los 65 días de sembrado, mientras experimenta con una parcela de cebada para comprobar sus efectos productivos.
Dispone de una de los mejores centros del territorio avileño para obtener humus de lombriz sólido y líquido, a fin de sustituir importaciones y garantizar más alimentos para el pueblo, afirmó.
