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Revolución fue la palabra que inauguró ayer el Festival de La Habana. Su presidente Alfredo Guevara, hizo referencia a las diferentes revoluciones que confluyen en esta 32 edición: la siempre presente obra renovadora de los artistas que dieron origen y legitimidad al movimiento del nuevo cine latinoamericano, los jóvenes creadores que desde la contemporaneidad innovan la manera de hacer y de pensar el séptimo arte, así como la afortunada celebración del bicentenario del inicio las luchas por la independencia y los cien años de la revolución mexicana. Guevara destacó además el espíritu revolucionario en el que tendrá lugar el festival, debido a la «experiencia salvadora» que vive la sociedad cubana.
Tras las palabras inaugurales, el piano de Ernán López-Nussa colocó los acordes para que esta nueva edición comenzara plena de viveza creativa. Fragmentos de su proyecto en construcción Sacrilegios, fueron la propuesta escogida por el músico.
Luego, las cadenciosas notas de En tres por cuatro, de Ignacio Cervantes, marcaron el compás para que los fabulosos bailadores de Santa Amalia desplegaran también sus dotes, y tras sus pasos festivos, la gran pantalla comenzó a reflejar las primeras imágenes del filme mexicano, que no podía llevar otro título que Revolución.
La cinta fue realizada como homenaje al centenario de la Revolución mexicana; un filme con el cual el Festival reafirma su lealtad a la rica historia de nuestro continente, a las profundas realidades que hoy lo moldean, y a los cineastas de siempre que laten por contar nuestras historias.
