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Queda mucho por hacer

A pesar de los esfuerzos realizados por erradicar el analfabetismo, en los que Cuba ha desempeñado un papel esencial, casi 800 millones de personas en el mundo no conocen aún el significado de las letras

Autor:

Margarita Barrios

Cuba celebrará en el próximo diciembre el aniversario 50 de declararse Territorio Libre de Analfabetismo, hecho que adquiere especial relevancia este 8 de septiembre, Día Mundial de la Alfabetización.

La fecha fue escogida en 1967 por la ONU y la UNESCO con el propósito de despertar la conciencia de la comunidad internacional y llegar a un compromiso en materia de educación y desarrollo.

A pesar de los años transcurridos, el analfabetismo aún somete a millones de hombres y mujeres a la ignorancia. Según datos de la UNESCO, el pasado año había en el mundo 796 millones de adultos analfabetos.

Es cierto que son muchas las carencias en el planeta —en especial las relacionadas con derechos básicos como la alimentación, la salud y otros—, mas no puede desdeñarse el valor que tiene saber leer y escribir, porque la alfabetización es cimiento esencial del desarrollo.

Antes de 1959 parte significativa de la población cubana era analfabeta total o funcional; había más de 10 000 aulas sin maestros y, paradójicamente, miles de docentes estaban desempleados, mientras la educación superior era un sueño inalcanzable para la mayoría. No por gusto una de las propuestas del Programa del Moncada se refería a la educación, y una de las primeras acciones del Gobierno Revolucionario fue la realización de la Campaña de Alfabetización.

A pesar de la agresión mercenaria por Playa Girón, en abril de 1961, miles de jóvenes se mantuvieron en los campos y ciudades llevando la luz de la enseñanza, y Cuba fue declarada Territorio Libre de Analfabetismo el 22 de diciembre del propio año.

No satisfecha con la hazaña doméstica, Cuba se ha comprometido a contribuir en la eliminación de ese flagelo. Por sugerencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, en 2001 se empezó a trabajar en un método que combinara números y letras para enseñar a leer y escribir, y que se apoyara en el audiovisual.

Así fue como surgió el programa «Yo, sí puedo» (creado por la Doctora en Ciencias Pedagógicas Leonela Relys Díaz), aplicado por primera vez en Venezuela, en 2003, país que ya fue declarado Territorio Libre de Analfabetismo.

El ofrecimiento de Cuba a la UNESCO ha permitido reducir la tasa de iletrados. Entre el 2002 y el 2009 aprendieron a leer y escribir cerca de 3,5 millones de personas en más de 30 países. Bolivia, Perú y Nicaragua eliminaron el analfabetismo a través del aporte cubano.

Aún quedan millones de personas en el mundo que no conocen las letras. Por eso hoy no será un día de regocijo, sino para pensar cuánto falta todavía por hacer.

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