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Pedagogía con amor

La Doctora en Pedagogía Damaris Bosch Soler recibió este jueves el premio Los zapaticos de rosa, por su actitud sobresaliente, y sostenido aporte a la formación y desarrollo de los niños y adolescentes

Autor:

Haydée León Moya

GUANTÁNAMO.— La Doctora en Pedagogía Damaris Bosch Soler recibió este jueves el premio Los zapaticos de rosa, por su actitud sobresaliente, y sostenido aporte a la formación y desarrollo de los niños y adolescentes.

Justo en la escuela especial 14 de Junio, que ella fundó y ha dirigido por cerca de tres décadas, la destacada mujer tomó el hermoso galardón de manos de un grupo de sus niños sordos, ciegos, ambliopes, estrábicos… todos contentísimos en la ocasión.

También los acompañó Manuel Valera Escalona, el vicepresidente de la Organización de Pioneros José Martí, quien viajó a Guantánamo especialmente para estar presente en ese importante día en la vida de esta educadora, con 40 años de intenso quehacer en el sector.

¿Cómo explicarles a aquellos pequeños tan necesitados de una especial enseñanza que la directora estaba siendo premiada y no solo porque es una persona adorable con los niños? ¿Cómo hablarles, y que lo entendieran, que ella ha contribuido al desarrollo de la instrucción especializada, que por eso preside el Centro Graciela Bustillo de la Asociación de Pedagogos de Cuba, la comisión científica de la Asociación de Sordos y representa a la Isla en Latinoamérica y el Caribe en la actividad de ciegos y baja visión? ¿Cómo hacer que comprendan las razones por las cuales antes mereció la condición de Guía Reparador de Sueños y numerosas condecoraciones y reconocimientos de la Sociedad?

Eso fue posible mediante un espectáculo hermoso protagonizado por ellos mismos en su escuela linda y remozada.

¡Tanto andar con ella, y mira que quedar todos absortos con la trayectoria poco revelada de la seño Damaris! La primera en el Batallón de Mujeres Internacionalistas, que fue a poner en alto el nombre de Cuba en África. La hija de campesinos. La guantanamera que tanto agradece a la Revolución su vida y su obra.

Cuando seca sus lágrimas y le pregunto más sobre su andar de maestra, sencillamente no puede evitar hablarme de sus pasiones: «El reto principal de la escuela es rehabilitar a los estudiantes e insertarlos en la sociedad. No hay mayor satisfacción que ver cómo nuestros egresados son hombres y mujeres hechos y derechos. Muchos son profesionales e incluso varios forman parte del actual colectivo de la escuela».

Los resultados que exhibe este centro se deben en parte a su labor como Directora, aunque ella dice que son gracias al desempeño del colectivo pedagógico, al apoyo de los padres y a la sensibilización de la comunidad, y en general de toda la sociedad.

«En el trabajo con los alumnos con necesidades educativas especiales es muy importante la paciencia, el amor y la intransigencia, dado que la didáctica aplicada es diferente, con asignaturas específicas de acuerdo con la especialidad para lograr la corrección y compensación de sus limitaciones. Esto requiere un personal docente altamente calificado, especialistas de apoyo y un equipamiento costoso que, en muchos casos, es muy difícil de adquirir debido al bloqueo estadounidense», señala esta dedicada profesora, a quien no hay manera de arrancarle una referencia personal.

 

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