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Sesiona hasta hoy VII Congreso de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba

La historia no se puede hacer con omisiones, ni con tijera, ni con goma, pues mañana nos pedirán cuenta de ello, afirmó este lunes el Doctor Eusebio Leal Spengler ante cerca de 150 delegados e invitados

Autor:

Luis Hernández Serrano

La historia no se puede hacer con omisiones, ni con tijera, ni con goma, pues mañana nos pedirán cuenta de ello. No le debemos tener miedo a la verdad y mucho menos cuando hemos vivido y aún vivimos una gran época.

Lo sostuvo el Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de La Habana, al intervenir en la mañana de este lunes en la Escuela del Partido Olo Pantoja, en La Lisa, ante cerca de 150 delegados e invitados a la inauguración del VII Congreso de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHIC), que concluirá este martes por la tarde en el Palacio de las Convenciones.

La conciencia de la memoria es algo muy importante, afirmó, y agregó que «somos los cantores de la Historia, pero nuestro canto tiene que ser un canto bello. Nada más aburrido que un canto aburrido, o una letra insulsa o grosera. Cuando nuestro canto es hermoso, usted siente la necesidad de detenerse en un libro, en una conferencia, en una canción, hacer alto en el camino y meditar».

Recordó que Fidel en su discurso del 15 de marzo de 1978 —por el primer centenario de la Protesta de Baraguá— pedía y exigía entrar al estudio de la Historia a cabeza descubierta. Recalcó que no se puede penetrar en la historia con vanidad y con conceptos preestablecidos.

Acerca de la enseñanza de la Historia, opinó que tiene que ser despojada de todo esquema, círculo cerrado o solución sobre la base de consignas, lo cual no conduce a nada más que al aburrimiento de las nuevas generaciones.

«De ahí que el oficio del maestro sea clave. Si la emergencia fue necesaria en un determinado momento para formar maestros, eso es siempre circunstancial. Y si alguien quiere serlo, tiene que formarse, prepararse, porque nadie da lo que no posee», acotó.

Alertó que la sociedad cubana enfrenta un mundo radicalmente diferente al de Céspedes, al de Martí, al de los hombres que hace 60 años asaltaron el Moncada, a los que desembarcaron en Las Coloradas desde el yate Granma. «Los tiempos cambiaron. Cambió el mundo en nuestro entorno. Y como cambió, Cuba tiene derecho a transformar su sociedad, a llevarla por el camino trazado por el VI Congreso del Partido y de sus Lineamientos, como un sendero único y claro», argumentó.

Exhortó a pensar en los grandes peligros que acechan a la humanidad y en los grandes problemas nuestros, para que podamos salir adelante y se haga verdad el empeño de preservar las conquistas de la Revolución.

En las palabras de apertura del Congreso el Doctor en Ciencias Históricas Roberto Pérez Rivero, presidente en funciones de la Unión de Historiadores de Cuba, expuso la necesidad de que los jóvenes se integren a esta organización, puesto que de los 4 767 asociados en las 16 filiales de todo el país solo el 12,7 por ciento tiene 35 años o menos, y solo tres de los 120 delegados a este Congreso son jóvenes. Exhortó a atraer a la juventud a las investigaciones históricas.

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