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No hay justificación para deficientes servicios de salud

Sostuvo el Ministro del ramo, Roberto Morales Ojeda, encuentro con la prensa

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

No existe justificación alguna para que en nuestras instalaciones hospitalarias no concurran las condiciones mínimas indispensables para la estadía de un paciente y su acompañante, pues está garantizado el aseguramiento de sábanas, toallas, pijamas, jabón, tela verde y mobiliario, entre otras; y de no ser así, la causa radicaría en problemas internos de la administración de la institución.

Así expresó el doctor Roberto Morales Ojeda, ministro de Salud Pública, durante un encuentro con la prensa nacional este miércoles, donde enfatizó en la necesidad de continuar trabajando para elevar la calidad de los servicios de atención médica que ofrecemos y obtener así no solo la satisfacción de la población, sino también su agradecimiento a la Revolución, que los pone a su disposición.

Cuestiones relacionadas con la limpieza, la elaboración de los alimentos, la disciplina de los trabajadores y la disponibilidad de la ropa de cama, entre otras, empañan muchas veces la labor del personal médico, a las que se suman el no controlar los horarios de visita de la instalación y la entrada de vendedores ambulantes, por ejemplo, que atentan contra el bienestar del paciente y sus familiares, agregó.

Morales Ojeda destacó que se destinan recursos de manera prioritaria para la adquisición de medios imprescindibles, sobre todo para los adultos mayores. El envejecimiento poblacional es un fenómeno que nos involucra a todos, señaló, por lo que urge elevar la disponibilidad de sillas de ruedas, bastones, colchones antiescaras, balones de oxígeno, camas fowler y cuñas, entre otros, así como financiar la reparación de casas de abuelos y hogares de ancianos, y la construcción de aquellos que sean necesarios en los distintos territorios.

La necesidad de comprar pañales o culeros desechables para los adultos es también un asunto que nos preocupa, adicionó, y en la medida de lo posible se estudian y analizan las posibilidades reales con las que podemos contar para producirlos en el país más adelante.

Conocemos las carencias materiales y tecnológicas que aún padecen algunas instalaciones hospitalarias y es una prioridad eliminarlas paulatinamente, afirmó el titular, sobre todo en los niveles de atención primaria de salud, es decir, en consultorios y policlínicos, donde debe atenderse entre el 70 y el 80 por ciento de nuestra población.

Alrededor de 48 millones de dólares se emplearán este año para la compra de piezas de repuesto, que permitirán el funcionamiento de equipos no disponibles hoy en la red de policlínicos, por ejemplo, donde no siempre se trabaja según lo diseñado por falta de reactivos y de personal, equipos rotos y otras razones, añadió.

Para la compra de equipos de reposición o para la introducción de nuevas tecnologías en los policlínicos dispondremos en 2014 de 43 millones de dólares, precisó Morales Ojeda, y esto evidencia el interés del país por elevar la calidad de los servicios básicos de atención médica.

No obstante, puntualizó, potenciar el uso racional de los recursos financieros, materiales y humanos y a la vez hacer sostenible y eficiente nuestro sistema de salud es también una tarea de primer orden. Se trata de hacer más uso del método clínico, por ejemplo, pues la eficiencia de nuestro sistema de salud estará garantizada por el aumento del nivel de actividad, es decir, de los servicios, pero con una disminución de los gastos.

Desde la casa, el barrio, la comunidad

Cuba tiene hoy la tasa de mortalidad infantil más baja de la historia —4,2— y una disminución de la tasa de mortalidad materna a 20 por cada 100 000 nacidos vivos. Es uno de los resultados que evidencia con mayor claridad la mejora constante de los indicadores de salud de nuestra población que, al decir del Ministro de Salud Pública, es uno de los grandes desafíos del sector.

El cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las cerebrovasculares siguen siendo las tres primeras causas de muerte en el país, y las enfermedades transmisibles solo ocupan el uno por ciento de estas. Por ello es tan importante elevar la cultura sanitaria de nuestra población en lo concerniente al lavado de manos, el tratamiento al agua y la cocción de los alimentos, entre otras medidas, para evitar la proliferación de eventos de cólera y enfermedades diarreicas, las que constituyen hoy la segunda causa de atención médica en el país, añadió Morales Ojeda.

El año pasado se registró una reducción del número de focos y de casos asociados al dengue, recalcó, pero aún quedan insatisfacciones relacionadas con la calidad del trabajo de control de vectores y con la participación de la población en el autofocal.

En los consultorios del médico de la familia, que hoy suman 11 550 en el país, se deben retomar los conceptos fundacionales planteados por Fidel, agregó Morales Ojeda, pues es allí hacia donde debe dirigirse en primer lugar nuestra población.

Trabajamos intensamente en la dispensarización, en el análisis del sistema de salud, en el completamiento de los grupos de trabajo y en la garantía de las condiciones en los consultorios, para que el médico y la enfermera de la familia continúen siendo los guardianes de la salud del pueblo, señaló.

Es una prioridad también simplificar la labor burocrática o de papeleo a la que se ven obligados los médicos en ese nivel, insistió, para contar con su entera dedicación a su trabajo, para el que no debe faltar el instrumental y el material gastable necesario, el mobiliario y la disponibilidad de luz y agua, entre otras condiciones imprescindibles.

El buen funcionamiento de nuestra atención primaria de salud con la implicación de especialistas que ofrezcan consultas los días establecidos propiciará que los cuerpos de guardia y salas de los hospitales no se sobrecarguen de casos que pueden ser atendidos en los policlínicos o a través de ingresos domiciliarios.

Morales Ojeda apuntó que un elevado porciento de los ingresos del país se recibe de los servicios médicos cubanos prestados en América Latina, África y Medio Oriente, entre otras zonas del mundo. Suman más de 50 000 nuestros colaboradores en 66 países, de los cuales llegarán 11 430 a Brasil antes del 20 de marzo próximo, pero ello no afecta la cobertura médica del pueblo, a la que contribuyen los 586 000 trabajadores del sector y para cuya mayor calidad se trabaja cada vez más.

Estuvo presente en el encuentro, junto a los viceministros del sector, Antonio Moltó, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, quien insistió en que la calidad del servicio médico debe revertirse también en la calidad de la información que se le ofrece al pueblo con relación a este sector.

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