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MATANZAS.— El museo municipal Juan Gualberto Gómez Ferrer enriqueció su colección al recibir una valiosa donación de la biznieta del insigne patriota, Mercedes Ibarra Ibáñez, que atesoraba dos cartas manuscritas por él, una foto inédita junto a su nieta y un álbum.
Según dio a conocer a JR la licenciada Marta Mestre Terry, investigadora de dicha institución cultural, las cartas que fueron escritas por Juan Gualberto en el Morro y fechadas el 5 y el 19 de marzo de 1895 «están en excelente estado de conservación y fueron manuscritas a sus padres, que se encontraban en Cayo Hueso».
También fue donado un álbum de marcado interés histórico, editado en ocasión de la celebración en La Habana, en 1928, de la VI Conferencia Internacional Americana, obsequiado y dedicado a Juan Gualberto con su artículo El separatismo latinoamericano y el de Cuba.
Igualmente el museo sumó a su colección una fotografía original, a tamaño de ampliación, tomada en 1923, en la que aparece Juan Gualberto junto a su nieta Fidelia Esther, con tres meses de edad; además de la Cronología Caminos de Don Juan, de Gabriel García Galán, con precisiones formuladas en 2004 por el nieto, Juan Gualberto Ibáñez.
Con motivo del aniversario 160 del natalicio de Juan Gualberto Gómez, el museo municipal dejó inaugurada la muestra del mes, de la misma Mestre Terry, titulada «Piezas pertenecientes a la familia de Juan Gualberto», la que incluye una bandeja que perteneció a su matrimonio con Manuela, una tijera pequeña, una palmatoria esmaltada y una plancha de repostería de la época, donada por sus biznietos en 2006.
El centro cultural de Unión de Reyes posee fotos de Serafina Ferrer y Fermín Gómez, padres de Juan Gualberto; un pañal que usó de niño, conservado por su bisabuela; la original acta de bautismo; un óleo, obsequio del pintor cubano Pastor Argudín, y la pistola de bolsillo con su licencia, entre otros artículos.
«En especial debemos destacar el sillón en que Fermín, el padre, quien padecía demencia presenil, fue trasladado a Cayo Hueso, el que, al regresar, fue celosamente cuidado por Juan Gualberto», señala la investigadora.
