Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Periodismo cubano, un año después del Congreso

Un grupo de periodistas debatió con nuestros lectores opiniones, críticas, sugerencias e ideas sobre el quehacer de la prensa impresa cubana

Autor:

Juventud Rebelde

La Delegación Ramal de Medios Nacionales Impresos de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), realizó un foro digital a través de nuestro sitio web con el tema: «El periodismo cubano: creación, avances y sombras», a propósito de cumplirse un año del último congreso de la organización.

Cuatro grandes ideas nos asaltaron para compartir con colegas y lectores.

¿Nos acercamos en nuestras páginas a la cotidianidad y a los problemas reales de nuestra sociedad? ¿La apertura de las fuentes de información es un proceso que evoluciona con la rapidez que necesita nuestro periodismo? ¿Cuánto de creatividad, originalidad y repercusión les faltan hoy a nuestros reportes, entrevistas, informaciones y crónicas? ¿En qué hemos avanzado más respecto a etapas anteriores y que puede ser mostrado como la brújula a seguir?

Miembros de la presidencia nacional de la UPEC y de la Delegación Ramal, directivos y periodistas consagrados contestaron y debatieron sobre estas ideas este miércoles.

Nos acompañaron Antonio Moltó, presidente de la UPEC y Premio Nacional de Periodismo José Martí, Joel García, presidente de la Delegación Ramal de la Prensa Escrita y jefe de la redacción deportiva del periódico Trabajadores, y los destacados periodistas Juan Marrero, José Alejandro Rodríguez y Luis Sexto, todos Premio Nacional de Periodismo José Martí.

También estuvieron presentes Ricardo Ronquillo, premio Juan Gualberto Gómez y subdirector editoral y columnista de Juventud Rebelde, Zenaida Ferrer, periodista y Directora de Comunicación de la UPEC, Iroel Sánchez, editor del blog La Pupila Insomne, coordinador de EcuRed y premio Juan Gualberto Gómez, y Ariel Terrero, director del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.

Asimismo, otros colegas de la prensa hicieron llegar intervenciones en respuesta a comentarios de los foristas.

Desde el mejor oficio del mundo, al decir de Gabo, las puertas se abren para debatir entre todos.

En forma de preámbulo, compartimos los premios entregados este año por la Delegación Ramal en el IV Concurso Ramal de Periodismo Ricardo Sáenz in memorian.

PREMIO: A «Presidente de Cuba se declara enemigo absoluto de la unanimidad», de Carlos Enrique Morales Valido (Charly), de Prensa Latina.

Entrevista

PREMIO: A «Relaciones Estados Unidos-Cuba. El tiempo político está a favor de que se elimine el bloqueo», de Dalia González Delgado, del periódico Granma:

Mención: A «Rafael Correa. Por una Patria Grande mejor», de Susadny González Rodríguez, de la revista Bohemia.

Mención: A «Una bailarina en el aire», de Boris González Abreut, de la revista Verde Olivo, entrevista a la primera mujer jefa de nave en la aviación de helicópteros en Cuba.

FOTOGRAFÍA INFORMATIVA

PREMIO: A «Fósforos siameses» de Agustín Rey Borrego Torres, fotorreportero del semanario Trabajadores

PERIODISMO DIGITAL - MULTIMEDIAS

PREMIO: A «Expedición del Honor» presentado por Juventud Rebelde, Isaíris Sosa y Pedro Govea.

Mención: A Serie de trabajos multimediales presentada por Soy Cuba.

PREMIO ESPECIAL al mejor tratamiento del tema de los Valores.

A: «Enseñanza de la historia. Clío al desnudo», de Yohana Lezcano Lavandera y Emilio L. Herrera Villa, de la revista Bohemia.

Mención: «Para que gane la honestidad», de Javier Dueñas Oquendo, del periódico Juventud Rebelde.

El foro:

Antonio Moltó, presidente de la UPEC: Foristas:

Los debates pre y postcongreso de la UPEC fueron tan encendidos como este foro animado con sus aportes, y esto sucede justo cuando cumplimos un año después de nuestro IX Congreso. No hubo entonces tema censurado por duro que este fuera ni asunto aplazado. Cada cosa se llamó por su nombre y a cada problema se le hizo acompañar de diagnóstico y un plan que no está engavetado.

Y eso lo continuamos haciendo después en ambiente de talleres creativos. Y no hemos sido los únicos; recuerden que durante los preparativos del congreso del partido y luego la conferencia del Partido todos tuvimos oportunidad de opinar también sobre la prensa. De modo directo el compañero Raúl Castro nos llamó a dar la batalla por la profesionalidad y contra el secretismo.

Apenas unas semanas después del Congreso, a instancia del CC del PCC, los organismos de la administración central del Estado comenzaron un proceso de revisión, análisis y fortalecimiento de sus aparatos a cargo del trabajo de comunicación y con la prensa. Fruto de esta nueva etapa son algunos espacios de información a través de los medios y una mejor atención al periodismo especializado. Ello no supone que estemos hablando de problemas resueltos en su totalidad.

Con particular humildad los cuadros y funcionarios de la administración asistieron a cursos que los capacita para una dirección más efectiva en sus vínculos con la prensa y no son pocos los casos que apelaron a las universidades para recibir asesoramiento. Estudiantes y profesores de periodismo y comunicación reorientaron sus programas de tesis puestas al servicio de los nuevos diseños de comunicación de esa entidad.

También los directivos de la prensa nacional están asistiendo a los diplomados de la administración pública que organiza el Gobierno para los cuadros de primer nivel, así se cumple una indicación del compañero Raúl y el próximo 2 de septiembre se abrirá un curso especial de actualización para directores de medios nacionales, un esfuerzo compartido por la FCSUH y el IIPJM de la UPEC.

Estamos utilizando la cultura y el conocimiento como herramienta de cambios para, desde la ciencia, avanzar sin retrocesos frutos de empirismo.

Amigos foristas mucho nos anima este diálogo culto y profundo con quienes exigen a la prensa, como nosotros mismos lo hacemos, para que hagamos un periodismo mejor.

Muchos solemos emitir juicios sobre el periodismo nacional con el solo visión del que reside en La Habana. Se desconoce en muchos casos el tipo de periodismo que se hace en las restantes provincias donde trabaja la mitad de los periodistas del país y donde se realiza una labor de alto reconocimiento público.

No hay que generalizar y vale la pena leer, escuchar y visualizar todo tipo de medio de prensa en el país, (nacional, provincial, municipal), algunos de los cuales están sentando pautas por el tipo de periodismo que acometen sus profesionales.

Tampoco es exactamente correcta la comparación del periodismo que se hace en Cuba con el de otros países: no vivimos en un país con crisis de gobernabilidad, sino en un país en crisis que está siendo gobernado. Desde los primeros momentos del triunfo de la Revolución se cambió el sistema de prensa que estaba basado en la propiedad privada y se diseñó uno propio, diferente al que existe en el mundo. ¿Es mejor, peor, contiene errores? Eso lo hemos valorado en cada momento y tratamos de corregirlo y enmendarlo, a la vez que modernizarlo.

La sociedad cubana tiene un sistema de comunicación que incluye a los medios de prensa, pero no somos los únicos a los que nos corresponde comunicar, informar ¿todos lo hacemos bien? Este es un campo donde la perfección no existe.

Es lógico que el púbico reaccione tal cual lo hacemos nosotros, ante las evidencias de secretismo y de vacíos informativos, pero podemos asegurar que en esto, también estamos dando la batalla liderados por el Partido.

Sí podemos afirmar que ha habido cambios desde el Congreso, un año atrás, sin ánimos de tapar el sol con el dedo y los ejemplos son múltiples en la mayoría de los medios de prensa, en particular en los provinciales que desempeñan un papel protagónico en la lucha por enmendar, resolver, cambiar y desterrar errores, problemas de sus ámbitos locales.

Pero también la prensa nacional da pasos de avance, el propio Juventud Rebelde que hoy nos sirve de escenario para este foro, es un ejemplo fehaciente, pero hay mejoras sensibles en Trabajadores, en Granma, por solo citar algunos de los medios impresos, mientras que la radio sigue en la punta de la lanza a lo largo y ancho de la Isla, mientras que programas televisivos como Cuba Dice y la Mesa Redonda, se aproximan cada día más a los públicos con tratamiento adecuado a temas polémicos y críticos del entorno nacional y territorial. Cierto que aún faltan análisis, explicaciones, dar continuidad a temas impactantes en la sociedad, como hechos que provocan indignación y disconformidad en la población.

Y es lógico entonces que los televidentes -y repito que lo mismo nos pasa a nosotros-, podemos o no sentirnos satisfechos con los contenidos de estos programas, pero no se puede negar la factura y la calidad de muchos de ellos. Estamos seguros que lo que nos va a seguir alentando para tratar de ser más útiles al país, a la sociedad, a nuestra gente, es la capacidad de diálogo, y este foro es un ejemplo.

Nunca como ahora, y lo digo sin reparo alguno, los organismos de la administración central del Estado han hecho más crear, modificar e instrumentar una política de comunicación y de ahí resulta que también estén trabajando de manera sostenida en propiciar espacios de consenso nacional. Esto debe dar frutos y algunos ya se cosechan.

Un aporte valioso de las escuelas de periodismo son las tesis de egresados que se han ido concretando sobre insuficiencias y necesidades de cambios de los medios de prensa, con cuyos aportes se están resolviendo problemas reales.

Nuevos rostros trazan ya caminos dentro del periodismo cubano, surgen y son reconocidos nuevos líderes de opinión, en el deporte, en la cultura, en temas económicos y de política internacional, eso es innegable. Son resultado de una academia vinculada directamente a los medios de prensa y a la UPEC, como nunca antes.

Muchos ejemplos de la obra de estos jóvenes valores, se podrán apreciar en estos foros en los trabajos premiados en el concurso ramal de la Prensa Escrita Nacional.

No todas las insuficiencias del periodismo son responsabilidad del periodista, pero pifiamos cuando no le damos seguimiento a acontecimientos sensibles o no publicamos noticias notorias que son secreto a voces, o lo hacemos tardíamente. Pero aun así se puede asegurar que hoy el tema de la agenda pública está cobrando más protagonismo en nuestros medios.

En estos tiempos y pese al esfuerzo que se hace desde la prensa y las instituciones para tratar temas de impacto con hondura, se refleja el hecho de que los organismos debían proyectar una política de comunicación antes de dictar una medida que tenga consecuencias sobre la población, de lo contrario contribuyen a poner a la prensa a la defensiva, sin tener los argumentos y las explicaciones necesarias, lo cual echa por tierra un principio de esta Revolución que ha sido consultar al pueblo, comunicar, informar. Casos y cosas como las del aeropuerto, las medidas nuevas de la aduana, la venta de autos, los sucesos del hospital psiquiátrico, el mal tratamiento al tema del dengue y el cólera, por solo citar algunos, no debían tomar desprevenida ni maniatada a la prensa.

Somos los primeros críticos e insatisfechos con lo que hacemos, pero reconocemos que pese al escasísimo espacio de nuestros medios impresos, los principales acontecimientos de cuba y del mundo no están ausentes.

Nos corresponde interpretar a cada momento lo que el pueblo demanda y suministrarle información adecuada, veraz y lo más completa posible, y luego canalizar sus opiniones para que la gente participe en la toma de decisiones. El periodismo no es una entelequia donde la gente y los asuntos del país anden por un lado y los periodistas por otro.

En el esfuerzo actual, a la UPEC le corresponde abrir paso al talento, contribuir a la política de cambios en el país, explicar hasta el detalle las razones de lo nuevo, orientar, convencer. Innovación es una palabra insustituible en los medios de prensa cubanos, marchar a una comunicación abierta para lograr una construcción colectiva.

En los últimos cinco años ha habido un auge impresionante del acceso, la producción y el consumo de información, incluida la presencia ascendente de la industria foránea del entretenimiento. Proliferan las redes sociales, las plataformas colaborativas y otros canales digitales como modos de interacción entre las personas. Todo eso no ha significado necesariamente un mejor periodismo ni más conocimiento, cultura o comprensión de los problemas fundamentales de la humanidad.

Y, a todo esto, no ha cambiado sustancialmente la base material en nuestros medios. Cada vez se consume menos informativos por los medios tradicionales como la prensa escrita, la radio y la tv.

Pero sin dudas la calidad del periodismo se ha resentido por una suma de factores, entre los cuales están los recursos humanos, los recursos materiales y las llamadas mediaciones externas, como ausencia de instrumentos legales que respalden su gestión informativa y la obsolescencia de resoluciones salariales, entre otras.

Todo ello no nos puede llevar a olvidar que somos el periodismo de la Revolución, que tenemos que seguir preparándonos para dialogar, para hacer trascender nuestra realidad con alas y colores, variopinta como es, nunca en blanco y negro.

La UPEC y las y los periodistas nunca menospreciaremos nuestro papel, en nuestro país, que no es otro, que no se parece a otro, que es singular y autónomo, defendiendo su Revolución y la seguridad nacional frente a la política agresiva del imperialismo y su potente financiamiento pero hacernos una guerra mediática, sucia y manipulada. Propiciaremos el diálogo, claro está, pero no daremos muestras de fragilidad porque contamos con talento, voluntad, inteligencia y deseos de crear.

Jge: Muy buena iniciativa en llamar a todos a un debate sobre el periodismo nacional. Sabemos la necesidad de protegernos como nación, aunque en muchos casos las informaciones subjetivas nos llevan a sacar conclusiones que podrían ser peores que si fuésemos objetivos y claros. No podemos continuar con el triunfalismo sin límites, debemos reconocer nuestros propios errores y tomarlos como referencia para mejorar a cada momento. Es común leer entrevistas a algún cuadro sin verificar la veracidad de aquello que se nos informa, el periodista debe, ante todo, investigar y a partir de ahí, entonces entrevistar y analizar los problemas encontrados. Pocas veces vemos en los medios hablar de nuestros propios problemas y no así de los problemas en el mundo, claro que también son necesarios difundir, estamos acostumbrados a la parcialidad y una prensa debe basarse en las verdades duélale a quien le duela pues puede ser el punto de partida de soluciones. Un ejemplo: ¿Cómo queda la imagen de los periodistas del espacio, entre otros, de Cubadice del NNT relacionado con el Campismo Popular? Aunque tal vez no sea el objetivo del espacio pero solo a forma de ilustración, el vocabulario usado en la Mesa Redonda, sin dudar del nivel intelectual y preparación de nuestra sociedad, pienso que está más allá de la comprensión de la mayoría del pueblo. Este espacio informativo, excelente para mi, ¿cómo será para gran parte del pueblo? Aquí vemos debates de especialistas en temas internacionales, muy bien informados, pero ¿a quién o a quiénes va dirigido el espacio? ¿Cuál es el nivel de aceptación del espacio para la mayoría de la población? Incuestionable es el servicio que están prestando tanto J. Rebelde y Granma entre otros, en la publicación de las quejas de la población, aquí nos encontramos respuestas de organismos poco convincentes, ahí es donde debe jugar un papel primordial el periodista, cuestionar, colocar entre la espada y la pared, en el buen sentido de la palabra, a aquellos que deben solucionar problemas y no justificar sus propias deficiencias en el cumplimiento de sus responsabilidades. Saludos

José Alejandro Rodríguez: Estimado Jge: Te saludo y te reconozco por participar en el foro de comentaristas que regularmente enriquece con sus juicios y análisis los contenidos de la sección Acuse de Recibo de Juventud Rebelde. Coincido contigo: la necesidad de protegernos como nación, ante un enemigo tan poderoso, que nos sataniza con un pre-guión ya establecido, no puede llevarnos a caer en sus trampas y abroquelarnos. El «triunfalismo sin límites», la alabanza meliflua, el acomodamiento en las glorias pasadas son hoy los principales enemigos internos de la prensa cubana. Siempre he sostenido que para ser revolucionaria, nuestra prensa no requiere ser oficial, ni vocera gubernamental e institucional. Nuestra prensa, por revolucionaria, y por partidista -en aquel concepto leninista y no como rebaño de corderitos-, debe crecer y germinar precisamente en ese espacio intermedio y problematizador entre la ciudadanía y las instituciones, con un margen de autonomía y autoregulación. Coincido contigo en que debemos someter a análisis constantemente nuestros propios errores como sociedad.

Al voltear mi mirada a un año atrás, a partir del Congreso de la UPEC, claro que me siento aún muy insatisfecho. Y a la vez creo que estamos en un momento de cambio, en el cual, aún cuando no pueda verse la transformación en todas sus dimensiones, y haya profesionales de la prensa, editores y directivos anclados en estilos y concepciones ya ineficaces para la Cuba del 2014, se están produciendo transformaciones que tienen que acelerarse en lo adelante, si no deseamos perder los públicos en el inmenso solar mediático de la globalización de las tecnologías de la información. Cuba no está, y no podrá estar ya, bajo una urna de cristal.

El problema más complejo es cómo entroncar, en un marco de creatividad y libertad, la agenda ciudadana de todos los días, la compleja agenda ciudadana de todos los días, con la agenda de país. Y te agrego: la mirada a la prensa cubana no puede ceñirse a los grandes medios nacionales que, dicho sea de paso, están registrando cambios, no los suficientes, pero indudables cambios: Cuba dice -aunque siempre no haga-, Cartas a la Dirección de Granma… , el propio Juventud Rebelde, Bohemia…, un espacio radial de opinión y debate como Hablando Claro, en Radio Rebelde…

En los medios provinciales y locales se abre paso ya hace tiempo una vanguardia de periodistas muy suficientes y agudos, nada borreguitos y miméticos: ¿Cómo se explican entonces el programa Alta Tensión, de Abel Falcón en CMHW, de Santa Clara, o los filosos reportajes de Enrique Ojito y otros colegas en el periódico Escambray de Sancti Spíritus? ¿Cómo negar el salto cualitativo y protagónico dado por el periódico 5 de Septiembre, de Cienfuegos, que está abordando temas polémicos de la sociedad?

Todavía no son suficientes, pero la prensa cubana comienza a desembarazarse de muchos atavismos inefectivos ya. Lo que el camino a un periodismo más protagónico y realista no es en línea recta, y tiene sus zigzagueos, sus levantones y caídas. Y el propio periodismo, como reflejo de la sociedad, requiere de un ejercicio más descentralizado, democrático y participativo de la ciudadanía en todos los órdenes de la sociedad. El proceso de actualización económica está, con su impronta descentralizadora, está transformando también nuestra dinámica social y pública. En consonancia, el camino hacia un periodismo revolucionario más pleno, abierto y complejo, considero que será irreversible. Cada vez más se evidenciará que la retranca, la censura fortuita y la autocensura no podrán sostenerse en las redacciones. Gracias por tu participación.

Sachiel: El periodismo cubano no sólo es leer el Granma, el Juventud Rebelde, el Trabajadores, la Bohemia, entre otros. Se hace periodismo diariamente y de mil formas en disimiles medios como la radio, la televisión, la prensa plana o escrita y se le ha agregado también los blogs de periodistas y numerosas páginas web cubanas especializadas. Ahora, la preocupación fundamental está en que si el periodismo crítico y participativo, no el edulcorante, llega a oídos receptivos del Gobierno y Partido, y de todo el aparato o andamiaje que se desprende de ellos, no para sancionar o sentirse ofendidos, sino para razonar las soluciones prácticas y no dejarlos en respuestas a medias sin futuro. Pienso que debe crearse un tabloide o revista/periódico nacional con contraparte digital dedicado al periodismo popular, o mejor dicho, a recoger todas las preocupaciones públicas acerca de los servicios estatales que hoy vemos en Acuse, Cartas y otros, y que a su vez aparezcan las respuestas con soluciones dinámicas de los organismos implicados, con una frecuencia semanal inicial. No es la picota pública, pero si un recordatorio a todos los poderes de las obligaciones contraídas al firmar el Código de Ética de los Cuadros del Estado y Gobierno Cubanos y de las que emanan de ser militante del PCC.

José Alejandro Rodríguez: Estimada Sachiel, me complace mucho que buena parte de los foristas hoy en este foro on-line, entre ellos usted, sean mis interlocutores en Acuse de Recibo. En cuanto a su preocupación de que si las muestras de periodismo crítico y participativo, no edulcorante, llega a oídos receptivos en el Gobierno y el Partido, para buscar y razonar soluciones, de manera de no dejarlos en respuestas a medias, sin futuro: Eso es lo que esperamos siempre, y de alguna manera estos espacios son un vehículo insustituible de retroalimentación para esas esferas de dirección. Me consta que cuando sale algo así publicado, se generan dinámicas de esclarecimiento en unos casos, y en otros no. Hay estructuras de dirección preocupadas por esclarecer, que ven estos espacios como aliados, pero hay también los que eluden, desconocen, obvian, o, si acaso, responden con retórica cuasi justificativa. En cuanto a la participación de los ciudadanos foristas con sus opiniones on-line, considero que podrían ser muy elocuentes para la dirección del Partido y el Gobierno, para saber cómo se mueve la opinión pública en torno a muchos problemas. Eso espero yo también.

Jeny: Quiero plantear una duda, es cierto que todos debemos tener una cultura general integral pero (o soy muy nacionalista o semi ignorante porque) no entiendo o mejor no le encuentro mucha lógica a los reportajes que ponen en la TV de los interminables viajes de Julio Acanda por disimiles países de los cuales en muchísimas ocasiones nos "ofrece" comentarios y anécdotas que al menos yo no les encuentro ninguna enseñanza o importancia, no sé quién financia esos viajes o que objetivo cultural e informativo tienen pero repito a mi juicio, nuestro periodismo debe encaminarse en primerísimo lugar a nuestra realidad, ejemplo José Alejandro que pone el dedo en la llaga y le da seguimiento a las quejas que recibe, nos informa y debate junto con nosotros cuando (casi siempre) las respuestas a los lectores no dejan de ser puras justificaciones. Nada se logra con el secretismo, con los avances de la tecnología es por gusto, el pueblo siempre agradecerá mucho más enterarse por nuestros medios de las noticias tal como ocurren, no a medias o mal contadas y luego verlas en los famosos paquetes que envuelven la noticia según sus propios intereses mandando un mensaje en muchos casos distorsionado de la verdad. Cuando nuestro país de vio envuelto en el dilema de la desintegración de la URSS y la agudización del bloqueo que nos sumergió en un fortísimo periodo especial, nuestro pueblo se mantuvo informado, recordemos las intervenciones de nuestro querido Comandante en Jefe para decirnos... se racionaliza tal o más cual artículo, sucede esto o aquello, Fidel siempre se comunicó con el pueblo, aún en los peores momentos de esa etapa el pueblo o la inmensa mayoría del pueblo se mantuvo firme y enfrentando cualquier manifestación en contra de la Revolución, puse este ejemplo para que se entienda que hace mucho más daño lo que la gente imagine, que lo que la gente sabe. Cuando las cosas se dejan a la imaginación, cada cual saca sus propias conclusiones y carece de elementos para rebatir alguna calumnia o bola, cuando la gente está informada aunque la noticia no sea favorable, defiende los criterios y puede confrontar y combatir la metralla que contra Cuba se publica y televisa y que como dije antes, gracias a los adelantos de la tecnología llegan a nuestros hogares. La Revolución nos dio la posibilidad de estudiar, nuestro pueblo es un pueblo que gente que piensa, cubanos que amamos a nuestra patria y a su Revolución, entonces acabemos con el secretismo, me refiero al que no hace falta porque siempre habrá cosas que no se podrán publicar por razones de estado, eso es entendible.

Luis Sexto: Estoy en parte de acuerdo con tus criterios. Cuando te refieres a que nada ganamos con el secretismo, recuerdo que esa tesis es discutida y defendida por los periodistas diariamente. El secretismo mutila el trabajo periodístico. Pero la percepción desde fuera, como lector, televidente u oyente, permite elaborar una idea sobre lo que se recibe, pero no imaginar el clima interno donde se trabaja la información, de acuerdo con la técnica del periodismo. Visto desde fuera se tiene una visión parcial, y consecuentemente se culpa a los que firman noticias, reportajes y crónicas. Es cierto que nuestros medios nacionales tienen limitaciones, porque las fuentes también se limitan, se cierran ante las demandas de la prensa. Pero, por ejemplo, si oyes la radio nacional, podrá hallar varios programas que se mantienen en el aire durante años y abordan críticamente nuestra realidad. Y según mi experiencia, con el tiempo han profundizado su labor. Por ejemplo, Hablando claro, en Radio Rebelde. En la propia TV, el programa humorístico de Silva, los lunes, se fundamenta en la crítica a los absurdos cotidianos. O la sección Acuse de Recibo de José Alejandro, en Juventud Rebelde.

Sabemos que la opinión pública nos exige. Creemos, sin embargo, que se ha de tratar de ver el paso de avance, el milímetro de cada día hacia delante. Y si lamentamos nuestras deficiencias e insuficiencias, tratamos de correr cada día, con profesionalidad y responsabilidad, las cercas que nos restringen. No olvidamos que somos un país en crisis. Un país que lucha por trascender limitaciones internas y limitaciones impuestas por el extranjero. Como sabes, no somos una prensa de propiedad privada. Servimos a los intereses del país. Y estamos convencidos que una buena prensa es la mejor manera de servirlo. Dentro de nuestros medios, incluso en la UPEC, discutimos nuestras deficiencias, las que dependen de nosotros, porque no olvides que cada fuente, cada instancia política tienen a veces otra percepción del papel de la crítica y de la información; de ahí que el secretismo no provenga de la prensa, sino de los organismos que son fuentes de noticias. Sumo 42 años de ejercicio en la prensa. Conocí épocas mejores, muy diferentes a esta en la influencia de la prensa en nuestro pueblo. Tampoco la situación económica en otras épocas revistió la gravedad de la actual etapa.

Machete: Soy médico estoy de misión en Brasil, y antes estuve en Venezuela, tengo acceso a través de internet a todos las páginas digitales del mundo, y no voy a todas pero a muchas sí, y veo que el periodismo que se hace en estas es completamente diferente al que se hace en Cuba, no sé si mejor o peor pero es diferente, totalmente informativo que esa es la función del periodista informar no opinar, que opine el lector, abarcan miles de temas, no solo temas serios como se dice , ud. lee por ejemplo el Granma y nota que es un periódico sin atractivos, en nuestros diarios no existe la crónica roja, que quizás en demasía sea mala , pero con medida es importante ya que los lectores se enteran se puede decir oficialmente de lo que pasó, cualquier extranjero lee un periódico cubano y seguro comenta que país más tranquilo ,no pasa nada y todo sabemos que no es así, ABAJO EL SECRETISMO, OTRO MAL QUE CORROE NUESTRA PRENSA Y NUESTRA SOCIEDAD ¿por qué? La función de la prensa es informar. Esperemos que salga algo bueno de ese encuentro de la prensa con el pueblo, no estoy muy convencido.

Juan Marrero: Tiene toda la razón el médico cubano que cumple misión actualmente en Brasil de que la función principal del periodismo es informar. Eso tiene un carácter universal. La célula principal del periodismo es la información, aunque no puede despreciarse la opinión que también las audiencias la necesitan para conocer los criterios de especialistas y que pueden ayudarlo a orientarse.

Ahora bien, hay que tener en cuenta que el periodismo en Cuba no puede ser el mismo que el que se hace en otros países, con realidades diferentes a la nuestra. Aquí, en Cuba, tuvimos también en la etapa anterior a la Revolución un periodismo que, en su agenda informativa, tenía la crónica roja, la crónica social, las columnas de chismografía y otras que no conciliaban con la realidad transformada por la Revolución y la necesidad de elevar la educación y la cultura de nuestro pueblo. Es cierto que, a veces, hemos ido a extremos que han perjudicado el nivel de conocimiento del pueblo, en el caso de accidentes, incendios y otros sucesos, publicándolos escuetamente o sin darles la importancia que algunos tienen. Eso creo que, en la etapa más reciente, se ha estado revisando y corrigiendo. Creo que, ciertamente, hemos abandonado algunas agendas noticiosas que se tienen en cuenta en otros países, y que antes las tenían en cuenta los medios en Cuba, como por ejemplo los puertos, los aeropuertos, los tribunales, etc.

Claudio: Los periodistas y comentaristas deportivos deberían tener un decálogo de cómo no hacer ridículos ante las informaciones respecto a los deportistas cubanos que por una u otra razón juegan en otras ligas, principalmente de béisbol. Es increíble que nos tengamos que enterar por Telesur sobre resultados o movimientos de peloteros cubanos. Y que no se trasmitan juegos de dicha liga en los que aparezcan cubanos. Es infantil.

Enrique Montesinos, presidente del Círculo de Periodistas Deportivos de la UPEC: Usted Claudio tiene una manera demasiado simplista de ver las cosas y lo denota mediante expresiones como «que por una u otra razón juegan en otras ligas». Cualquiera de esas razones que pretende minimizar han constituido y constituyen abruptas rupturas con el sistema social que —enfrentando distintas precariedades a lo largo de muchos años— enfiló sus recursos para que sus posibilidades deportivas pudieran florecer desde su permanencia en el vientre materno.

No obvie que en la inmensa mayoría de los países los padres tienen que costear la salud y la educación, además de pagar a los profesores deportivos o los clubes donde aquellos laboran para que sus hijos puedan llegar a ser atletas descollantes. Esos podrían jugar donde quisieran y solo deberían gratitud a sus progenitores.

En Cuba la gratitud tiene que tenerla para con todo el pueblo, del cual forman parte periodistas y comentaristas. Y si lo abandonan, lo privan del disfrute de su presencia y de sus virtudes deportivas, en aras de satisfacer sus apetencias individuales, por supuesto que no deben esperar en principio que dicha actitud se comprenda o comparta, como tampoco lo entenderían el padre y la madre abandonados a su suerte después de darle todo a un hijo.

No niego que con el tiempo los padres perdonan a sus vástagos pese a malos comportamientos. Esta sociedad también podría llegar en algún momento a aceptar la deslealtad de aquellos que formó a costa de sudor y sacrificios. Pero es un proceso. De momento implica rechazo referirse a un ingrato y permitir que sus actuaciones por muy buenas que sean se proyecten por encima de deportistas fieles a su pueblo y a su bandera.

Es verdad que no todos lo entienden así, como usted, que desde un razonamiento intrínsecamente infantil se atreve a calificar así actitudes meditadas y dirigidas a proteger adecuadamente nuestra soberanía cultural de influencias negativas.

Seguro la mayoría del pueblo piensa distinto; no entendería las alabanzas para quienes se fueron, pues indirectamente serían empequeñecidos los que permanecen. Esa mayoría tiene a sus deportistas en las EIDEs, en las ESPAs o en los equipos nacionales; es la que defiende la Revolución y su sistema social, del cual forman parte los medios de prensa en los cuales laboran periodistas y comentaristas que se deben a ellos, independientemente de tener sus concepciones personales.

Qbano: Lamentablemente nuestra prensa deja mucho que desear muchas veces es poco profunda, otras tantas evita exponer los temas que más importantes a la sociedad, y otras solo navegar nos inunda con temas extranjeros. Además es repetitiva, es muy común encontrar no solo las mismas noticias sino escritas por la misma persona, el mismo enfoque en todos los espacios o medios de prensa. Nuestra prensa es poco diversa, su inmediatas es casi nula..., y muchas veces en los espacios donde se puede interactuar la censura juega permanentemente un papel definitorio... en fin si hoy existe una evaluación posible para nuestra prensa no creo sea la mejor. Claro si se trata de ser sinceros ahora si es para auto felicitarnos entonces debemos hablar de los logros de nuestra prensa de como defiende sus puntos de vistas, como sortea las carencias etc., ¡en ese caso nuestra prensa es LO MÁXIMO!

Ricardo Ronquillo Bello: Qbano: Una de las preguntas esenciales qué debemos hacernos en este foro, como se la han hecho los internautas, es si en una sociedad moderna, mediatizada e interconectada, como hacia la que avanza la cubana, lo más importante es el monopolio de los medios o la confianza de los públicos.

¿Garantiza el monopolio de los medios la credibilidad de los públicos?

Ya sabemos que hay muy escasas posibilidades reales de ejercer algún monopolio sobre el discurso mediático, dado el grado de exposición pública e información existentes.

Todo ello requiere que el discurso, para ser efectivo, se legitime a sí mismo ante la opinión pública, a fin de que éste pueda gozar de reconocimiento e impacto real en la ciudadanía.

Julio García Luis, Premio Nacional de Periodismo José Martí, Doctor en ciencias de la Comunicación y quien estudió a fondo las características del tipo de periodismo que hemos ejercido en la Cuba en socialismo, sostenía que, desde luego, hay monopolios sobre el discurso mediático, grandes monopolios, parte de una grotesca tiranía, con diferentes escalas, locales, regionales, mundial; pero ellos subsisten por su aparente porosidad, por su capacidad para mimetizarse, por su fingida independencia del poder real. Lo difícil, por el contrario, sería hoy un monopolio de pretensiones herméticas como los ya conocidos.

Agregaba que la ideología, realizada o no por medio del discurso, es lo que permite percibir el mundo —con cristales deformantes o con nitidez—, es lo que permite organizar el poder y el ejercicio de la hegemonía, y es lo que da la capacidad de control sobre los factores de la sociedad.

En el caso cubano, afirmaba, ese control no puede sustentarse en el engaño, en la manipulación de símbolos, sino en la adecuada información, interpretación, persuasión y convencimiento de la gran mayoría protagónica, en definitiva del público, algo que fue hondamente abordado en el último congreso de la Unión de Periodistas y que constituye uno de los horizontes hacia los cuales intentamos avanzar con la búsqueda de un nuevo modelo de comunicación y de prensa para nuestra sociedad en las condiciones del socialismo.

Las redes sociales, el periodismo ciudadano, entre otros fenómenos, están cambiando radicalmente las formas tradicionales en las que se conformaba la llamada opinión pública o se estructuran los consensos, algo claramente palpable en las opiniones de este mismo foro.

Otra pregunta que los internautas y nosotros como profesionales debemos hacernos es cómo se construyen los consensos en la sociedad de la información en la que nos adentramos inexorablemente. ¿Qué papel desempeña el periodismo tradicional en la construcción de una auténtica y creíble hegemonía de la ideología revolucionaria?

Venimos de una tradición periodística y revolucionaria sedimentada por la más honda vocación de servicio, heredada de los fundadores de la nación, entre ellos el padre Félix Varela, quien al abordar la función y el alcance del periodismo apuntó: «Yo renuncio al placer de ser aplaudido por la satisfacción de ser útil a la patria.

Su genial y fiel seguidor José Martí, a quien debemos no solo una extraordinaria labor literaria, patriótica y política, sino además sus enseñanzas profesionales y éticas, la prensa debía ser el can guardador de la casa patria: «Debe desobedecer los apetitos del bien personal, y atender imparcialmente al bien público», sostenía el Apóstol.

Ese legado debería servir también para los acostumbrados a la apología, los silencios y torceduras que nunca faltaron en el complejo camino de la construcción del socialismo, y como soporte para el cambio de modelo de prensa que reclaman casi todos los actores sociales, políticos y económicos del país, incluyendo generaciones de periodistas, y que estamos diseñando desde la clausura del último congreso de la Unión de periodistas de Cuba.

Hay dos razones básicas para considerar la inviabilidad de que continuemos con el modelo de periodismo de reafirmación que como regla prevaleció hasta hoy, y crezcamos hacia otro de confrontación de las mejores ideas revolucionarias. La primera es de naturaleza práctica y política y la siguiente es tecnológica.

El periodismo de reafirmación, si bien en el plano político permitió fraguar y sedimentar los grandes consensos que demandó el país frente a la agresividad y empecinamiento de los gobiernos norteamericanos, y a estructurar un modelo de sociedad para unas condiciones históricas muy concretas, trasladado a otras esferas y otros escenarios, no solo abrió paso a la comisión de graves errores, sino a que estos se dilataran en el tiempo, haciendo más compleja y costosa la reversibilidad de sus consecuencias.

La distorsión de la funciones de contrapeso y equilibrio de los medios, que ocurrió a la par de la de otras estructuras de confrontación democrática del país, está entre las causantes de no pocos males que hoy arrastra nuestra sociedad. El voluntarismo político, la apología y la ausencia de autorregulación democrática e institucional devinieron en lamentable trinidad.

Cuba vive un período de revolución dentro la Revolución, en el que se reevalúan estructuras, y el Partido y las instituciones ajustan sus vínculos y conexiones con la sociedad con el objetivo de hacerlas más eficaces y perdurables en la búsqueda de la irreversibilidad del socialismo, a la vez que faciliten la mayor participación del pueblo en las decisiones. Por ello, seguramente estamos en el momento en que se hace inevitable marcar clara y jurídicamente los espacios institucionales de la prensa, para cerrar definitivamente el paso al intrusismo y las mediaciones que alteraron sus contenidos y funciones. También estamos en el momento de seguir fundando un modelo de comunicación en el que la prensa forme parte de los mecanismo de control popular de nuestra sociedad.

Lo más retador es que tenemos que hacer periodismo, según los resultados de varios estudios, para una masa de adolescentes y jóvenes duramente golpeada por los años de crisis del Período especial, entre la que creció la enajenación, el desinterés político, la desconexión de las instituciones, la organización de grupos y espacios alternativos, entre otros fenómenos.

Esto ocurre también, cuando la Revolución actualiza su modelo económico, como el primer paso hacia graduales transformaciones, sobre las cuales, como ya hacemos no sin dificultades e incomprensiones, nos corresponde la responsabilidad histórica de ayudar a crear los necesarios consensos políticos y la vigilancia profesional, para evitar que se distorsionen los alcances y motivaciones de las nuevas propuestas.

Al evaluar esta necesidad no podemos ignorar que la Revolución está a punto de adentrarse en su más dura prueba de fuego: la desaparición de la generación histórica en el liderazgo y la construcción de uno nuevo, que tendrá, como ya se ha apuntado, límites en el ejercicio de sus cargos. También, mientras los medios cubanos perdemos gradual, aunque inexorablemente, el monopolio de las influencias, como resultado del auge de las nuevas tecnologías.

Por ello, no nos está permitido, si llevamos la ideología del periodista y la del revolucionario, hacer de nuestro ejercicio profesional una rutina que, frente a semejantes desafíos sería una irresponsabilidad.

En este reajuste la prensa cubana debe tener el camino expedito para apoyar el debate cívico y el contragolpe revolucionario.

RFS: Tenemos la oportunidad aquí, de DECIR y no tonterías, no con subjetivismo, planteamos realidades, opinamos sobre lo MUCHO que DEBE cambiar nuestro Periodismo, nuestros Periodistas, sobre todo la UPEC que como la Unión de los Periodistas, empleados en Órganos de Prensa, DEBE apoyarlos en indagar, buscar las brechas de lo que facilita la corrupción, la irresponsabilidad, el acomodamiento e intocables que insisten en hacer lo que le pace. Alertar a los Militantes, al Pueblo, de lo que acontece y mañana puede ser tarde para evitar caer al Abismo. La UPEC, como los CDR, la FMC, la UJC, la CTC, DEBEN descubrir esas manifestaciones que nos alejan del Socialismo, lograr alcanzar para los Ciudadanos, mejor organización, disciplina, mejor alimentación, mejor Calidad de Vida. Que demuestren los Periodistas con sus investigaciones, con el contacto de Pueblo, sugieran como cambiar lo que se debe cambiar, en Defensa de la Nación, no de unos pocos. Sin restricciones de Criterios, de Ideas.

Antonio Moltó: Forista RFS. Coincido contigo en lo mucho que debe cambiar el periodismo cubano que debemos seguir acreditando los modelos mejores, como aquellos donde se ha conquistado el sello de la credibilidad y autoridad ante sus públicos. La UPEC en cada colectivo está centrando su esfuerzo en propiciar el ambiente mejor para el acto de creación profesional, premiar los mejores resultados, abriéndole cause al talente, fustigar los actos de acomodamiento y negarnos al facilismo y rutinas desmovilizados muchas de las cuales son fruto de la ignorancia.

En cada medio de prensa del país hemos discutido nuestras fallas y defectos y a cada problema se le ha dictado la vía de solución; por supuesto que hay algunos que no tienen solución en el medio específico y para ello se promueven otras fórmulas. Se han abierto observatorios de los medios, grupos de analistas monitorean los medios de prensa y sus consideraciones son objeto de atención por el tipo medio estudiado.

Y este empeño de los periodistas y la UPEC es para realizar una labor que contribuya a acelerar el tránsito a la solución de nuestros problemas nacionales. Una denuncia más efectiva, un tipo de trabajo donde el culpable sea mencionado con nombre y apellido para que el país no siga cargando con todo lo negativo. El público quiere y necesita una mejor prensa y nosotros también.

La colega Elise Fors, de Prensa Latina, nos envía este artículo, publicado en su blog Cuba Libre, del cual les dejamos un fragmento. El resto puede consultarlo aquí

Periodismo de estos tiempos

A pesar de haber dedicado casi medio siglo de mi vida a ejercer el periodismo, me considero incapaz de sentar pautas o teorizar sobre la materia. Sin embargo, sí puedo expresar, dada mi experiencia, insatisfacción por las estructuras que limitan esta profesión en Cuba.

La base ética y de justicia social que caracteriza el proceso cubano no ha logrado impregnar a los comunicadores del espíritu de cambio necesario para darle la credibilidad que merecen los medios nacionales. Ocupar espacios informativos dentro y fuera que difundan la realidad cubana en toda su dimensión humanista y solidaria debe ser foco central de los que trazan la política informativa en el país.

Por otra parte, de nada sirve la voluntad y oficio de los periodistas si no hay una política consecuente que estimule el cambio en este sector. Es necesario dejar en manos de los directores de medios, que se presuponen escogidos por su alto nivel profesional y agudeza política, la decisión de trasmitir o no una información, así como el lenguaje en el que se escriba, según los públicos a los que se dirijan.

El primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, expresó el 8 de enero de 2014 que los organismos del Estado tienen su cuota de responsabilidad en las dudas, incomprensiones y falta de información de la población al referirse a la estrategia subversiva contra Cuba de parte del imperialismo, a lo que la dirección de la Revolución presta una atención especial.

Otra parte de responsabilidad le corresponde, dijo Díaz-Canel, a los medios de comunicación masiva, a los que les falta mucho para ser una plataforma de debate de los problemas cotidianos del país. Un ejemplo de lo anterior es el desconocimiento popular de regulaciones, leyes y código del trabajo, aún cuando hayan participado en el análisis de muchos de estos documentos en sus barrios y centros de estudio y trabajo.

Los que deben divulgar estas normas se escudan en la falta de papel, que es real, pero que no se compara con el daño que hace el desconocimiento de las leyes del país. Porque cuando las autoridades llaman la atención de un ciudadano sobre tal o más cual infracción que este desconoce, le dicen que no conocer la ley no lo exime de su cumplimiento. Por otra parte, informar sobre lo mal hecho y señalar a los responsables da confianza a los ciudadanos para denunciar los delitos de corrupción y abuso de poder. Una cosa es la crítica mal intencionada y otra muy distinta la que busca enmendar los errores. (Leer más)


DAZ: En busca de comprensión haré una afirmación que –salvado su desagradable absolutismo– parece irrefutable: la mayoría de los artículos periodísticos que se han publicado en los órganos oficiales de prensa cubanos después de enero del 1959 se pueden calificar de triunfalistas, acríticos, apologéticos, estrictamente informativos, esto es, superficiales, carentes de datos, faltos de análisis…Tal vez una de las consecuencias más lamentables de ese periodismo es que ha educado un sector no desdeñable de lectores cuyas conclusiones son igualmente tremendistas, absolutizantes, superficiales y carentes de datos, pero de signo contrario: pesimistas, hipercríticas, hostiles, detractoras… Un ejemplo de moda: en Cuba hay un buen número de bases de campismo (no sé cuántas), que reciben una cantidad significativa de visitantes, algunos de los cuales se muestran satisfechos con la experiencia y otros, no… (Afirmaciones similares pueden hacerse respecto a cualesquiera servicios que ofrecen todas y cada una de las empresas –sociales, estatales, cooperativas, privadas, corporativas, etc.– destinadas a estos menesteres que existen en este vasto mundo, incluyendo las más afamadas de ellas, por una sola razón: no existe la “satisfacción al 100 % del 100 % de los clientes”)… Si la prensa solo alaba estos sitios de recreación y los presenta como oportunidades “impolutas” (“100 % satisfactorias”) de veraneo, cualquier desvío de esa (falsa) expectativa (artificialmente creada), cualquier caso negativo, por puntual que sea, provoca una reacción catártica desmesurada… Los seres humanos no podemos razonar sin referentes… (Hay quienes afirman que inventamos el diablo para entender la idea de dios)… Permítanme un ejemplo aleccionador: no sin asombro –y mucho interés– he conocido los trabajos teóricos que describen los daños ambientales que han suscitado en la agricultura danesa… los aerogeneradores de electricidad de ese reino: resulta que estos equipos han modificado severamente las corrientes de vientos en el país, lo cual ha provocado la aparición –incluso– de zonas desérticas en la península… En resumen, no existe nada, absolutamente nada, que carezca de consecuencias negativas para determinado juego de circunstancias, y una prensa educativa y esclarecedora debía exponer esos efectos… ¿Es la prensa –gestores, promotores, periodistas, censores, editores y personal administrativo– la única causante de esta situación? Claramente, no: sobre las “fuentes” recae la mayor cuota de responsabilidad… Y esa situación es hija del hecho de que pocos, muy pocos, de los detentores de información raigal ocupan cargos elegibles, razón por la cual no se sienten en la obligación de ofrecer explicaciones a la población para la que supuestamente trabajan y a la que supuestamente se deben… Sin embargo, los lectores (o algunos de nosotros) tenemos la sensación de que los periodistas a veces “se hipnotizan” con palabrejas y categoremas: ¿por qué nadie ha preguntado –al menos no lo he visto escrito– qué es “socialismo próspero y sustentable” a los promotores de estas ideas? ¿Por qué no se encuentran explicaciones de qué es el “igualitarismo” y por qué es un “fenómeno social dañino”? ¿Por qué ningún periodista de los órganos oficiales de prensa ha indagado qué entienden por “desarrollo” quienes definen las políticas de largo alcance en el país y cómo la proliferación de cuentapropismo de minúscula escala nos acercará a ese propósito?... (En caso de que ese timbirichismo no acarree el “desarrollo”, habrá que concluir que se trata de una medida de “sálvese cada quien como pueda”, pero hay que decirlo, y decir además en espera de qué se toman esas disposiciones, además de la obvia e inevitable profundización de los procesos de estratificación de la sociedad, y cómo esa estratificación se relaciona con el “desarrollo”.)… ¿Por qué no hay un órgano de prensa del Poder Popular, aunque sea digital? ¿Por qué la prensa no indaga cómo piensan los órganos de poder (real) apoderar a la población, de manera que baste la posesión de un carné de identidad que acredite a su portador como ciudadano cubano para que sea escuchado, sin necesidad de buscar siempre a alguien que lo represente (inspector, delegado, diputado), como si todos estuviéramos aquejados de “minusvalía conductual” y “permanente inmadurez crónica”?... Falta seguimiento en nuestra prensa; falta análisis; falta exposición clara de referentes: esto es “bueno” si entendemos por “bueno” tal cosa… Disculpen la largueza: escribo desde el compromiso… Gracias.

Iroel Sánchez: Hay muchas razones en tu exposición. El ejemplo del campismo ilustra lo que muchas veces ocurre: nuestra prensa ha privilegiado el punto de vista o los intereses de quienes prestan un servicio por sobre el de quienes lo reciben, olvidando que debe ser un instrumento para el control popular.

Tratando de recuperarlo y dando espacio a la crítica no puede soslayarse la carencia de argumentación conceptual acerca de las transformaciones actualmente en curso y los efectos indeseados que estas pueden provocar porque una manera de prevenirlos es precisamente profundizar en ellas con el mayor rigor y mostrar sus objetivos para que podamos comprobar si se están alcanzando o no. Como ha explicado Fernando Martínez Heredia muchas veces falta una sustentación de estas desde la Economía Política y el «pragmatismo es la norma».

Falta todo lo que dices y por supuesto, la prensa no es la única responsable. El periodismo posterior a 1959 garantizó, en cada momento, con errores y limitaciones propios de un aprendizaje no resuelto en ninguna parte por el socialismo, la defensa del proyecto que el pueblo cubano decidió defender. A mi juicio alcanzó un alto nivel de crítica y profesionalidad en la segunda mitad de los años 80 durante el proceso de rectificación que luego se interrumpió por el Periodo Especial. Es una prueba de que lo esencial para un mejor periodismo es el impulso y respaldo del liderazgo revolucionario y creo que con eso se cuenta hoy a pesar de la resistencia de no pocas «fuentes».

El hecho cierto de que un poderoso aparato con muchos más recursos tecnológicos y financieros que los nuestros trate de denigrar todo lo que hace en Cuba no puede sino obligarnos a ser más profundos en su evaluación tomando como factor esencial para ello el criterio del pueblo.

Hendris Manuel: Primero que todo y respondiendo a la pregunta «¿Nos acercamos en nuestras páginas a la cotidianidad y a los problemas reales de nuestra sociedad?» Mi respuesta es un contundente NO. Por lo menos en lo que respecta al plano nacional todavía nos pasamos del límite del triunfalismo y siempre, pero siempre, cuando se habla sobre alguna realidad: acabamos en las ramas, nunca llegamos a la raíz. No se tratan los problemas cotidianos del cubano de a pie, con excepción de Acuse de Recibo y Cartas a la Dirección que apenas puede atender dos, tres cartas diarias de las tantas que llegan o pueden llegar… Cubadice para mí ya se choteó con el reportaje del Campismo Popular donde pusieron que todo estaba de maravillas y después se llovieron las quejas en Acuse de Recibo…en fin, sobre este tema lo que quiero decir es que no hacen artículos objetivos sobre, por ejemplo: el transporte, el pollo por pescado, los precios, el bajo salario… hablamos, por ejemplo, de que se rescató tal instalación con el esfuerzo y bla bla bla, pero nadie cuestiona el por qué estuvo tantos años abandonada, quién fue el responsable… etc. Por otro lado, también me gustaría que nuestra prensa fuera imparcial, y que nos muestre siempre las dos caras de la moneda, que cuando critique tal discurso de fulano de tal, al final me ponga ese discurso íntegro para sacar yo mis propias conclusiones, igual que con una entrevista o declaraciones. Siempre nos ponen la versión editada, es lamentable, es triste pero es la verdad. Igual que con el conflicto Israel-Palestina, sí, es verdad que los de Israel son unos asesinos criminales, pero leo muchos comentarios hablando sobre la cobardía y la crueldad de Hamás, sin embargo nuestra prensa se torna indiferente a este tema, eso les quita seriedad. Y para acabar (tengo más dudas pero el espacio no es para mí solo) quiero referirme a la parte deportiva. ¿No saben quién es Antonio Pacheco, Pito Abreu, Yoennis Céspedes? ¿Por qué no nos ponen juegos donde están los cubanos que decidieron irse del país? ¿Por qué hace poco mencionaron a las mejores segundas bases de Cuba y no salió a relucir el nombre del capitán de capitanes? ¿Por qué cuando algún comentarista extranjero comenta sobre cuánto costó tal o más cuál traspaso quitan el volumen de la transmisión como si fuéramos niños y con retraso mental? Al final, en estos mismos foros esas informaciones nos llegan, vía correo, el paquete semanal… al final entre cielo y tierra no hay nada oculto y quiénes están perdiendo el crédito son ustedes mismos queridos periodistas. Esa es mi humilde opinión, perdonen por extenderme pero no quería perderme esta oportunidad tan linda que nos ha dado Juventud Rebelde. Gracias

José Alejandro Rodríguez: Estimado e incansable Hendris: Pienso que aun es insuficiente el reflejo de la «verdad verdadera», como diría mi amiga Lidia Marín. Y que hay todavía demasiado triunfalismo. Considero que hay que expandir el espíritu de estas secciones de quejas de los ciudadanos a la agenda reporteril de las redacciones. De ahí deben salir muchos reportajes y entrevistas, comentarios...Coincido contigo en que la unilateralidad y la parcialidad en los enfoques nos llevan muchas veces a la pérdida de credibilidad. Y en cuanto a las omisiones y los silencios, son los espacios vacíos, lagunas y océanos que dejamos para que otros los llenen, a su manera. Al menos, en las filas periodísticas hay profesionales muy serios, que luchan todos los días contra esos comodines.

TONY 60: Muy buena la propuesta y muy completas las reflexiones de Hendris Manuel sobre la prensa (lo mismo la escrita que la radial o televisiva. Yo realmente NO aprecio avances no solo por lo que él comenta sino por otras razones también. Yo creo que este es uno de los motivos por lo que los jóvenes NO se acercan a los periódicos y noticieros. En lo particular soy seguidor de la prensa en todo su sentido y a veces cuando veo el noticiero de TV por ejemplo o leo el Granma o JR me queda el sabor amargo de que no me enteré de nada y mucho menos de los problemas de mi país que hacía alusión Hendris. Debemos de acabar de despegar en este sentido sin ser ingenuos, porque no hay necesidad de que nos enteremos por terceras personas, redes sociales o Internet de situaciones que acontecen en nuestra Cuba.

Luis Sexto: Del papel que ha de desempeñar la prensa en una sociedad, estamos todos de acuerdo. No creo que nadie diga una tontería cuando expresa su inconformidad entre lo ideal y lo real. Tampoco podemos dar por verdaderas las percepciones por simple impresión. ¿Es cierto que los jóvenes no se acercan a la prensa? La respuesta más exacta sería el estudio estadístico, e incluso tendríamos dudas, las mismas que nos generarían los métodos aplicados. Posiblemente, a simple inspección, la lectura entre los jóvenes está limitada por la falta de hábito, o por el papel de la web, a las que nos asomamos a veces creyendo que todo lo dicho en ella es verdad. Es cierto que nuestros periódicos necesitan mejorar profundizando y diversificando sus géneros y su material informativo, haciéndolos más atractivos, más interesantes. Yo mismo, que escribe en los medios, estoy descontento, inconforme. Pero te aseguro que posiblemente mucho de cuanto te diga la web suele no ser verdad. Y sin embargo, estoy convencido de que en un medio de prensa cubano sea muy difícil hallar una información o un juicio que no sean verdaderos.

Comprendo que nuestros medios siguen todavía, como promedio, una línea propagandística. Es cierto, que debemos plantear nuestras noticias con matices, y cuando entrevistamos a un cubano destacado presentarlo de modo tal que el lector o el televidente o el radioescucha sepa que ser bueno, ser destacado no es una tarea cómoda. En ello me hago la autocrítica como periodista. También reconozco la falta de informaciones de verdadero interés. Pero la prensa no inventa la noticia, sino la difunde cuando se la suministra una fuente. Si las fuentes se limitan, también se limita la información. Pero reconozco que posiblemente nos falte búsqueda. Búsquedas como los reportajes sobre la agricultura que publicó hace unos meses Juventud Rebelde. También búsquedas han sido artículos de Granma, incluso sobre el béisbol y aspectos de la economía. Son pasos. Lo importante es que cada día demos un paso. No dependen todas las respuestas de los periodistas, pero sí la inquietud cotidiana para publicar avalados por la profesionalidad y la creatividad.

Eduardo: He leído cada uno de los comentarios aquí expuestos: ni uno solo reconoce cambios o mejoras...debían analizarse así por la UPEC y a quien le concierna. ¿Periodismo? ¡Gracias a Telesur!

Zenaida Ferrer: Claro que le damos las gracias a Telesur. Telesur nos ilustra, nos informa con inmediatez, nos reconoce con nuestras culturas identitarias, idiosincrasias, problemas y conquistas, nos ha llevado a las gentes de nuestra América a ser visibles. Muchos colegas cubanos, formados en nuestras universidades y medios de prensa, han dado y dan su aporte al éxito profesional de Telesur. Por eso nos sentimos reconocidos cuando se distingue a Telesur sin que ello sea apropiarnos de sus logros.

Nuestro pueblo, como tú, Eduardo, siempre ha sido hipercrítico con nuestros medios de prensa. Es que se siente juez y parte, insatisfecho como los propios periodistas, pero no creemos justo generalizar ni a favor ni en contra. Nuestra prensa, en particular nuestros periodistas, están dando una batalla por cambiar, mejorar la calidad de sus trabajos, ahondar, investigar, poner el dedo en las llagas de las cosas que interesan a sus públicos, ofrecerles cultura y creación, un periodismo de altura de pensamiento, análisis y esclarecimiento de problemas.

Te afirmo que sí hay cambios en nuestra prensa después del IX Congreso, no en todos los medios, ni en todos los trabajos, ni en todas las emisiones, tiradas o salidas al aire, pero hay un buen periodismo abriéndose paso en determinados medios, muchos de ellos provinciales, como los periódicos Escambray, de Sancti Spíritus, e Invasor, de Ciego de Ávila, por solo citar dos de los más relevantes, o en la programación de la emisora CMHW de Villa Clara, e incluso, con aciertos y desaciertos, en la televisión nacional, con espacios como Cuba Dice y la Mesa Redonda.

El propio Juventud Rebelde, desde hoy estamos realizando este foro, es un ejemplo fehaciente de búsqueda de buen periodismo (que lo logra con certeza en muchas ocasiones), también el periódico Granma da signos de cambios y Trabajadores se afianza en su papel editorial sin parecerse a otros medios.

La radio nacional con sus 96 emisoras municipales y provinciales y la docena de alcance nacional, arrecia en una programación diferente, tratando de llegar más a los problemas con nombres y apellidos. Desgraciadamente los medios tradicionales son cada vez menos recurrentes para informarse y la competencia de la industria foránea de entretenimiento es muy fuerte. Sin dudas, el acceso al consumo y producción de información, en particular, del universo digital ha tenido un auge impresionante.

Cierto que aun faltan análisis, explicaciones, llenar vacíos informativos, contraponerse al secretismo, llenar de alas yIroe colores los trabajos periodísticos para que, además de ilustrar, recreen, como creación humana que es. Pero aunque los periodistas somos los primeros críticos de nuestro trabajo, te aseguro que es voluntad colectiva e individual lograr una comunicación abierta y reflejar cada vez de mejor y argumentada manera ese periodismo que tú, yo, nosotros, el pueblo, nos reclama.

F@B@T: Hola, para ir directo a la raíz del problema, mi opinión es la siguiente, mientras la prensa siga ejerciendo como juez y parte, seguirá el triunfalismo, secretismo, etc. Pongo un solo ejemplo, lo sucedido recientemente con el cable submarino de fibra óptica, silencio absoluto por parte de la prensa mientras sucedía el problema. Otra cosa, se vive con cierta incertidumbre sobre lo correcto y lo incorrecto, muchas veces no sabemos dónde está la franja que lo separa y pecamos por catalogar cosas correctas como incorrectas. Ejemplo, La censura de los comentarios en la parte digital de la prensa, a veces pienso o mejor dicho casi estoy seguro de quien tiene esa función a veces no sabe qué hacer porque se le distorsiona la mencionada franja y entonces decide que el comentario es incorrecto, a pesar de cumplir con las normas del sitio, y no lo culpo porque a veces hasta a uno le sucede, porque nos hemos pasado mucho tiempo viendo que por decir una palabra se es juzgado de lo peor. Al final lo más triste de todo esto es que genera la falsedad, ya que no se dice lo que se piensa. Por último y no menos importante, quisiera realizar un llamado de atención para que se incluya la publicidad en nuestra prensa, porque señores sin economía no se echa para delante ningún proyecto de ningún tipo aunque se tengan las mejores intenciones del universo, ejemplo, la prensa estatal venezolana incluye publicidad en sus páginas, que son hasta en colores. Realizar esto mejoraría, la atención a los periodistas, las imprentas, el número de periódicos en el país, etc. Mientras esto último no se cumpla, es decir, que la prensa no se autofinancie, este foro y todos los congresos que vengan serán más de lo mismo. Sino vivir para ver. Chao y gracias por su atención.

Iroel Sánchez: No se puede criticar que la prensa sea juez y parte y pretender resolver eso con la publicidad, o sea entregándole el poder a una mínima parte: la que puede pagar los anuncios.

Creo nuestros medios deben seguir siendo públicos y la publicidad solo sería un elemento lateral, habría que evaluar cuánto y en qué casos podemos ganar más de lo que podemos perder con ella. El daño y los condicionamientos que los anunciantes imponen al periodismo en todas partes está a la vista.

Trata de criticar a algún anunciante con un comentario en un sitio que lo promueva.

Con el cable submarino creo debimos asumir una postura, aunque fuera decir que por razones estratégicas para el país se decidió limitar la información al respecto, callar nuca es la mejor opción. Por cierto, no veo en la prensa con publicidad información sobre el cable submarino que EE.UU. está tirando hacia su base naval en Guantánamo.

MSc. Jim Karell Almaguer Ortiz: Lamentablemente todavía estamos lejos del paradigma de la prensa cubana, de acuerdo a como se expuso en ese congreso por diversas voces incluyendo la del vicepresidente cubano. Seguimos con mucho secretismo, falso compromiso y reportajes triunfalistas. Cuando uno lee un periódico como el Granma, o ve el NTV en cualquiera de sus emisiones se encuentra con las mismas noticias redactadas a veces de la misma manera, tal parece que todo haya pasado por un departamento de edición y censura antes de sacar cada noticia al aire, esto es penoso porque subvalora la labor de excelentes periodistas que sé que tenemos. Son muchos temas que en la actualidad promueven el debate a nivel popular y el periodismo cubano no es reflejo de eso, apenas ni se acerca. Desde el oscuro y bochornoso tema de la venta liberada de los carros hasta simples noticias de deportes. La TV cubana cuenta con disímiles espacios periodísticos en horarios estelares como la mesa redonda que rara vez aborda un tema doméstico y a falta de iniciativas se la pasan retrasmitiendo los pocos ya abordados, no existe una evaluación de los temas, no se realizan encuestas al público, no se manejan tendencias de opiniones, a no ser para trabajos políticos del PCC donde todo es secreto. Serían muchas aristas para abordar, pero en lo concreto a nuestra prensa le hace falta abrirse espacios y que sean ustedes, queridos periodistas agentes de cambio para que aquellos aspectos de nuestro sistema que sean rígidos y obsoletos, cambien de una vez y por todas y se promuevan debates sinceros y productivos, no simples catarsis populares. Debemos de cambiar el sistema actual de hacer prensa y que las relacione entre periodismo y gobierno dejen un poco a un lado ese falso compromiso de que si la opinión es contraria al planteamiento oficial se tilda a la prensa de contrarrevolucionaria o del vocablo de moda. ¨disidente¨. Seamos serios en nuestra labor y busquemos espacios de debates sinceros de cara al pueblo que lo necesita y merece.

Ariel Terrero: Jim Karell, coincido con varias de tus opiniones. De hecho, como dices, los primeros insatisfechos con el periodismo que hacemos somos los periodistas cubanos. Y eso lo valoro como el fundamento más alentador para el cambio. La insatisfacción permanente es el punto de arrancada para la superación. La evidencia del beneficio dejado por el análisis autocrítico que hizo el Congreso de los periodistas no solo es la disposición a cambiar, sino las primeras e inmediatas reacciones para hacerlo. No quiero ser triunfalista, pero guardo una secreta confianza en que los periodistas cubanos lograremos ese necesario desarrollo. Por supuesto, un cambio no se moldea de un día para otro, pero gradualmente aparecen nuevos programas y espacios, en la radio, la televisión, la prensa escrita y la prensa digital, dedicados al análisis de la realidad cubana, mientras se fortalecen otros que existían, también en la prensa provincial, lamentablemente a veces olvidada. La Mesa Redonda que mencionas ha sumado a sus temáticas la información y análisis también de asuntos de la economía y la sociedad cubanas. Es cierto, sin embargo, que todavía la agenda que adoptamos en los medios de prensa no considera con sistematicidad el estudio de la opinión pública. Conozco de colegas y de espacios en la prensa escrita y radial, por ejemplo, que intercambian directamente con los lectores y la audiencia, y desarrollan el análisis crítico a partir de quejas y denuncias de la población, como Acuse de recibo, en Juventud Rebelde. Pero, aunque existen equipos para el estudio de la opinión pública, me parece que todavía no explotamos las señales de esa brújula con la asiduidad e inteligencia que exige el desarrollo contemporáneo de la comunicación. Pero lo haremos, Jim Karell, lo haremos. Lo digo no por ciega confianza, sino porque los cambios que tienen lugar en la sociedad cubana, de la mano del proceso de Actualización del modelo económico —modelo de socialismo, de hecho— tendrán necesaria y dialéctica expresión en la concepción y práctica de la prensa cubana.

RFS: ¡AY! Los Jóvenes, siempre inquietos, inconformes, buscando la verdad. Queriendo conocer las dos caras de la información, para Ellos, con su mente creativa, inteligente y Revolucionaria, compararlas con sus vivencias y sacar sus propias conclusiones. Nuestros jóvenes como los del Centenario, con sus inquietudes y deseos de avanzar harán prospero el País.

Antonio Moltó: Estimado RFS. Hay nuevos líderes de opinión en la prensa, muchos de ellos jóvenes de sólida formación profesional, ojos abiertos a su entorno y al mundo que con lenguaje fresco y sereno abordan temas de alto interés público con reiterada presencia en los medios. Son egresados de nuestras escuelas de periodismo, duchos en el dominio de las nuevas tecnologías que están emitiendo sus criterios no solo los medios institucionales sino mediante los blog y las redes sociales. Nadie les censura, son totalmente responsables por sus análisis. Claro, me refiero a los jóvenes inquietos, que como usted afirma con razón están buscando la verdad, con mente creativa, inteligencia y revolucionaria. En eso estamos de acuerdo.

Davo davo: El Cuarto Poder (Edmund Burke padre del término), al inicio era la prensa escrita, hoy en día, la televisión, radio, Internet, todo lo que sirva para comunicar. Y sí que tiene poder para influir en las masas, informando o manipulándolas de acuerdo a los intereses de los dueños o los que la utilizan. Una experiencia personal. Hace un tiempo estuve trabajando en un país de LA, mi residencia temporal al lado de las Oficinas de una empresa pública nos ofrecía gratis la alarma des calibrada, sonando a cualquier hora del día incluyendo las madrugadas. Varias veces fui a quejarme y nada. Cuando la cachimba se llenó de humo, grabé los sonidos del estrepitoso aparato en varias horas de la madrugada y fui a mostrársela a la administración de la oficina, la mostré y le dije que si solo una vez más esto sucedía la grabación iba a un canal de televisión, ¿resultado? La alarma no volvió a molestar. “Hendris “. Por otro lado, también me gustaría que nuestra prensa fuera imparcial, y que nos muestre siempre las dos caras de la moneda, que cuando critique tal discurso de fulano de tal, al final me ponga ese discurso íntegro para sacar yo mis propias conclusiones, igual que con una entrevista o declaraciones”. Esta parte de su reflexión no aporta el 100% del pollo del arroz, pero si el cocinero no usara otro ingrediente, le quedaría muy bueno. Si alguien duda, que lea en nuestra prensa de solo hace un par de meses y podrá artículos de problemas que nos afectan diariamente, todo realizados con los criterios de funcionarios, dirigentes, otros, pero nunca aportando los criterios de la parte de la población que recibe y emplea lo que ellos producen o sirven. Todos hemos leído que las máximas figuras de nuestro Estado han llamado a ir contra de los criterios unánimes 100%, otros. ¿Resultados concretos? En el comentario de Gustavito menciona el trabajo de Mary Luz Borrego ¿Centralización o secretismo? ¿Quién sabe cuántas barreras no existen para realizar un trabajo investigativo para la prensa? Ya que menciono las dos caras de la moneda, tampoco debemos sublimizar el papel de los medios en el exterior. No hace mucho la reportera Diana Magnay de CNN la expulsaron por calificar como escoria a un grupo de israelíes que festejaban los bombardeos contra civiles en Gaza, y no ha sido ni será la única. Así es el mundo, pero como el que nos interesa en primer lugar es nuestro Archipiélago porque es la parte de la nave que nos ha tocado para viajar en el espacio, concentrémonos acá. Tenemos los efectos del Bloqueo, tan real como el sol que todos los días vemos, y recurso tan manido para cargar tantas culpas sin tenerlo en su totalidad. Secretismo, no niego que en ciertas ocasiones es necesario e imprescindible mantener discreción de ciertas cosas, pero esto no puede convertir en un Gran Escudo para tapar las ineficiencias, falta de organización y planificación, otros. Los resultados prácticos durante décadas ¿contradicen lo que planteo? Puede existir una Censura solapada o no, autocensura, lo que sea. El asunto es que si el rol de los medios no se desempeña de una forma diferente y real sistemáticamente, ese poder para influir en la sociedad aportando ideas nuevas y variadas para que cada cual saque sus conclusiones no se utiliza. No solo difundir lo que alguien o un grupo quieran dar a conocer sobre las actividades que están bajo sus competencias. De lo contrario, seguiremos eternamente en más de lo mismo. Los seres humanos somos muy complejos, cambiar de criterios, costumbres, otros es muy difícil. Una vez más afirmo que al igual que nuestros máximos dirigentes nos estimulan a los cambios de pensamientos y actitudes, también dirigido a los medio de comunicación, pues de no existir unos buenos empujones desde las alturas cómo un carro cuando no arranca, los avances serán paupérrimos durante 50 años más.

Luis Sexto: De acuerdo estamos en que la categoría cuarto poder es sólo la cuarta posibilidad de que habla una tradición de Ricardo Palma, si no recuerdo mal y confundo a autores y textos. No existe cuarto poder. La prensa ya sea la privada, como la socializada, tienen intereses comunes con el poder y las clases dominantes en determinada sociedad. Podría el término ser utilizado para clasificarme entre los retrógrados. Clases a estas alturas. Sí, aunque cambie la gestión de los medios producción. Unos serán siempre los mayores accionistas, y otros los menores. Siempre, las diferencias.

Y qué es la prensa en Cuba. Una expresión del poder revolucionario, sometido incluso a las limitaciones económicas de todo el país. Quiere usted que cuando se rebata un discurso en naciones unidas, lo publiquemos para ser imparciales. Me pregunto si el The New York Times reprodujo alguna vez, íntegramente, los discursos de Fidel cuando editorializó sobre algunos. Me parece quimérico allá, donde sobra el papel, y sobre todo aquí donde nuestros periódicos apenas tienen páginas donde publicar todo lo que se necesita publicar. Siguiendo ese criterio, si uno comenta un libro, tendrá que reproducirlo completamente para que el lector lo lea antes de decidir si comprarlo o no en la librería.

La prensa no suele dirigirse así. Incluso desde un punto de vista político y clasista, la imparcialidad no existe en la prensa. La prensa podrá ser objetiva, necesita ser objetiva, pero imparcial, no me parece: siempre estará dictando sus exigencias la cosmovisión de quienes la hacen. ¿En qué lado están hoy los periodistas norteamericanos que cubren el conflicto de Gaza? Mayoritariamente, acompañan a los israelíes. Y cuando no siguen el discurso oficial, ya usted citó qué ocurre. Diana Magnay no fue imparcial, se parcializó hacia los palestinos. Y vimos qué le sucedió.

De acuerdo estamos en que el secretismo es enemigo de la prensa. De acuerdo en que un trabajo de índole investigativa cuesta trabajo, y su éxito depende, aquí, como allá, de la habilidad y creatividad del periodista.

En fin, cualquier reportaje se nutre de fuentes y se inspira en necesidades y debilidades. El periodista tiene en cuenta lo que está en el aire, aunque no cite a los que sufren. Va a buscar respuestas, aunque las secciones regulares de correspondencia dan la voz al pueblo aquejado o dañado. En fin, usted y yo no nos separamos mucho en nuestras posiciones, aunque no podemos negar que los periodistas cubanos estamos conscientes de que de nosotros depende parte del mejoramiento de la prensa, y defendemos nuestros derechos con un trabajo audaz y efectivo. Lo demás corresponde a fuerzas exógenas en un país rodeado de dificultades dentro y fuera de su territorio y su alcance.

María del Carmen Ramón, desde Cubahora: Gracias a todos los colegas de la UPEC por esta oportunidad, desde Cubahora también abrimos el espacio para que puedan repetirse otros debates como este en un futuro. Me gusta mucho leer la opinión de los comentaristas, porque es para ellos en definitiva para quienes trabajamos y quienes siempre en última instancia nos tendrán que guiar. Desde mi percepción la prensa cubana en general está dando pasos para transitar hacia ese anhelado cambio. Lo percibo al leer los trabajos de muchos de mis amigos graduados que están apostando por un lenguaje distinto, titulares que seducen, por la investigación; lo veo en los esfuerzos de los colegas del informativo por indagar en temas acuciosos en Cuba dice, también en las Mesas Redondas que han incrementado sus emisiones para acercarse a temas nacionales y que han dado la voz a los usuarios, a las instituciones, a las preguntas inteligentes... Pero tengo miles de preocupaciones: creo que hay un vacío en nuestros espacios del periodismo de investigación, falta en general un tratamiento más desprejuiciado a las temáticas que hoy tanto nos preocupan, un acercamiento que vaya más allá de la nota informativa o comentada o los artículos de fondo, a las preguntas que realmente se está haciendo la población y a las herramientas que nosotros mismos tenemos para darles respuesta, o al menos viabilizar el camino para que los entes implicados lo hagan. ¿Por qué muchas veces no vamos a la raíz de los problemas?, ¿por qué no hay más fotorreportajes?, ¿por qué nuestros medios digitales continúan sin cumplir con las normas básicas del periodismo digital, que implica colocar información que complemente los textos, enlaces a resoluciones y textos citados, por qué seguimos reproduciendo en nuestras versiones online las lógicas del periodismo tradicional? Me preocupan los tantos jóvenes periodistas cubanos que hoy se acercan a otros medios alternativos para colaborar, atraídos por dinámicas supuestamente más atractivas, temáticas diferentes y mejor remunerados. Y no me preocupan por el hecho de colaborar en sí, me parece magnífico que sean nuestros periodistas quienes estén enriqueciendo las diversas visiones que se están acercando a Cuba, una Cuba distinta a la que muestran los medios de Miami, una Cuba con matices, pero me preocupa que dejen de interesarse por nuestros medios; me preocupa ver esos medios con trabajos a veces tan buenos, y vernos a nosotros a veces a la espera. Pregunto: ¿No somos capaces nosotros de ser más atractivos y profesionales aún? ¿No tenemos los recursos? ¿Los profesionales capaces? ¿No tenemos una agenda mucho más dirigida a atender las preocupaciones reales de los cubanos? ¿No llegamos a una mayor parte de la población? Esto sin mencionar el tema de la remuneración por supuesto, que es harina de otro costal ¿Por qué algunos de nuestros medios continúan sin exigir a sus periodistas que construyan textos con mejor calidad? Sigo pensando que los problemas más graves que tenemos son de forma, de empaque, de acudir muchas veces al facilismo y no tener una idea clara de para quién estamos escribiendo. Por favor, repensemos nuestros espacios, pensemos en un periodismo más participativo, contemos más con la gente, y no en abstracto, sino cuando hacemos un titular, un sumario, cuando le facilitamos la información que está buscando.

Escipión: Tema muy interesante y controvertido. No sé prácticamente nada de periodismo, pero según (medio) investigué, estas son algunas de las características de una noticia: 1- Desenlace: algunas noticias mantienen el interés del público en espera del desenlace. Resulta sorprendente que muchas noticas nos dejen en el futuro desenlace que nunca llega. Por ejemplo: se perdieron x toneladas de un producto en una empresa por la burocracia de alguien y ese alguien nunca «aparece» o se conoce la ocurrencia de un accidente de tránsito, se investigan las causas del mismo y de las conclusiones...¿quién se entera? 2- Novedad: los sucesos deben ser nuevos, desacostumbrados y raros. El guion del NTV (por mencionar un espacio) es reiterativo. Sobrecumplimiento de un plan en una UBPC o CPA, algo de la caña que no puede faltar, algún que otro arreglito en una escuela u hospital, deportes, el tiempo, Irak, Afganistán, Siria y Palestina y al final culturales. 3- Brevedad: los hechos deben ser presentados brevemente, sin reiteraciones o datos irrelevantes. Ni hablar. 4- Tema: las noticias relacionadas con ciertos ámbitos del quehacer humano resultan atractivas en sí mismas. Hay cosas que por lo menos yo y unos cuantos alrededor mío quisiéramos saber. No sé, por ejemplo: PIB per cápita de Cuba (o el poder adquisitivo); gasto de papel, café y tinta por reuniones sin sentidos, donde el denominador común es que todo está bien; por qué en una ciudad se arreglan siempre las mismas calles y en otros lugares accesibles las personas aún luchan con el fango y el barro; o por qué la mayoría de las Maravillas de la Ingeniería Civil Cubana (6?) empezaron su construcción antes de 1959? Si alguien comparte mi opinión, o mejor, si no está de acuerdo con ella, háganmelo saber para retroalimentarme. Saludos

José Alejandro Rodríguez: Estimado Escipión: Muy oportuno su comentario. En materia de periodismo, no importa sesgo ideológico o político del mismo, hay valores universales de la información que no deben ser vulnerados. Importante lo del seguimiento de la información, que muchas veces vulneramos, por el secretismo con que se esconden muchas fuentes de información institucionales, y porque también el periodista se conforma. Tal como se expresó el IX Congreso de la UPEC, necesitamos un documento jurídico que respalde el derecho a la información. Tengo entendió que se trabaja actualmente en esa base normativa, en beneficio del derecho a la información. También, la novedad, el enfoque humano y los temas atractivos y cercanos a la gente, esa es una asignatura pendiente del periodismo cubano. Durante mucho tiempo hemos hecho más propaganda que periodismo. Y hemos llenado la agenda del ciudadano de demasiada agenda política. Aunque la política está en todo, hay que saber predicarla de forma inteligente y sugerente, sin absolutizaciones. Para no caer, como diría el grupo cubano Buena Fe, en ese catalejo que solo lo lejano de otros y no distingue nuestra punta del pie.

Otane: Tengo la impresión de que cada vez que periodistas se reúnen, ya sea en foros o congresos, se plantean las mismas cosas. Falta de objetividad, osadía o profundidad, etc. Se sabe que en alguna medida (por no decir gran) se debe a que está «estipulado» que hay cosas que no se deben decir, o se deben suavizar, o «hasta aquí llegamos», pues «fulanito» (funcionario decisor) no aprobó el enfoque, etc, etc. Lo que siempre veo son periodistas quejándose, el pueblo criticando el periodismo (con todo su derecho) pero no acabo de ver una respuesta de la otra parte, del funcionario que decide que se pone y que no y hasta dónde se puede llegar. Con todo mi respeto, es lo que pienso.

Ariel Terrero: Tienes razón. Los periodistas nos reunimos habitualmente para analizar qué hacemos, para buscar respuestas y acciones, para rebelarnos contra lo mal hecho y las concepciones erradas. Y eso es bueno, es la base para continuar desarrollándonos. El resultado de esos análisis, que no son llanto vacuo, sino pelea incesante, es la reacción de algunos medios en que pienso ahora, como la emisora CMHW, de Villa Clara. Tiene un programa, Alta tensión, enfrentado desde hace años a lo mal hecho en la sociedad, enfrentado a los funcionarios responsables de los problemas, que no de la prensa. Y cito ese programa como un ejemplo concreto que contradice algo que planteas: el reclamo de responsabilidad a los supuestos funcionarios que, según opinas, deciden qué se pone y qué no. No son funcionarios ajenos a la prensa los que deben decidir. Cuando ocurre eso es una muestra de debilidad. Por suerte, conozco muchos colegas y medios que tienen claro el protagonismo, la responsabilidad y la misión de los periodistas ante la sociedad, y lo asumen con dignidad martiana. Con todo mi respeto, es lo que pienso.

Para cerrar, luego de más de dos horas de debate, el presidente de la UPEC, Antonio Moltó, dejó un mensaje de despedida a los foristas:

Celebramos este debate público que nos acerca y fortalece, ese en el que, diferencias aparte, se sostiene un empeño común: perfeccionar nuestro periodismo. Otros no tan visibles tienen lugar desde el interior de nuestras redacciones, en las aulas donde se forma el relevo, y en las oficinas de los cuadros y dirigentes del país, sabedores de que la Revolución es fruto del consenso. La buena comunicación entre los medios y el pueblo.

Agradezco a todos los que han participado con sus comentarios y reflexiones en este foro que enriqueceré el debate que mantenemos permanentemente los periodistas y sus directivos para mejorar la prensa en Cuba.

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