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La organización ha perdido visibilidad ante los jóvenes del municipio, pues lo que se percibe de ella son espacios marcados por el formalismo. Autor: LAZ Publicado: 21/09/2017 | 06:02 pm
CIEGO DE ÁVILA.— «Es necesario cambiar los métodos de trabajo. Hay que romper con la inercia, la falta de motivación, el formalismo de que “si entrego el acta y la cotización ya se acepta que funciono”, y no es verdad. Si esa apacibilidad en los métodos cambia, estoy seguro de que se dará un vuelco en el funcionamiento de la UJC en el municipio».
Con tales aseveraciones estimuló el debate Lázaro Magdiel Capote Pérez, de la Universidad de Ciego de Ávila (Unica) Mayor General Máximo Gómez Báez, quien destacó la importancia de la preparación política e ideológica, sobre todo si partimos de la idea de que la juventud es el foco principal de los planes subversivos contra la Revolución.
Yorbis Borroto, secretario del comité de base de la UJC en el equipo de béisbol de Los Tigres, además de patentizar la fe de sus compañeros en clasificar y lograr el título de la Serie, enfatizó que las acciones de subversión son una realidad, no un discurso hueco, y que ellos como atletas han tenido que enfrentarla con firmeza. A algunos se les han aflojado los principios, dijo, pero a la mayoría no.
El espíritu de tender puentes, caracterizado por la humildad y la valentía que implica todo acto de escuchar el criterio ajeno, aun cuando no guste, se palpó en la asamblea de la Juventud Comunista en Ciego de Ávila, donde se discutió, fundamentalmente, la credibilidad de la organización y su presencia en los jóvenes, junto con la preparación de la militancia y sus dirigentes, entre otros temas.
La organización ha perdido visibilidad ante los jóvenes del municipio, pues lo que se percibe de ella son espacios marcados por el formalismo. De ahí que se hace necesario elevar el protagonismo, tener más autonomía y un mayor conocimiento de los secretarios generales, explicó Yosnel Núñez Jiménez, del comité de base perteneciente al instituto preuniversitario urbano Che Guevara.
Durante la asamblea llamó la atención la pasión con que, en muchas ocasiones, los delegados plantearon el deber de jugar un papel más activo en la sociedad e ir más allá de los planteamientos.
En el intercambio, se evidenció que las acciones de la UJC pasan también por las particularidades de cada centro. Ello se evidenció, por ejemplo, en los colectivos laborales, sobre todo en los de producción continua, donde una parte de los jóvenes son contratos y otros se encuentran en jornadas laborales intensas. Por ello se necesita de un contacto más estrecho con la militancia y de la unión entre la UJC, el Partido y la administración.
Félix Duarte Ortega, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en la provincia, señaló la necesidad de que la militancia juvenil en el municipio transite hacia una nueva etapa, sea capaz de crear sus propios temas de trabajo y saber cómo actuar. «No hay necesidad de que el Partido les diga qué deben hacer —dijo—. Hagan cosas buenas, proyéctense, y las cosas saldrán adelante».
Por su parte, Yuniasky Crespo Baquero, primera secretaria de la UJC, expresó la necesidad de que los cambios en la organización lleguen a la base. «Nos damos cuenta —planteó— de que las transformaciones adoptadas en el Buró Nacional no han llegado a la base. Ya no hay necesidad de esperar las orientaciones del organismo superior para conformar el orden del día o definir qué hacer en el comité de base.
«No hay nada que impida que la militancia adopte iniciativas. ¿Qué impide a un comité de base hacer un recorrido por la Trocha de Júcaro a Morón o visitar lugares históricos, por ejemplo? Todo se puede hacer, pero debemos hacerlo con pasión y motivación, con alegría y con el optimismo de hacer bien las cosas», insistió.
