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Adultos mayores: sujetos de derechos y no objetos de atención

Cuba tiene un desarrollo humano alto con resultados significativos en la salud y la educación y es ese uno de los factores que propicia que seamos hoy un país envejecido y que en el futuro seamos de los primeros con esas características en la región

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Necesitamos de los adultos mayores para lograr un desarrollo próspero y sostenible en el país, en la medida en que los niveles de fecundidad continúan siendo bajos y la esperanza de vida es cada vez más elevada, por lo que debemos propiciarles una participación mayor y real en todos los espacios de la sociedad.

La afirmación la hizo pública el profesor Juan Carlos Alfonso Fraga, investigador y director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadística e Información de Cuba, durante su conferencia magistral Envejecimiento y Sostenibilidad, este miércoles, en la apertura del 9no. Congreso Nacional de Gerontología y Geriatría Por una cultura del envejecimiento, que hasta este 21 de octubre se realiza en el Palacio de Convenciones de La Habana.

«Cuba tiene un desarrollo humano alto con resultados significativos en la salud y la educación, y es ese uno de los factores que propicia que seamos hoy un país envejecido y que en el futuro seamos de los primeros con esas características en la región. El saldo negativo de la emigración incide, pero no constituye la causa principal, pues ella radica fundamentalmente en los bajos niveles de fecundidad que limitan el reemplazo poblacional que requiere el país.

«Mientras los recursos económicos consumidos por los adultos mayores excedan los consumidos por los niños y jóvenes, tendremos una economía envejecida, lo cual implica una redistribución de los recursos con importantes implicaciones para los mercados de capitales, laborales y de productos, especialmente en lo concerniente a la atención de salud».

Alfonso Fraga profundizó en la conceptualización del impuesto demográfico, referida al lento crecimiento de la fuerza laboral potencial en relación con la población dependiente. «Cada vez seremos menos los que estaremos en condiciones de contribuir al incremento de la productividad en el país, por lo que el crecimiento económico se verá afectado paulatinamente y es un reto que el país debe asumir».

El aplazamiento de la edad de la jubilación para hombres y mujeres, y la incorporación al trabajo de los jubilados, quienes pueden devengar su pensión y el salario de manera simultánea, son medidas refrendadas por la vigente Ley de Seguridad Social, con el objetivo de aprovechar esa fuerza laboral saludable, disciplinada y en plena facultad de sus capacidades en la producción de bienes y servicios, apuntó.

«Sin embargo, se interrelacionan otros factores en la dinámica poblacional del país, no menos preocupantes, como es el hecho de la permanencia de más de un millón de mujeres en los hogares cubanos, ajenas a la participación en la vida productiva del país, o en el mejor de los casos, implicada a esta de manera parcial, pues en sus hombros pesan patrones culturales, aún existentes en el país, que la conciben como la única persona capacitada para cuidar no solo a los hijos, sino también a los adultos mayores del hogar.

«Por ello, se trata de fomentar la incorporación de las mujeres al empleo y tomar en cuenta el desarrollo de servicios de apoyo al hogar y de cuidado, de modo tal que se facilite la conciliación entre el trabajo remunerado y el no remunerado que tiene lugar en la familia», agregó Alfonso Fraga, quien insistió en la necesidad de vincular cada vez más al adulto mayor a la participación familiar social y considerarlo un sujeto de derechos y no un objeto de atención.

Retos de la vejez en Cuba

Ser uno de los países más envejecidos del mundo y visualizar la agudización de esta situación para el futuro, constituye un reto para el sistema de salud cubano, pues se incrementan los costos de atención y la demanda de acciones multidisciplinarias, además de que el estatus de enfermo se prolonga en el individuo y se asocian, cada vez con más frecuencia, las discapacidades, destacó el doctor Alberto Fernández Seco, jefe del Departamento de Adulto Mayor, Salud Mental y Asistencia Social del Ministerio de Salud Pública, en su ponencia en el simposio Por una cultura del envejecimiento.

«Trabajamos para mantener la capacitación de los profesionales de la salud y de todos los recursos humanos vinculados con la atención al adulto mayor, incrementar la cobertura de escuelas de cuidadores en las áreas de salud —con un 78,5 por ciento de cobertura alcanzada hasta la fecha— y seguir estimulando la participación en los círculos de abuelos, de vital importancia para la socialización de este grupo poblacional.

«Aspiramos a alcanzar el ciento por ciento de los municipios con proyección comunitaria de la especialidad en Geriatría y Gerontología, así como mantener el incremento de las entregas de ayudas técnicas y atención estomatológica», precisó el especialista. Reafirmó que en el país existen 10 782 consultorios y 812 grupos básicos de trabajo, puerta de entrada al sistema de salud.

«Cuba asume además, un nuevo reto asociado al envejecimiento de la población que va mas allá de la promoción, prevención, atención y rehabilitación del adulto mayor, y es el cuidado, para lo cual el país cuenta actualmente con 272 casas de abuelos, con 9 393 capacidades, y 148 hogares de ancianos, con 3 310 plazas de día y 11 771 camas. Mejorar las condiciones en estos centros es una prioridad, y capacitar a los familiares que asumen el rol de cuidadores también lo es».

En el simposio, Haydeé Franco Leal, directora de políticas y proyecciones del Instituto Nacional de Asistencia y Seguridad Social, abordó los beneficios de la legislación vigente y las prestaciones que ofrece en servicios, especies y monetarias, sobre la base de los principios de la solidaridad y la universalidad.

«La garantía de la protección social es una función que corresponde al Estado, y es loable el hecho de que existan los servicios sociales comunitarios para la permanencia de los adultos mayores en su entorno habitual, el otorgamiento de subsidios y la entrega de recursos a las personas con bajos ingresos», abundó.

Otros especialistas abordaron en el simposio las estrategias de la promoción de actividades físicas en la población adulta mayor, las oportunidades en el sector de la educación, los derechos de este segmento poblacional y la presencia de estos temas en los medios de comunicación. Asimismo, algunos adultos mayores compartieron sus vivencias en diferentes proyectos socioculturales.

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