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Cincuenta y cinco años de sueños cumplidos

 La Escuela Interarmas de las FAR General Antonio Maceo, Orden Antonio Maceo, constituye la cantera de la que egresan cada año los hombres y mujeres de bien que demandan las Fuerzas Armadas Revolucionarias

Autor:

Aileen Infante Vigil-Escalera

Cuando al finalizar este curso el cadete Gendry Martínez Martínez se sume a los más de 15 000 oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que durante 55 años ha graduado la Escuela Interarmas de las FAR General Antonio Maceo (Eiafar), Orden Antonio Maceo, en los perfiles de mando, técnico y político, mucho le agradecerá a la institución donde pasó los últimos cuatro años de su vida y aprendió a ser mejor ser humano y revolucionario.

La disciplina, el porte y el aspecto distinguen a quienes, procedentes de todas las provincias del país, escogieron este centro, entre las seis Instituciones Docentes de Nivel Superior (IDNS) de las FAR.

Gendry ha aprendido aquí no solo las técnicas de la especialidad de Infantería, sino cómo alcanzar con su esfuerzo y dedicación todas las metas que se proponga en su futuro personal y profesional. «De aquí salimos listos para asumir cualquier misión que se nos asigne».

Apenas un adolescente, en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos (EMCC) de su provincia conoció y aprendió a amar la carrera que eligió —entre las 18 que se estudian en la Eiafar— por ser «la más activa y demandar mucho tiempo en el terreno».

La necesidad de hacer que tanto le atrajo a la hora de volverse un infante también lo llevó a dejar su huella en el movimiento deportivo de la escuela, ganadora de 24 de los 29 juegos interinstituciones de nivel superior de las FAR. Como parte del equipo de tiro, del que llegó a ser capitán por tres años consecutivos, Gendry alcanzó el título nacional.

SEGUIDORAS DE UN LEGADO TITÁNICO

La Eiafar General Antonio Maceo se distingue por contar con representantes del sexo femenino en todas sus carreras y modalidades de estudio. Así lo demuestran las cadetes Yailén Rodríguez Luna y Yainet Navarro Montes de Oca, estudiantes de tercer año de la especialidad Político Militar y primer año de Logística, respectivamente.

Procedentes de Granma y Sancti Spíritus, con formaciones vocacionales muy distintas: preuniversitario urbano y EMCC, las jóvenes hablan con pasión de la Escuela que consideran su segunda casa y de cuyo legado se sienten herederas.

Llevar el uniforme verde olivo se volvió el deseo de Yailén al comenzar el primer año de Cultura Física. No le gustaba y decidió optar por el Servicio Militar Voluntario Femenino, que cumplió en la Unidad de Guardia de Honor al Héroe Nacional José Martí en el cementerio Santa Ifigenia.

Al concluir tan honrosa misión, que asegura que significó uno de los capítulos más bellos de su corta existencia, le presentaron la posibilidad de continuar estudios superiores en las FAR y se decidió por la General Antonio Maceo, en la especialidad Político Militar.

 Aun cuando le queda un año de estudios, su paso por la escuela de cadetes le ha permitido aprender el valor de la disciplina, la constancia en el estudio y el amor a la Patria, además de formarse integralmente y adquirir las herramientas necesarias para desempeñarse en cualquier esfera, tarea o situación que le depare el destino.

Yainet, quien antes de comenzar a estudiar en este centro ya conocía de los rigurosos horarios, las inamovibles formaciones que rigen la vida en este tipo de instituciones docentes y los sacrificios de la vida militar, también confiesa haber encontrado en esta cincuentenaria institución una fuente incalculable de saberes, experiencias y oportunidades de superación.

Aquí ha encontrado una gran familia, que la guía con pasos seguros hacia su futuro como oficial de mando de las FAR, encargada de todo lo que tenga que ver con el aseguramiento en las unidades militares o instituciones donde sea asignada.

CENTRO ÚNICO

Sobre la historia de la institución docente, el mayor Danisley Hernández Brito explicó a JR que la Escuela de cadetes General Antonio Maceo se fundó oficialmente el 7 de febrero de 1963, en el antiguo Quinto distrito militar, en Acosta y Porvenir, Víbora, La Habana, con la presencia del entonces ministro de las FAR, General de Ejército Raúl Castro Ruz.

El objetivo inicial fue formar a combatientes del Ejército Rebelde y de las Milicias Nacionales Revolucionarias como oficiales de alta calificación técnico-militar y política.

«No fue hasta 1965 que ante el interés de ampliar las especialidades de estudio y los locales habilitados para el proceso docente, se trasladó hasta su sede actual, en Ceiba del Agua, municipio de Caimito, provincia de Artemisa.

«En sus inicios los cursos permitían una calificación de nivel medio, pero apenas cinco años después, en la década de 1970, comenzó el proceso para que la escuela obtuviera la condición de nivel superior que hoy ostenta», aseguró.

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