Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Jalisco acaricia a los Alazanes

Tal ha sido la impresión dejada por los cubanos, que la mayoría de los mexicanos quieren que sean los campeones

Autor:

Norland Rosendo

GUADALAJARA.— Cualquier forastero que esté ahora en esta ciudad no puede imaginar que sea una plaza más futbolística que beisbolera. Las vallas siguen publicitando la Serie del Caribe y la afición ha acudido al estadio Panamericano, hasta la noche en que su equipo jugó ya sin opciones de ganar el campeonato. No pocos días se agotaron todas las entradas.

Ese ambiente lo han disfrutado los atletas cubanos, quien han podido caminar por la urbe, dialogar con los pobladores, conocer de su cultura, sus tradiciones y probar el chile, y no sé el tequila, pero es probable que alguna copita hayan bajado para calentar las primeras noches, que eran muy frías.

Para el jardinero Frederich Cepeda, este ha sido un equipo de mucha armonía, que se ha integrado como una familia desde que se reunieron en La Habana los campeones de Granma y los refuerzos.

«Así funcionamos en el terreno y fuera del estadio, en la vida social. Todo muy tranquilo, con disciplina y muy buen ambiente, y eso ha tenido también un impacto en el rendimiento competitivo del grupo», dijo el espirituano unos minutos antes del partido de anoche.

Tal ha sido la impresión dejada por los cubanos, que la mayoría de los mexicanos quieren que sean los campeones. María es una de las asistentes del estadio y cuando supo que éramos periodistas venidos de la Isla  nos dijo: «Suerte, prendí una velita por ustedes».

Juliano vino desde el sur de México para disfrutar del juego de los cubanos. «¡Qué bárbaros son! Yo los sigo cuando vienen a mi país y me pongo esta playera (con el rótulo de CUBA)», que exhibe con orgullo.

Mientras, Ramón, el taxista que nos movió hasta el parque beisbolero, confiesa que lo suyo es el fútbol, pero que una pariente que trabaja en el hotel donde están hospedados los cubanos le contó que son personas muy humildes y educadas, y por eso quisiera que los Alazanes llegaran a la final para ir al estadio a apoyarlos. «¿Quién sabe si comience a gustarme el béisbol?», se preguntó, acariciando un llavero con la foto de los Chivas de Guadalajara y mirando para una pelota que yo tenía entre las manos.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.