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«Hazme el favor, ¿puedes llevar este paquete a Cuba?». Lo que puede ser una buena acción o un favor desinteresado, puede convertirse luego en motivo de sanción para ese pasajero que, aún desconociendo el contenido de la encomienda, debe cumplir con lo establecido en la legislación cubana.
Drogas, armas y materiales subversivos, entre otros artículos prohibidos, han sido detectados en el equipaje de no pocos viajeros, quienes al arribar al país aseguran no saber lo que traían entre sus pertenencias.
En ocasiones los viajeros afirman transportar paquetes que amigos o conocidos les piden entregar aquí y en otros casos se trata de bultos que traen a cambio del pago realizado por agencias de paquetería, sin cumplir las disposiciones establecidas en Cuba o las del país de origen.
Según lo legislado, esos viajeros reciben en el país de embarque los bultos de su equipaje sin haber participado en su embalaje y sin conocer su contenido. Tampoco saben quién es el destinatario en Cuba, quien debe recogerlos a su salida de las terminales aéreas.
La Aduana General de la República de Cuba, órgano de control por excelencia, refiere en su página oficial este martes que las leyes cubanas, tal y como sucede en la mayoría de los países del mundo, es intransigente en cuanto a las responsabilidades que los pasajeros deben asumir a partir de las violaciones que cometan, según el contenido de su equipaje, sin que el desconocimiento de su naturaleza pueda eximirlos.
En el caso específico del equipaje con pertenencias del pasajero, si son artículos enviados para terceros por agencias dedicadas a ello, eso le suma un carácter comercial a la importación, lo cual está prohibido por nuestra legislación y justifica la actuación de la autoridad aduanera.
Es comprensible entonces que, una vez más, las personas que viajen a Cuba tomen conciencia del peligro que representa para ellos transportar paquetes y artículos de desconocido origen o composición.
