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Los 15 en pantalones

Las opiniones o concepciones sobre la celebración del decimoquinto cumpleaños de los varones, una tendencia que sigue ganando fuerza en los últimos tiempos, están signadas por estereotipos propios de una cultura patriarcal

El estudio está herméticamente cerrado. Una cortina negra recubre la pared del fondo y las sombrillas de luz apuntan directamente al objetivo. La organización minuciosa garantiza el éxito del trabajo; pero Mario nunca sintió esos nervios, y aunque su familia y el personal de la institución lo intentan, no logran tranquilizarlo. Son las nueve de la mañana. Cámara en mano, comienza la sesión de fotos.

El próximo mes el joven llegará a los 15 abriles y sus padres lo convencieron de hacerse un álbum para recordar «la magia de la ocasión». Siempre anhelaron tener una niña y festejar por todo lo alto la fecha, mas no les fue posible. Ahora, con el boom de los 15 en los varones, tienen la oportunidad de cumplir su sueño.

Casos como este se hacen habituales en la sociedad cubana actual, producto de una tendencia que se ha popularizado en gran parte del mundo, especialmente en países como Puerto Rico, Argentina, República Dominicana y México.

Los hombres ya no son vistos solo como representantes de la rectitud, la fuerza; ahora, también son un referente de belleza y lo expresan de diversas maneras, afirma la Doctora en Ciencias Miriam Rodríguez Ojeda, vicedirectora de la Cátedra de género y educación de la sexualidad y salud de la capitalina Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona.

La también investigadora del proyecto Espejuelos para el género, de la Organización Panamericana de la Salud, expresa que la celebración de las 15 primaveras es una tradición para marcar la entrada de las muchachas en la adolescencia. Pero, actualmente, los varones tienen un espacio en dicho evento gracias a la deconstrucción de los estereotipos.

Mami, ¿Y si me dan «chucho»?

Aunque se lucha por la igualdad de género, todavía queda mucho por hacer. Nuestra sociedad ha sido patriarcal a lo largo de la historia y la mayoría de las personas no asume con normalidad que los quinceañeros celebren su cumpleaños, pues siempre fue un festejo exclusivo de las mujeres.

Ello lo refiere el sociólogo Guillermo Amaro Águila en el libro Masculinidades: ensayos histórico-sociales. Y, en ese sentido apunta que «desde el nacimiento, se preparan formas diferentes de pensar y actuar para las hembras y los varones: el niño ha de ser rudo; la niña, delicada».

Adrián Martínez Sánchez, estudiante universitario, confiesa que cuando cumplió 15, su mamá lo incitó a retratarse y a él le gustó la idea. No obstante, en la escuela sus compañeros le hicieron bullying. «Se rieron, pero no me acomplejé. Unas fotos no iban a cambiar mi condición de hombre», asegura Adrián.

Los construcciones sociales causan complejos y burlas. Sin embargo, «la masculinidad moderna busca desplazar los modelos hegemónicos de lo que ha significado ser varón y adecuarse al contexto cultural actual», señala la socióloga y profesora de la Universidad de La Habana Maidelis Salgado Varela, en su tesis La masculinidad, una construcción histórico-cultural.

Por su parte, Jorge González Salazar, padre de un adolescente, opina que los varones también tienen el derecho de festejar esa fecha de la forma que deseen. «Es necesario adecuar la mente a los nuevos tiempos», señala.

A la hora de la verdad

María Luisa Torres Barquin, directora del estudio de fotografía Marilook, comenta que asisten pocos muchachos a la institución y, en la mayoría de las ocasiones, sus padres son quienes tienen el mayor interés.

Con las fotos, se intenta captar la personalidad de los adolescentes y reflejar la inocencia característica de la edad, apunta Mónica Bacallao Brunet, fotógrafa y publicista del Estudio Wao!

Pero, «en la mayoría de las ocasiones, los jóvenes se muestran serios. No les gusta salir a hacerse tomas exteriores pues sienten complejos. Además, piden retratarse con sus patinetas y pelotas de fútbol para dejar claro que ellos son masculinos. Lucen muy bonitos, ¡hasta parecen modelos profesionales!», comenta Torres Barquin.

Algo similar sucede con las fiestas. Yaima Estrada Sotto, trabajadora por cuenta propia con la licencia de Servicios de decoración, organización de cumpleaños, bodas y otras actividades festivas, coincide en que pocas familias de quinceañeros han solicitado sus servicios.

«Llevamos dos años con este trabajo y hemos preparado solo tres “shows” para varones. En ambos casos, ellos lo asumieron como una simple celebración: no quisieron decoraciones extras, ni globos. Realmente, fueron sus padres quienes le dieron a la fiesta el sentido de unos 15», opina.

No todos se manifiestan de la misma forma. Jordy Roller de la Cruz disfrutó mucho su fiesta de cumpleaños y las fotos. «Yo fui quien le pedí ese regalo a mi papá porque ahora se usa. Me sentí muy bien con las dos cosas», comenta orgulloso.

¡Ya no es lo mismo!

Niuva Ávila Varcas, socióloga especializada en temas de familia expresa: «Esta celebración data de algunos siglos, pero los jóvenes no conocen la historia rica que posee y la ven como una moda».

De la misma forma, asegura que la festividad ya no tiene el aspecto simbólico de antes. Ahora, muchos la utilizan como una manera de demostrar su estatus económico, porque los precios de las fotos y las fiestas son muy elevados.

Por su parte, Consuelo Rodríguez Mesa, madre de Roberto, comenta que le regaló a su hijo por el cumpleaños una reservación en el hotel Ancón de Trinidad. «Nos hospedamos una semana, montamos un show allí mismo y todo fue de lo mejor», dice.

«Para los muchachos que desean tomarse fotos profesionales y hacer fiesta, pero sus padres no cuentan con los recursos económicos para financiárselo, este día puede resultar traumático. Ello es culpa de las conductas sociales que han hecho de este acontecimiento una competencia», afirmó la Máster en Sicología Educativa Claudia Cancio-Bello Ayes.

«Sin embargo, otros se adecuan a los modestos ingresos de sus familiares y deciden conmemorar la fecha de forma menos ostentosa», añade.

Leandro de Varona Rodríguez jamás olvidará aquel día: «No imaginé ver a toda la familia reunida. Mis padres y yo fuimos a casa de mis tíos en el campo e hicimos un almuerzo exquisito. La pasé muy bien y nos tomamos cantidad de fotos con nuestros celulares».

Deconstruir la masculinidad supone insistir en la propagación de la democracia participativa en todas las esferas de la vida. Esto incluye el principio de la igualdad de los seres humanos y el respeto a sus derechos, exponen los sicólogos Tod Sloan y Rubén Reyes Jirón, en su investigación La deconstrucción de la masculinidad.

Por su parte, la socióloga Maidelis Salgado Varela, en la citada investigación, asegura que «un hombre no deja de ser hombre por el hecho de lavar ropa, fregar platos o celebrar sus 15 años. Abóguese por el entendimiento y la coexistencia pacífica entre lo viejo y lo nuevo».

Como ha dicho en estas páginas, el Doctor en Ciencias Históricas Julio César González Pagés, en Cuba ocurre un fenómeno globalizado, y la población no debe alarmarse por él. «Las modas se parecen a los tiempos y estos son de modas muy diferentes. Los jóvenes eligen códigos que muchas veces se valoran superficialmente porque tienen que ver con ese momento de la vida.

«Arribar a los 15 años de edad es, sin duda, importante, porque marca el cierre de una etapa biológica y sicológica, y el comienzo de otra. Los 15 han quedado marcados como una edad simbólica que quizá deba ser reconfigurada y celebrarse tanto en hombres como en mujeres».

Y es que, como asegura el también profesor universitario, «No se debe censurar el festejo, sino reconceptualizarlo, sin perder ese lado lúdico. Que los regalos sean mucho más prácticos, y que hagan a los adolescentes más responsables ante la nueva etapa de su vida».

Varios jóvenes se enorgullecen de tener fotos como recuerdo de sus 15 años. Foto: Tomada de Cubadebate

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