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La vida sigue, pero no igual

Ante la entrada del COVID-19 al país, la población debe incrementar su percepción de riesgo, conocer la información básica sobre el tema y extremar las medidas higiénicas como garantía de prevención

Autores:

Ana María Domínguez Cruz
Liudmila Peña Herrera
Monica Lezcano Lavandera

¿Qué sabes del COVID-19? ¿Crees que en Cuba tengamos motivo para temer su propagación? ¿Quiénes pueden ser más afectados? Con estas interrogantes y otras similares, este equipo de reporteras realizó un sondeo en los municipios capitalinos de Plaza de la Revolución, Playa, Cerro y Marianao, y las respuestas recibidas nos permitieron constatar que, aunque en sentido general se conoce la existencia del virus y los estragos causados en otros países, algunos aún no están conscientes del peligro que también representa para Cuba.

Sonia González, de 72 años, imagina que sean las personas adultas con más problemas de salud, quizá los diabéticos, los más vulnerables a padecerlo: «No creo que haya peligro… Es posible que se vaya un eslabón algún día, pero yo veo a todo el mundo en la calle muy tranquilo, empezando por mí que soy una vieja.

«Por si acaso, hay que cuidarse como con cualquier virus: lavándose las manos continuamente y no tocar los ojos, la nariz o la boca porque por ahí entra», detalla. «También hay que protegerse con un pañuelo, y al estornudar hacerlo con un papel sanitario que se pueda desechar o ponerse el codo antes de toser, y si otra persona estornuda, alejarnos de ella, como dicen en la televisión».

Para Anett Fernández, de 40 años, hay gente que se coge a la tremenda lo publicado en los medios y ya ni besan al saludar: «Los cubanos maximizamos demasiado. No hay que exagerar. Como dicen que el virus no soporta las altas temperaturas, ahorita prohíben hasta encender los aires acondicionados en las oficinas».

Sin embargo, Claudia Pérez, de 31 años, está convencida de que es mejor informarse y prever: «La gente sí tiene temor con la enfermedad. Una oye en la calle que hablan del tema, pero no saben cómo vamos a enfrentarlo… Aunque hemos enfrentado cosas más difíciles y vencimos, hay que tratar de evitar que entre al país porque se contagia muy fácil».

Seguir las orientaciones médicas es imprescindible, afirma: «Insistir en el lavado de las manos, no estar en la calle si tienes catarro ni ir a trabajar o a la escuela…, aunque eso va a ser difícil que lo acepten en los centros de trabajo, pero es la forma de evitar cualquier contagio».

Edelmira Bustos, de 83 años, prefiere ni pensar en el asunto. Para ella la enfermedad «es como una tuberculosis muy fuerte, que le da a la gente que ya está enferma de otra cosa. Yo por si acaso siempre me lavo las manos, pero no creo que me vaya a tocar a mí», postura bastante frecuente en muchas personas, a juzgar por el tono que predomina en las respuestas recibidas.

Prevenir es precaver

No se trata de levantar alarmas, cerrar puertas y ventanas o declarar un estado de pánico, pero es evidente que, ante la propagación mundial que ha tenido este virus y el flujo constante de viajeros hacia nuestro país, tampoco es muy racional creernos que nuestro país será siempre inmune y no necesitamos poner en práctica las medidas preventivas.

Para el taxista Nelson Rojas la situación es compleja: «Soy chofer del aeropuerto y todos los días convivo con turistas en este carro con aire acondicionado. Por más que trate de protegerme, si se montara alguien con coronavirus yo estaría expuesto».

Marina Bonilla, de 28 años, reconoce que no está tomando todavía ninguna medida para protegerse: «Atiendo clientes nacionales y extranjeros todo el día en una cafetería y estoy en contacto con sus vasos, cubiertos, dinero», dice. «Tendré que buscar guantes y nasobucos, pero ¿dónde?».

Denis Santana, de 46 años, teme que nuestras costumbres sociales incentiven la transmisión: «Acá nos saludamos con besos y casi nunca nos lavamos las manos al llegar al trabajo o de la calle». Sin embargo, Adela Valdés, de 57 años, confía en que el gobierno toma las medidas necesarias, aunque «cada uno, a título personal, debe acatar las indicaciones médicas, porque a veces somos desobedientes.

«Hay que usar desinfectante y no acercarse a las aglomeraciones en casos innecesarios —detalla las que recuerda—. Por supuesto, al primer dolor de garganta mío o de alguien en mi familia iremos al policlínico».

Por su parte Fernanda Gutiérrez, de 21 años, conoce los síntomas del virus y sabe las medidas para prevenirlo, pero tiene que ir todos los días en guagua a la universidad y coincide con muchísimos estudiantes: «En esas condiciones no creo que pueda protegerme mucho… Por suerte a los jóvenes no nos afecta tanto».

Dudas, mitos, certezas…

Los síntomas del COVID-19 son bastante similares a los de una gripe común, pero urge saber diferenciarlos. porque ya ha sido notificado en más de cien países. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja a quien se sienta peor que con un resfriado común consulte a un médico, quien puede aliviar esos malestares prescribiendo medicamentos para el dolor o la fiebre.

Especifica la OMS en sus comunicados y sitio web oficial que todas las personas deben mantener una buena higiene respiratoria: «Estornudar o toser tapándose la boca y la nariz con el codo flexionado, o utilizar un pañuelo y desecharlo inmediatamente en un cubo de la basura cerrado. Es también muy importante lavarse las manos con regularidad con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón, e ingerir mucho líquido», recomiendan.

La persona enferma es quien debe usar mascarilla o tapaboca para evitar contagiar a otras personas, aseveran los expertos, y advierten que aunque muchos de estos virus respiratorios se propagan más durante los meses fríos, ello no significa que sea imposible enfermarse en días de calor.

Es muy pronto para saber si la propagación del COVID-19 es menor cuando el clima es más cálido. Hay mucho que aprender acerca de la transmisibilidad, gravedad y otras cualidades asociadas al virus, y las investigaciones están en curso.

 

¿Quiénes son más vulnerables ante el covid-19?

Refieren los especialistas que personas mayores de 60 años, sobre todo si presentan patologías crónicas de tipo cardiovascular u otros factores de riesgo como hipertensión, diabetes y tabaquismo, entre otros, tienen un mayor riesgo ante el virus, y también pacientes con cáncer o con problemas respiratorios crónicos y los inmunodeprimidos.

Aunque no las exime de peligro, algunas características hormonales de las mujeres crean cierto efecto protector contra la infección, lo cual explica que sea mayor el número de hombres infestados y fallecidos en el mundo.

No se tiene aún mucha información sobre el nivel de riesgo para las embarazadas. La OMS sostiene que no parecen tener mayor probabilidad que otras mujeres a desarrollar las complicaciones asociadas al coronavirus, y en los casos reportados no se encontraron evidencias de transmisión madre-hijo. No obstante, teniendo en cuenta que la gestante debe cuidar dos vidas a la vez, la organización exhorta a extremar las medidas de prevención en ese grupo.

 

Complicaciones que se pueden presentar en personas infectadas con el COVID-19

-Fiebre alta, superior a 38°C

-Problemas al respirar

-Neumonía o bronquitis

 

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