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Diversión desde el barrio

En municipios y comunidades rurales de Cienfuegos, promotores culturales y activistas deportivos buscan alternativas recreativas que cumplan las restricciones de movilidad

Autor:

Laura Brunet Portela

CIENFUEGOS.— A César, Yosvany y Daniel el día se les escapa desandando arboledas y patios vecinos entre las más increíbles historias que cada uno se teje, con aretes de lagartijas verdes colgados de las orejas. Así ha sido siempre la etapa estival en su década de vida.

Ellos residen en el consejo popular Arriete-Ciego Montero, perteneciente a Palmira, a 24 kilómetros del municipio cabecera; un pueblo de parques maltrechos, con un cine cerrado, una librería y una galería de arte que ellos ya no visitan. En tal panorama de pereza lúdica, «mataperrear» es la única forma de descubrir siempre algo nuevo.

Por su parte, a Amanda Quevedo Contreras la hipnotizan las novelas. Así pasa el día entre triángulos amorosos, desmanes y traiciones que no tiene edad para entender.

—¿Cómo transcurre aquí el verano? —insistí aun cuando la simple observación del entorno basta como respuesta.

—¿El verano? Aburrido. Es estar en la casa o salir a jugar con otros niños. Aquí no hay nada más —expresó Saleth Castillo del Valle, de once años, en medio de una muchachada que aprobó su sentencia.

Arte de pueblo en pueblo 

Como Arriete-Ciego Montero existen otras comunidades alejadas de los centros urbanos donde infantes y adolescentes agotan y aburren con rapidez las opciones de esparcimiento. Tal vez por falta de activismo de quienes deben dinamizar sus propuestas, o porque a veces los planes les dan «planazos».

La Gira Provincial Brindarte trastoca la rutina veraniega de tales consejos populares. De martes a sábado un grupo de artistas se presenta en los escenarios más singulares a lo largo del territorio cienfueguero, con un espectáculo que trae de todo un poco. En Yaguaramas, Mal Tiempo, Juraguá y Plan Turquino han hecho de patios de escuelas, descampados, pequeños salones o el portal de una casa, las tablas del espectáculo.

«Para este propósito reunimos a todo el sistema institucional de la cultura en Cienfuegos, como el Centro Provincial del Libro y la Literatura, el Centro Provincial del Cine, de las Artes Escénicas, la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos Rafael Lay, las casas de cultura, la Brigada José Martí y el Movimiento de artistas aficionados», explicó Alberto Morfa Carmona, al frente de la gira.

«A las personas les gusta lo que hacemos. Pero al principio se les ve un poco retraídos, tal vez por la falta de costumbre. Es nuestro trabajo lograr que se relajen. Al final lo disfrutan y todos terminan alegres, jugando», reconoció Yanisleidy Ruiz Bermúdez, integrante del Grupo Guiñol Cienfuegos, quien interpreta a la Payasa Rosquita.

El espectáculo de Arriete-Ciego Montero logró un alto en la costumbre excursionista de César, Yosvany y Daniel. Sobre una grada improvisada en el muro del terreno de béisbol, ellos, sus amigos, vecinos y coterráneos constituyeron el auditorio del espectáculo al aire libre.

«Viajamos con pequeño formato, solistas, dúos y narradores orales que en función del diagnóstico sociocultural de la comunidad deciden qué poner», explicó Morfa Carmona.

Y aunque tales presentaciones sacuden con alegría el tedio de estos lugares, a veces las coordinaciones fallan en algún tramo entre la Dirección Provincial de Cultura, el presidente del consejo popular y el instructor de arte.

«Nos ha pasado que, como ahora mismo —dice al referirse al caso de Arriete-Ciego Montero—, llegamos y no ha habido una promoción de la gira, no están los niños y eso nos frustra. Siempre desde temprano estamos dispuestos y queremos dar lo mejor de nuestro arte, pero nos tropezamos con estas arbitrariedades», lamentó Ruiz Bermúdez.

Ante tales adversidades, como los juglares de antaño, los artistas perseveran y ellos mismos convocan o mueven el escenario hasta donde se encuentra el público. «Nos adecuamos al momento, coordinamos, diagnosticamos el terreno y hacemos el montaje y presentación donde sea necesario», precisó Morfa Carmona.

Pero la Gira Artística es cuestión de un día, a razón de tres actividades por cada municipio. Corresponde a los instructores de arte y promotores culturales sacudir su entorno con el talento local y despertar el interés de pequeños como Amanda por las bondades de su realidad.

Bajo los cinco aros

El «olimpismo» de barrio es algo de lo que todos hemos sido testigos o participantes: sana rivalidad entre bandos que se empeñan en dominar la técnica de juegos que generaciones de cubanos han abanderado como tradicionales.

Pelotica a la mano, cuatro esquinas, voleibol «tres pa' tres», la soga, carrera de sacos, excursionismo y otros «deportes» integran el programa de las Olimpiadas de Verano, que sin el oficialismo de los juegos homónimos mueven a las comunidades durante toda la jornada estival. Se trata de poner medios a disposición y convocar.

Las copas interbarrios de béisbol son las favoritas de grandes y chicos. La pasión por el deporte nacional las convierte en el más serio de los torneos comunitarios. En Cienfuegos los consejos populares Espartaco, Camarones, Arriete-Ciego Montero y la zona conocida como Ferrocarriles, en el municipio cabecera, han retomado sus calendarios tras la declaración de la fase tres.

«Esto es una forma de entretenimiento, para uno hacer algo en las vacaciones sin bebidas, sin cigarros, sin buscarnos problemas con nadie… todo el mundo contento», valoró Roiny Fernández Moreno, capitán del equipo de Elpidio Gómez, batey campeón de la Copa Ciego Montero.

Medios propios que se vuelven comunes, pelotas prestadas, guantes reparados, uniformes multicolores o simple ropa de diario son todas las condiciones necesarias para que las copas interbarrios funcionen de manera casi ininterrumpida.

Refiere Daiker Barreira Morales, activista del Instituto Nacional de Deporte, Educación Física y Recreación (Inder) en Palmira, que hicieron una pausa obligada a causa del confinamiento por la pandemia, pero ya han retomado las competiciones, ahora en cuartos de final, teniendo en cuenta todas las medidas para evitar el contagio.

«Estos eventos son bastante importantes para nosotros, por lo que insistimos en el acompañamiento del activista del Inder en cuanto a las coordinaciones y el cumplimiento de los reglamentos y normas éticas de la práctica deportiva», declaró Gricell Rodríguez Mayor, jefa de Departamento de Recreación de la Dirección Provincial del Inder.

«Casi todos son amateurs, aunque algunos ya han estado en la nómina del equipo municipal», destacó Barreira Morales sobre este evento que hurga en el talento innato de los lugareños para el deporte nacional, fertiliza sus potencialidades y lima las deficiencias de quienes sueñan con jugar en torneos superiores.

«Es una forma de preparar atletas para reforzar al equipo municipal y quién sabe si al provincial o al de Cuba. Ahora mismo es la actividad deportiva que más siguen aquí, ya sea como atletas o como espectadores», dijo Barreira Morales.

En tiempos de pandemia son los promotores culturales y activistas deportivos responsables de que el barrio, nuestro entorno más cercano, provea toda diversión. 

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